Los Plutarcos, vendedores de falsos sueños
@RaulBenoit
Las ocupaciones de Plutarco Ruiz, por obvias razones son las que muchos sospechan, pero prefieren ignorarlo para no molestar a los “señores” como él. Lo increíble de la historia es que la policía de Honduras dice que “investiga el origen de su riqueza”.
Un maestro de escuela que de la noche a la mañana se volvió un poderoso “hombre de negocios” en el departamento de Santa Bárbara, dueño de inmuebles, ganado, vehículos lujosos, cazador de muchachas humildes y patrocinador de modelos y reinas de belleza, es lo que diría mi mamá: Blanco es, gallina lo pone.
Para completar ese prontuario, a su hermano “ganadero” lo asesinaron sicarios en San Pedro Sula. Recordemos que esa ciudad es un refugio de narcotraficantes que usan la región para traficar drogas ilegales. Las mafias más sanguinarias de Honduras están allí.
Es una realidad actual, que se repite en varios países de Centroamérica, donde los carteles de la droga, incluyendo a las FARC, operan para trasegar cocaína y heroína hacia los Estados Unidos. La policía disimula la verdad porque, como ocurre en México y en Colombia, muchos están implicados en ese negocio maldito.
Plutarco asesinó a su novia Sofía Alvarado, de 23 años, al parecer por un arranque de celos y también eliminó a su cuñada María José, de 19 años, quien ostentaba el título de Miss Honduras. Plutarco cometió el error en el cual caen muchos de estos hombres que han ganado dinero fácil y rápido: creerse intocables y poderosos debido a que son protegidos por el manto oscuro de la autoridad corrupta.
Volvemos a la misma triste historia de cómo ciertas jóvenes, cegadas por el dinero abundante, caen en círculos criminales y en muchos casos, sabiéndolo ellas y sus familias, se hacen las de la vista gorda. No aseguro que este fuese el caso de Miss Honduras, pero es intrigante que le hubiese parecido normal que el novio de su hermana portara armamento, anduviera con guardaespaldas y derrochara tanto dinero en grandes fiestas. Criando vaquitas y vendiendo leche no lo consigue.
En Honduras suman a la estadística el crimen de la reina de belleza y el de su hermana, diciendo que fueron femicidios, grave problema que tampoco podemos ignorar, el cual está aumentando en América Latina, pero no se atreven a vincularlo al narcotráfico. Hay una semejanza al estilo colombiano, creado por los viejos carteles de Medellín y Cali, donde conquistaban muchachitas ilusionadas con salir de la pobreza, las cuales soñaban volverse reinas de belleza o modelos publicitarias