¿Qué tan seguros son tus camarones?

Una guía de Consumer Reports para elegir los camarones más saludables, más sabrosos y obtenidos de la manera más responsable

camarones seguros

Muchos camarones contienen bacterias y antibióticos. Crédito: Consumer Reports



Los estadounidenses amamos los camarones. Cada uno come, en promedio, casi 4 libras por año, y así los camarones son más populares que el atún. Si bien en algún momento se les consideró un gusto para ocasiones especiales, los camarones son ahora tan universales que esperamos encontrarlos tanto en el menú de un costoso asador como en el de un local de comida rápida.

De hecho, los estadounidenses comemos aproximadamente tres veces más camarones que hace 35 años. A fin de satisfacer nuestro insaciable apetito, Estados Unidos se ha convertido en un país de importación masiva: alrededor del 94% de nuestro suministro de camarones procede del exterior, de países como India, Indonesia y Tailandia.

Pero nuestra pasión por los camarones tiene una desventaja. La mayor parte de los camarones que importamos proviene de “criaderos”, en donde se crían en gigantescos tanques industriales o en estanques artificiales de poca profundidad que pueden extenderse por acres y acres. En algunos casos, puede haber 150 camarones ocupando un solo metro cuadrado (aproximadamente el tamaño de un televisor de pantalla plana de 60 pulgadas), donde los alimentan con gránulos (pellets) comerciales que, a veces, contienen antibióticos para prevenir enfermedades.

Si los estanques no se controlan con cuidado, puede formarse un depósito de materia fecal, sustancias químicas y restos de comida, y entrar en descomposición. Las aguas residuales se pueden verter en vías fluviales cercanas de manera periódica. “Pueden comenzar a crecer bacterias y algas, y se pueden establecer enfermedades, lo que provoca que los criadores utilicen fármacos y otras sustancias químicas que podrían quedar en el camarón y filtrarse en el entorno”, expresó la doctora Urvashi Rangan, directora ejecutiva del Centro de Sustentabilidad y Seguridad Alimentaria de Consumer Reports. Esas prácticas de cría de camarones plantean serias preocupaciones, no solo acerca de qué tan seguros son los camarones para el consumo, sino sobre el daño medioambiental que puede provocar criarlos de esa manera.

Para los compradores, el dilema comienza en el supermercado, donde resulta difícil saber qué comprar. Las etiquetas y los nombres pueden ser confusos, carecer de sentido o, incluso peor, ser engañosos. Es posible que los vendedores no siempre digan (o sepan siquiera) la verdad sobre el origen del los camarones que ofrecen. Y el encanto de una etiqueta que manifiesta que los camarones son “naturales” o “silvestres” puede ocultar el hecho de que algunas de las variedades más caras no necesariamente sean más frescas o sabrosas.

Por este motivo, Consumer Reports decidió inspeccionar de cerca a los camarones desde el punto de vista de las pruebas, del sabor y de la compra. Obtuvimos algunos hallazgos preocupantes, incluidas bacterias y residuos de antibióticos en algunas muestras. Pero también hubo buenas noticias, puesto que hay muchas opciones saludables disponibles.

No existe un método infalible para asegurarse de que uno no se va a enfermar con las bacterias del camarón, pero seguir nuestras reglas de preparación segura mejorará sin dudas las probabilidades. Y para estar seguro de que estás comprando los camarones más limpios y aquellos pescados o criados de la manera más responsable, y de que recibes lo que estás pagando en el mostrador de la pescadería, utiliza nuestra guía incluida aquí.

Lo que mostraron nuestras pruebas: bacterias y otros problemas

A pesar del enorme consumo de camarones en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) analizó solo un 0.7% de los cargamentos de camarones provenientes del extranjero el año pasado. Para llevar a cabo nuestro análisis, Consumer Reports compró 342 paquetes de camarones congelados (284 muestras de camarones crudos y 58 muestras de camarones cocidos) en cadenas grandes de supermercados, hipermercados y tiendas “naturistas” de 27 ciudades en EEUU. (No incluimos camarones frescos sin congelar debido a que representan solo un pequeño porcentaje de los camarones que compran los consumidores).

