Editorial: Nueva oportunidad para la DEA

El cambio de dirección es una oportunidad para replantear prioridades y las operaciones de la DEA ante los cambios en la sociedad estadounidense

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 Crédito: Archivo | Impremedia

La renuncia de la administradora de la Agencia Federal Antidrogas (DEA), Michele Leonhart, no es una sorpresa. En todo caso, lo que llama la atención es que ella haya permanecido tanto tiempo en su cargo ante los diversos problemas de la agencia. 

El último escándalo en la DEA fue la gota que derramó el vaso. El Congreso perdió la confianza en la administradora después de revelarse que un grupo de agentes de la DEA en Colombia participó en numerosas fiestas con prostitutas pagadas por los cárteles de la droga. Un reporte interno indica que no se le dio mayor importancia a estos incidentes como para realizarse una investigación en Washington, luego se escondieron detalles de los mismos ante la pesquisa posterior del Inspector General. Finalmente a los agentes involucrados se les dio un castigo irrisorio suspendiéndolos entre dos y 10 días. 

La DEA bajo  la dirección de Leonhart, desde 2007, se ha visto involucrado en numerosas controversias de todo tipo. Desde incidentes confusos como el ocurrido en Honduras en mayo 2012 en el que murieron tres inocentes, dos mujeres y un joven de 14 años de edad, durante un operativo, al desembolso de millones de dólares a informantes mentirosos y a la confiscación de de dinero en efectivo por parte de agentes sin causa probable y usando, en muchos casos, un perfil racial, de acuerdo a un reporte del Departamento de Justicia. 

Lo peor es que la DEA, mucho antes de los ataques terroristas del 9/11, ya estaba recaudando   listas de virtualmente todos los llamados telefónicos desde Estados Unidos a casi 116 países ligados al tráfico de drogas. La agencia Reuters reveló que la información de este gigantesco operativo de vigilancia era compartido con la policía local para que haga los arrestos. En algunos casos, la DEA asesoraba a la policía como esconder la fuente de información no solo de los abogados defensores sino también de los fiscales y jueces. 

El cambio de dirección es una oportunidad para replantear prioridades y las operaciones de la DEA ante los cambios en la sociedad estadounidense, por ejemplo, la aceptación pública de la marihuana. También para restaurar la crediblidad general de la agencia dentro y fuera de Estados Unidos. El congresista demócrata Elijah Cummings dijo que el reporte interno mostraba “una agencia de la DEA fuera de control”; el cambio de administrador es el momento para hacer correcciones.

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