Lecciones que me dejó mi adolescencia
La vida es una aprendizaje. Para mí, tímida, hija única , y de pocos amigos no fue nada fácil pasar por esta etapa que seamos honestos, para la gran mayoría no lo es. Confieso que sufrí bastante en mis teens. Aquí te cuento qué aprendí de estas vivencias.
- De los amigos: nunca me molestó la soledad, no que fuera la más popular (I was definitely NOT). Tenía una sola amiga con la que pasaba horas y horas en el teléfono y hasta veíamos la tele while on the phone. Al perder su amistad, fue como si mi mundo se cayera. Era mi confidente, bestie, basically toda mi vida social.
De esto aprendí a no poner todos mis huevos en una sola canasta. Las relaciones terminan, la gente cambia y los sentimientos evolucionan. Es claro que todos necesitamos de una bestie, but hay que tener cuidado a quien eliges.
- Del amor: no fui nada noviera (sí lo sé, suena aburrido but it’s true!!!) no fue hasta mis 19 años cuando pensé que había encontrado el error de mi vida…wait! el amor de mi vida LOL. Me gusta pensar en esta etapa como mi vida on cloud 9, where everything was perfect pero sólo en mi cabecita.
Todo al principio fue bello pero pronto se transformó en un monstruo de que estoy segura no quieres saber. Sooo let’s skip this part.
La vida es sabía y te da señales. Aprendí que “lo que es pa’ mi, está pa’ mi” no hay que forzar lo que no debe o puede ser. Principalmente en el amor. No puedes obligar a nadie a amarte, eso nace.
- De mí: antes de que el término “bully” se pusiera de moda, fui víctima de ello. No puedo nombrar una parte de mi cuerpo del que no se hayan burlado (tristemente, hasta mis pocos amigos).
Por mucho tiempo me creí fea por ser más alta y delgada que las demás. Deseaba con muchas fuerzas no ser diferente.
Y esto me lleva a lo anterior, nadie está obligado a quererte, pero si a respetarte, independientemente de tu apariencia, ascendencia, gustos etc. Aprendí a respetarme y quererme como soy, con cada uno de mis decenas de lunares, cicatrices, delgadez y errores que pueda cometer en el camino. Al fin y al cabo es de misma que depende mi felicidad y eso nadie puedo quitártelo.