Realizamos análisis para detectar bacterias como salmonella, vibrión, Staphylococcus aureus y E. coli. También buscamos residuos de fármacos para ver si se utilizaron antibióticos al criar los camarones. Los antibióticos, ninguno de los cuales están aprobados en EEUU para la cría de camarones, son problemáticos ya que su uso puede, en última instancia, provocar que las bacterias se vuelvan resistentes a los antibióticos; esto implicaría que, en algún punto, el antibiótico pudiera dejar de funcionar para tratar afecciones comunes de los seres humanos.

Nuestros hallazgos proporcionaron cierto motivo de preocupación. En el 16% de los camarones cocidos y listos para comer, encontramos varias bacterias, incluidas las de vibrión y E. coli. Estas bacterias pueden, potencialmente, provocar enfermedades como intoxicación alimenticia (que puede incluir diarrea y deshidratación) y, en ocasiones poco frecuentes, pueden ser incluso mortales.

En 11 muestras de camarones crudos, cultivados e importados, detectamos antibióticos. Y en 7 muestras de camarones crudos (6 de camarones cultivados y 1 de camarones silvestres), detectamos MRSA, Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, una bacteria que puede provocar infecciones que son, a menudo, difíciles de tratar.

En total, el 60% de los camarones crudos que analizamos tuvieron resultados positivos de detección de bacterias, pero es importante mantener la objetividad de los resultados. En comparación, en 2013, cuando analizamos pechugas de pollo crudas, el 97% de las muestras contenían bacterias, manifiesta la doctora Rangan, quien supervisó el estudio de los camarones y también el de los pollos.

En comparación con las muestras de pollo, fue mucho menor la cantidad de camarones que tuvieron salmonella, que con frecuencia es responsable de los brotes de intoxicación alimenticia. Pero es preocupante que hayamos encontrado vibrión en muchas muestras de camarones. “Los vibriones son las causa más frecuente de intoxicación alimenticia debido al consumo de ostras crudas”, expresa Rangan. “Y si bien el proceso de cocción matará la mayoría de las bacterias de los camarones, los resultados de nuestros análisis plantean verdaderas preguntas acerca de cómo se crían, procesan y regulan los camarones”.

Camarones sucios: lo que descubrimos

Consumer Reports realizó pruebas en 284 muestras de camarones crudos comprados en tiendas del país y los analizó para detectar contaminación bacteriana. La última columna muestra el porcentaje de muestras que contenía, al menos, una de las siguientes bacterias: vibrión, estafilococo dorado, E. coli, listeria o salmonella, bacterias que pueden, potencialmente, provocarte una enfermedad. Nuestros expertos dicen que debe hacerse más para prevenir la contaminación, pero debes saber que la cocción debería matar las bacterias.

  • Camarón cultivado de Bangladesh: Muestra analizadas – 12. Porcentaje con bacterias: 83%
  • Camarón cultivado de India: Muestra analizadas – 42. Porcentaje con bacterias: 74%
  • Camarón cultivado de Indonesia: Muestra analizadas – 36. Porcentaje con bacterias: 69%
  • Camarón cultivado de Ecuador: Muestra analizadas – 18. Porcentaje con bacterias: 61%
  • Camarón cultivado de Vietnam: Muestra analizadas – 40. Porcentaje con bacterias: 58%
  • Camarón cultivado de Tailandia: Muestra analizadas – 41. Porcentaje con bacterias: 42%
  • Camarón silvestre de Argentina: Muestra analizadas – 12. Porcentaje con bacterias: 33%
  • Camarón silvestre de EEUU: Muestra analizadas – 55. Porcentaje con bacterias: 20%

¿Deberías comprar camarones cultivados después de todo?

El negocio de los camarones puede ser extraordinariamente lucrativo si se desarrolla a gran escala. Un criadero mediano de camarones en el sudeste de Asia puede producir cerca de un millón de libras de camarones al año, un poderoso incentivo para que los criadores lleven al máximo la producción.

