Cudahy dice ‘no’ a las deportaciones
El gobierno de Cudahy espera que la decisión eleve la confianza entre vecinos
El código postal 90201 abarca las ciudades de Cudahy, Bell y Bell Gardens. Ahí el 95% de sus habitantes son latinos, más que ningún otro lugar del país. Sólo la capital de Puerto Rico le gana, según el Censo.
En ese sector donde proliferan las taquerías y la alegre música de banda se escucha en cada esquina, ya no quieren colaborar con las autoridades federales en la deportación de indocumentados.
“Ese no es nuestro trabajo”, recalcó el nuevo jefe de la Policía de Bell, Edmond Dadisho.
Los políticos de Cudahy han ido más lejos nombrando hace unos días al municipio una “Ciudad Santuario”, imitando una resolución que San Francisco aprobó en 1989 y ratificó en 2007 para no cooperar con la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE). Sus vecinos de Maywood comparten ese título.
“Con esto le decimos específicamente a ICE que conocemos sus leyes para detener indocumentados, pero Cudahy no va a gastar un centavo cooperando en las deportaciones”, dijo su alcalde Chris García.
El municipio calcula que entre 15% y 20% de la población es indocumentada.
Rodrigo Huerta vive ahí desde hace cinco años y cuenta los días para aprovechar el alivio migratorio que ofreció la Casa Blanca. “No tener papeles es muy feo: le temes a todo, evitas a la policía”, comentó.
Las autoridades esperan precisamente que el título que ahora porta la ciudad de Cudahy eleve la confianza entre vecinos y agentes del Sheriff, que patrullan sus 1.2 millas de extensión.
“Como un santuario para inmigrantes, Cudahy cultivará una relación saludable entre empleados municipales, la comunidad migrante y el Departamento del Sheriff”, aplaudió la supervisora del condado Hilda Solís, quien consideró a dicho nombramiento un “modelo” para otras localidades.
El Sheriff, por su parte, duda que la resolución “afecte” sus procedimientos y políticas.
Mientras que ICE lo considera una acción inapropiada. “Las políticas de santuario, oficiales o no, suponen una amenaza potencial al proporcionar un ‘refugio seguro’ a criminales violentos y terroristas potenciales”, señaló la agencia en un comunicado enviado a esta redacción.
Aunque la mayoría de los comentarios que ha recibido el alcalde García son positivos, otros le reclaman que actúe como un “rey o monarca” y aseguran que está destruyendo la calidad de vida del país.
Un vendedor de una compañía de transporte incluso le advierte: “llevaré mi negocio a otra ciudad”.
García, hijo de inmigrantes mexicanos, insiste en que ha hecho lo correcto. “Todos queremos que Washington apruebe una reforma migratoria. Sacramento y las ciudades estamos actuando”, dijo.