Encuentran otro cuerpo momificado en Pico de Orizaba
MÉXICO – “Te dijo mi mamá que no fueras, la desobedeciste, y… ¡mira lo que pasó!”. Reyna Espinoza Camargo habla como si en lugar de los reporteros tuviera enfrente a su hermano Juan, quien murió en 1958 durante una avalancha en el volcán Citlaltépetl, conocido popularmente como el Pico de Orizaba.
La mujer tiene la esperanza de que sea él una de las dos momias encontradas en las últimas horas en la montaña más alta del país que cada año se cobra al menos una decena de vidas, según el Club Alpino de México que este viernes encabeza el rescate de los cuerpos.
La primera se encontró por accidente.
“Creíamos que se trataba de una roca”, explicó Alberto Rangel, uno de los seis exploradores independientes que a los 5,370 metros de altura se toparon con la cabeza de la momia, oscura y brillante entre la nieve, con una mano afuera y el resto del cuerpo sumergido.
La sorpresa fue tal que uno de ellos (Ángel Mijangos) cayó en vertical cuando le hacía una foto parado sobre el frágil glaciar que se rompió por el peso. El golpe luxó su muñeca y lesionó su brazo, pero logró la imagen que se publicó hace dos días en la página de Facebook del Grupo Alpino Reinhold Messner para alertar a familiares de los desaparecidos en el volcán.
El Club Alpino de México comenzó desde el jueves la búsqueda de más cuerpos en la zona donde se encontró el primero y ya por la tarde informó que se encontró uno más, también momificado. Se prevé que este viernes ambos sean sacados del hielo donde se atascaron “como en un bloque de concreto” para determinar su identidad.
Hasta ahora, la principal hipótesis es que se trata de dos de los tres alpinistas que no se encontraron después de una avalancha que sorprendió a un grupo de 15 hace 56 años entre los que estaba Juan Espinosa. Sin embargo, no son los únicos perdidos.
Esteban Rosete, director de Protección Civil de Chalchicomula de Sesna, una comunidad aledaña al Pico de Orizaba, informó que tanto la embajada de Estados Unidos como la de Alemania están atentas a los exámenes de los cuerpos con la ilusión de que alguno sea de sus connacionales extraviados.
Muchos extranjeros y mexicanos han muerto o han desaparecido en busca de conquistar la cima de 5,636 metros del Citlaltépetl, principalmente por escalar sin guía. En enero pasado fueron rescatados 13 canadienses que estuvieron al borde de la hipotermia.