Pero existen indicios de que esas enormes operaciones en el extranjero podrían usar antibióticos similares a aquellos con los que cuentan los seres humanos para tratar infecciones. Por ejemplo, es posible que utilicen tetraciclinas. Si bien muchos países autorizan el uso de antibióticos para la cría de camarones, no está permitido su uso para la cría de camarones extranjeros destinados al mercado estadounidense.

Asimismo, los criadores de camarones extranjeros podrían estar usando también pesticidas como fosfatos orgánicos tóxicos y agentes antifúngicos como la violeta de genciana, que puede ser cancerígena. Estos productos químicos no solo no están autorizados para la cría de camarones por EEUU, sino que también pueden poner en riesgo tu salud y dañar el medioambiente.

Un motivo por el que los criadores recurren a los antibióticos es que los camarones que se encuentran abarrotados en los criaderos son extremadamente susceptibles de contraer enfermedades, como el síndrome de mortalidad temprana (EMS, por sus siglas en inglés), que puede acabar con producciones enteras. En 2013, se informó que el EMS redujo la producción de camarones de Tailandia en un 50%. Pero aquí hay una extraña falta de lógica: según el doctor Donald Lightner, profesor de ciencias veterinarias y microbiología de University of Arizona, el EMS no responde a los antibióticos. De hecho, nuestros expertos manifiestan que algunas de las enfermedades más devastadoras de los camarones son causadas por virus, sobre los que los antibióticos no tienen efecto alguno.

La FDA tiene la función de inspeccionar los camarones que ingresan en EEUU para asegurarse de que no contengan fármacos u otras sustancias químicas no permitidas en los camarones importados. Pero en nuestros análisis, 11 muestras de camarones criados en Vietnam, Tailandia y Bangladesh tuvieron resultados positivos de uno o más antibióticos: 9 tuvieron resultado positivo de oxitetraciclina, 3 contenían enrofloxacina y 2 contenían sulfamidas. De acuerdo con la FDA, si se hubieran detectado esos fármacos en un solo camarón, se habría denegado el ingreso del cargamento entero a EEUU.

Las pequeñas cantidades de antibióticos que detectamos probablemente no afectarían la salud de un consumidor típico, expresa Michael Crupain, médico con una maestría en salud pública, director del Centro de Sustentabilidad y Seguridad Alimentaria de Consumer Reports. Pero la cría de camarones con antibióticos puede llegar a causar daños a largo plazo: los antibióticos no matan todas las bacterias, y aquellas que sobreviven se pueden multiplicar. Si estas bacterias resistentes provocaran infecciones, ciertos antibióticos que alguna vez las trataron podrían dejar de funcionar.

Además, la resistencia se puede transferir a otras bacterias, incluidas aquellas que provocan infecciones comunes en seres humanos. De hecho, los Centros Nacionales para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que las infecciones resistentes a los antibióticos contribuyen con 23,000 muertes y más de dos millones de enfermedades en EEUU cada año.

Encontramos la bacteria resistente a los antibióticos, MRSA, en 6 muestras de camarones cultivados provenientes de Vietnam, Bangladesh y Ecuador, y en una muestra silvestre de EEUU. El MRSA te puede enfermar. “Se propaga a través del contacto, de modo que si el MRSA entra en contacto con tu piel mientras preparas camarones crudos, podrá, potencialmente, causarte una infección, especialmente si tienes una escoriación o una cortada”, expresa Crupain. El MRSA causa infecciones cutáneas y sanguíneas graves. Y alrededor de 11,000 personas mueren a causa del MRSA en EE.UU. cada año. Detectamos más MRSA en los camarones que en nuestros estudios con carne de cerdo, pollo y pavo molido.

¿Qué camarones cultivados debes comprar entonces? Consumer Reports recomienda comprar camarones cultivados que hayan sido criados sin productos químicos, incluidos antibióticos. Esto puede incluir camarones criados en estanques grandes al aire libre que imiten un hábitat natural o en tanques que filtren y reciclen el agua y los residuos constantemente. Consumer Reports evaluó organizaciones y tiendas que certifican si los camarones cultivados, tanto nacionales como importados, fueron criados sin fármacos ni productos químicos.

