El inmigrante que luchó por su licencia
Algunos migrantes han hallado dificultades para que sus documentos de identidad sean aceptados por el DMV
Gabriel Zamora logró aclarar la confusión en la verificación de documentos requeridos para obtener su licencia. Crédito: Aurelia Ventura / La Opinión
Gabriel Zamora siempre supo que su matrícula consular cumplía los requisitos para solicitar una licencia de manejo a través de la ley AB 60. Sin embargo, funcionarios estatales lo dudaron un par de días.
Originario del estado de Jalisco, Zamora debió pelear como fiera para obtener una licencia de conducir, pidiendo incluso ayuda al Consulado General de México en Los Ángeles.
Su lucha inició el viernes pasado en la oficina del Departamento de Vehículos (DMV) en Glendale, donde había concertó una cita. Todo iba bien hasta que una empleada no aceptó su matrícula consular emitida en 2012, porque consideró que sólo eran válidas las expedidas en 2006 y 2014.
La funcionaria no distinguió que en realidad se trataba de un período, de 2006 a 2014.
“Ellos querían ver una matrícula consular que dijera ‘versión 2006’, ¿dónde?”, comentó Zamora, residente del oeste de Los Ángeles y quien llegó a este país hace una década.
La confusión se agravó porque el sistema de verificación de documentos no operó esos días.
“Creemos que es una cuestión de idiomas”, dijo Georgina Marina, encargada de asuntos legales del consulado mexicano en esta ciudad. “No quedó claro que eran aceptadas las [matrículas] expedidas en el 2006 y hacia adelante”, agregó.
En la lista de comprobantes de identidad, junto a las matrículas mexicanas se especifica “versiones 2006 y 2014”, en lugar de mostrarse como un plazo. En Glendale, al parecer, lo aplicaron al pie de la letra.
El consulado celebra que el DMV haya rectificado el problema.
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Un vocero del DMV no comentó sobre este caso en particular, pero recalcó que todos los empleados fueron capacitados y que han hecho lo posible por verificar cada documento y agilizar los trámites.
Zamora no olvida el mal rato que le hicieron pasar en la oficina de Glendale. Él pasó sin problemas los exámenes sobre leyes de tráfico y de manejo, aunque hasta el miércoles le entregaron la licencia provisional. Desde el sábado él ya debía portarla mientras manejaba en las calles de Los Ángeles.
Este mexicano calcula que en diez años ha pagado unos $10 mil en multas y decomisos de coches.
“Voy a manejar igual que cuando no tenía licencia [con precaución], la diferencia es que si me detiene un policía ya no voy a pagar multas grandes”, celebró.
Zamora ha comenzado un nuevo capítulo en su vida. “El final fue feliz, pero accidentado”, dijo.
