Antonio Banderas: “El público infantil exige calidad”
El actor español triunfa con The SpongeBob Movie tras recibir el Goya de Honor por su variada trayectoria
El pasado 7 de febrero Antonio Banderas (54 años) recibió el Goya de Honor de manos de Pedro Almodóvar. Fue el reconocimiento de la industria del cine de España –país del que Banderas es originario- a la carrera de un actor polifacético que ha tocado todos los géneros y salta de Europa a Hollywood con total naturalidad.
“Si miramos mi carrera en macro, corresponde a un actor al que le ha gustado ser versátil y estar en muchos territorios”, reflexiona Banderas. “Una de mis satisfacciones más grandes fue cuando se estrenaron prácticamente a la vez la película de Puss in Boots y La Piel que Habito. Tú te ponías delante de un cine y decías: ‘Joé, aquí está el mismo actor haciendo dos cosas totalmente distintas’”.
“Para mí, en mi forma de entenderlo, tiene mucho que ver con mi profesión de actor hacer personajes distintos y géneros completamente diversos”, explica el actor malagueño que ahora mismo tiene en pantalla The SpongeBob Movie: Sponge Out of Water, que en sus primeras semanas ha recaudado casi $100 millones.
Curiosamente, Banderas es el único actor “vivo” en el film de Bob Esponja.
“Se utilizan localizaciones reales y sobre ello se añaden con computadora los personajes animados, lo cual es complejo porque tienes que trabajar con seres invisibles que no están”, explica. “Trabajas con cruces de colores que se van moviendo por el set, pero todas las líneas (las réplicas de los otros personajes) vienen desde el mismo sitio. La tentación es mirar al sitio de donde vienen las voces, desde donde te están hablando, pero tienes que estar prestándole atención a la cruz del que está hablando en ese momento”.
“Es complicado, pero bueno, esos retos son interesantes siempre. Es una oportunidad de hacer una cosa distinta”, asegura.
Banderas hizo su primera película para el público infantil con Robert Rodríguez en 2001, Spy Kids. Fue un éxito y se convirtió en una saga. Luego participó en Shrek 2 y su personaje del Gato con Botas fue tan aplaudido que tuvo su propia película –Puss in Boots–, que tendrá una secuela.
“Es un público tremendamente sincero. El niño no tiene las cortapisas o los parámetros educacionales que tiene un adulto. El niño expresa lo que siente. Si no le gusta le película, va a bostezar y a tirarle de la manga al padre para que lo saque de allí. Por lo tanto tienes que darle mucha calidad”, explica.
“En las películas para niños se dan dos cosas fundamentales: una es el entretenimiento, tienes que entretenerlos; y la segunda, tiene que tener unos parámetros educacionales. Cuando trabajas con niños los temas de educación son muy importantes. Hay que tener mucho cuidado con las cosas que se dicen, cómo se expresan. Y tiene que ver con valores esenciales apoyados por todos: el valor de la amistad, del trabajo en equipo, de la camaradería… todos esos valores que están en Bob Esponja y en las películas que yo he hecho anteriormente. Por tanto ahí hay un doble juego”.
En Bob Esponja Banderas se sintió atraído por el “el surrealismo del propio producto”.
“Es un personaje hecho para niños que comienza a ser surrealista en el momento en que el personaje principal es una esponja. Disney ha jugado mucho con animales, que tienen una relación más directa con el ser humano, pero una esponja es una cosa ya que entra en el terreno del surrealismo. Y partir de ahí todo es posible”, explica.
“El niño está muchísimo más abierto que el adulto a admitir la posibilidad de cualquier cosa. No hay parámetros que lo impidan. Su mente puede hacer aparecer lo imposible en el momento en que lo necesite. Por tanto eso te da una libertad creativa enorme”, dice el actor.
“Como villano en esta película –y como narrador, porque el personaje son las dos cosas–, en términos de expresión artística te da muchas posibilidades que las películas para adultos no te dan. Eso es lo que a mí me atrae de este tipo de cine”, apuntilla.