Recomendamos los camarones cultivados cuyas etiquetas contengan los certificados de Naturland, Aquaculture Stewardship Council o Whole Foods Market Responsibly Farmed (criados de manera responsable). Otra certificación común es la de Best Aquaculture Practices (Buenas prácticas de acuicultura), pero detectamos antibióticos en 4 muestras con esa etiqueta.

El viaje de 8,000 millas al plato de un estadounidense

La mayoría de nuestros camarones son importados, y la mayoría de ellos son cultivados. La cría se puede llevar a cabo de manera responsable, pero cuando no es así, se pueden presentar numerosas cuestiones que son poco saludables, peligrosas para el medioambiente y nada apetecibles, como las que se enumeran a continuación.

1. Un estanque de camarones en Asia o Sudamérica. Los problemas pueden comenzar antes de que se coloque un solo camarón en el criadero; para hacer lugar para los estanques, se pueden dañar áreas costeras naturales. Se pueden añadir decenas de miles de camaroncitos o alevines, y el abarrotado criadero puede producir una enorme cantidad de desechos. Si el criadero no se controla de manera apropiada, pueden crecer bacterias y aparecer enfermedades.

2. Qué hay en el estanque. A fin de mantener la productividad de los estanques y controlar las enfermedades, los criadores extranjeros utilizan, a veces, antibióticos y otros productos químicos. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) les exige a los procesadores que los camarones destinados al mercado estadounidense no se críen con sustancias no autorizadas. “Pero su cumplimiento es prácticamente inexistente”, expresa Jean Halloran, directora de las iniciativas de políticas alimentarias de Consumers Union, la división de políticas de Consumer Reports. La FDA inspecciona regularmente menos de 2,000 de los cientos de miles de centros extranjeros que exportan alimentos a EEUU cada año.

3. La planta de procesamiento. Aquí es donde a los camarones se les quita la cabeza, el caparazón y la vena, y se envasan en ordenados paquetes. La FDA les exige a los procesadores que identifiquen cualquier peligro potencial para la salud en sus plantas. “Pero alguna de las bacterias que identificamos, como la de estafilococo dorado, puede provenir de la manipulación”, expresa Michael Crupain, M.D., M.P.H., director del Centro de Sustentabilidad y Seguridad Alimentaria de Consumer Reports. “Esto sugiere que es posible que los procesadores no estén ejerciendo una buena higiene, como el lavado de manos o el uso de guantes”.

4. Bienvenidos a Estados Unidos. La FDA examina solo el 3.7% de los cargamentos de camarones que ingresan en el país, y “examina” puede significar que simplemente lea la etiqueta del cargamento y no analice realmente los camarones. En 2014, la FDA analizó solo un 0.7% de los cargamentos de camarones del extranjero. En los análisis de Consumer Reports, muchos camarones cultivados en Tailandia, Vietnam y Bangladesh tuvieron resultados positivos en los análisis para detectar antibióticos, y el 28% de los camarones no cocidos tuvieron resultados positivos en los análisis para detectar vibrión, un patógeno potencial.

5. Tu supermercado en cualquier parte de EEUU. A los supermercados se les exige que especifiquen de dónde vienen los camarones. Pero debido a la complejidad de las leyes, el envase puede no enumerar cada parada en el camino, especialmente si los camarones están empanizados o fueron “transformados sustancialmente” de otra manera. Mira los videos de Consumer Reports sobre camarones en ConsumerReports.org/cro/shrimp0615.

¿Los camarones silvestres son una mejor opción?

Uno de los motivos por el que los camarones cultivados son tan populares es que pueden ser más económicos que los camarones silvestres, que se pescan en el océano. Nuestros análisis sugieren que los camarones silvestres de las aguas estadounidenses pueden bien valer su precio más alto. De todos los camarones que evaluamos, fueron los que menos probabilidades tenían de albergar cualquier tipo de bacteria o de contener sustancias químicas.

