Cuidadores de discapacitados piden ganar 15 por hora

Es parte del movimiento nacional para aumentar el salario mínimo de personas con sueldos bajos

Cientos de empleados del condado protestaron pidiendo un alza al salario mínimo.

Ciro Cesar/La Opinión Crédito: Ciro Cesar | La Opinión

Cientos de cuidadores en casa, quienes asisten a discapacitados y ancianos, marcharon ayer por las calles del centro de Los Ángeles para pedir un sueldo de por lo menos 15 dólares por hora, una exigencia compartida con millones de trabajadores con bajos salarios, a nivel nacional.
“¡No podemos sobrevivir con 9.65 dólares por hora!”, exclamaron frente al edificio administrativo del condado, en una escala de su manifestación que inició en la Placita Olvera y terminó en el parque Grand.
La protesta coincidió con la presentación de la propuesta de presupuesto del condado, que establece un gasto de 26,900 millones de dólares, ligeramente inferior al del ciclo anterior, que financiaría alrededor de 1,300 puestos adicionales, en su mayoría trabajadores sociales, agentes del Sheriff y enfermeros.
Estos trabajadores pidieron a los supervisores del condado les ayuden a “salir de la pobreza”, unidos en la campaña por mejores salarios que encabezan empleados de restaurantes de comida rápida y de cadenas de supermercados, que hoy miércoles realizarán protestas en diversas ciudades del país.
“Esto es parte de un movimiento que está creciendo”, dijo Rocío Sáenz, vicepresidenta del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios (SEIU). “Se ha creado este debate a nivel nacional de que hay una economía rota”, agregó.
Un estudio concluyó que el 81% de los cuidadores en casa vive por debajo del nivel federal de pobreza, que el 33% depende de la asistencia pública y que el 18% recibe estampillas de comida.
“Demandamos que actúen ahora”, dijo Cassandra Sánchez, uno de los cientos de cuidadores que marcharon al ritmo de las canciones “Higher ground” de Steve Wonder y “Uptown Funk!” de Bruno Mars.
Sin tanta euforia caminaron por el Centro Cívico Ana María Rodríguez y su hija, Daisy, diagnosticada con retraso mental y debilidad muscular. Durante 24 años ella se ha dedicado a bañarla, cepillarle la boca, peinarla y asistirla en todas sus necesidades.
Desde hace cuatro años el condado le paga 9.65 por cada una de las 25 horas de la semana que la señora Rodríguez atiende a su hija bajo pago del condado.
“No sobrevive uno, hay que pagar vivienda, utilidades, comida, vestuario, medicamentos”, enumeró la residente de Whittier y quien llegó a este país hace 29 años proveniente de Ciudad Juárez, México.
“Con este dinero que nos dan piensan que uno sobrevive, pero no es para uno, es para ellos”, dijo Rodríguez. “Si ganara 15 dólares por hora mejoraría la calidad de vida de mi hija”.
‘NI PARA HAMBURGUESAS ALCANZA’
María Baraona tiene 78 años y un sinfín de complicaciones: diabetes, problemas cardiacos, artritis, recibe tres tratamientos de diálisis por semana y se transporta en silla de ruedas.
Depende casi por completo de su hija, Ana Chávez, pero ella por cuidar de su madre reciba solo 65 centavos por encima del salario mínimo en California.
“Es muy difícil, yo solo trabajo cuidándola a ella”, dijo Chávez, de 55 años. “Es complicado vivir con este sueldo, usted sabe que todo está muy caro”, continuó.
Por el alquiler de un apartamento en el área de Westlake ellas pagan 1,000 dólares, casi lo que el condado le paga a la hija por el cuidado de la madre.
Baraona, quien hace 20 años emigró de Guatemala, comenta que para solventar sus necesidades básicas han pedido prestado. “Estamos pasando por muchas situaciones económicas graves”, dijo.
Postrada en su silla de ruedas, la guatemalteca cuenta que comer fuera de casa es ahora un lujo. “Antes me iba a comer, a pasear y ahora nada, ya no salimos siquiera a comer hamburguesas en la calle”, dijo la anciana.

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