Pero vale la pena analizar cómo afecta al medioambiente optar por camarones silvestres. Según Amanda Keledjian, una científica marina del grupo de conservación sin fines de lucro Oceana: “las redes arrastradas por el piso del océano pueden dañar gravemente el fondo del mar y todo lo que viva allí”. Los cálculos varían, pero se pueden matar, al menos, entre 1 y 3 libras de otras especies, incluidas las tortugas marinas en peligro de extinción, por cada libra de camarones silvestres capturados. A fin de reducir el impacto al mínimo, la ley federal de EEUU les exige a los camaroneros, con algunas excepciones, que equipen sus redes con dispositivos que permitan que otras formas de vida marina escapen. No obstante, expresa Rangan, “una ley de los códigos de Luisiana prohíbe que se exija el cumplimiento de esas normas”.

De todas formas, cuando de seguridad y sustentabilidad se trata, nuestra primera opción son los camarones silvestres capturados de manera responsable en EEUU. Consumer Reports recomienda comprar camarones silvestres con el certificado del Marine Stewardship Council, una organización que garantiza que los camaroneros están pescando de manera responsable; camarones de Whole Foods Market; y aquellos descritos como “Best Choices” (Mejores opciones) o “Good Alternatives” (Buenas alternativas) en la guía Seafood Watch de Monterey Bay Aquarium que se encuentra en seafoodwatch.org.

¿Cuáles tienen mejor sabor: los camarones silvestres o los cultivados?

Los entendidos en camarones, desde los chefs famosos hasta los camaroneros experimentados, afirman que pueden detectar una clara diferencia entre los camarones silvestres y los cultivados, y hay algunos datos científicos para respaldar sus afirmaciones. La División de ciencia y tecnología de los alimentos de CSIRO en Sydney analizó camarones silvestres y cultivados para investigar por qué pueden tener diferente sabor. Sin lugar a dudas, los camarones silvestres tenían niveles mucho más altos de compuestos denominados bromofenoles, que los investigadores identificaron con un sabor “de sal marina, oceánico”.

Pero no presumas que salado significa mejor. A fin de realizar una pequeña degustación, Consumer Reports compró 24 paquetes de 7 tipos de camarones congelados de Whole Foods Market, cerca de nuestra oficina central de Yonkers, N.Y. Entre ellos había camarones blancos del Atlántico, rosados de Key West y blancos del golfo, todos pescados en EEUU, así como camarones cultivados de Tailandia, Ecuador y Vietnam. Los tamaños variaron, pero la diferencia de precios fue sorprendente; osciló de los $10 por libra con respecto a los camarones cultivados de Ecuador a los $19.99 por libra con respecto a los camarones silvestres blancos del Golfo y los rosados de Key West.

En general, nuestros degustadores detectaron muy poca diferencia entre los camarones cultivados y los silvestres. Pero observaron que algunos de los camarones silvestres tenían sabor a yodo, un sabor que probablemente se deba a los niveles más altos de bromofenoles según nuestros expertos. La intensidad de ese sabor variaba; fue más fuerte en los camarones del Golfo de México y más suave en los camarones de los Cabos de Florida y del Atlántico.

“Desde el punto de vista nutricional, independientemente de que elijas camarones silvestres o cultivados, contienen los mismos nutrientes principales”, expresa Amy Keating, dietista matriculada, una nutricionista de Consumer Reports. En una porción de 3 onzas de camarones cocidos, obtendrás 101 calorías, 19 gramos de proteínas, 1 gramo de grasa y 179 miligramos de colesterol, lo que convierte a los camarones en una fuente de proteínas saludable y baja en grasas.

¿Puedes confiar en las etiquetas de los camarones?

No siempre. “Si la etiqueta del camarón dice ‘orgánico’, ignórala”, aconseja Rangan. “No hay normas estadounidenses para las etiquetas orgánicas cuando se trata de mariscos, a diferencia de los productos agrícolas y la carne”. Lo mismo se aplica para las etiquetas que manifiestan que un paquete de camarones es “natural” o tiene “conciencia medioambiental”.

También escogimos una bolsa de camarones cuya etiqueta decía “libre de sustancias químicas” (una afirmación que no está regulada) y cuyo análisis arrojó resultados positivos con respecto a los antibióticos oxitetraciclina y sulfamethoxazol. “Los antibióticos son sustancias químicas”, expresó Rangan. “Los productores deberían ser honestos acerca de la manera en que se crían sus camarones”.

El Departamento de Agricultura exige que los supermercados y las tiendas de membresía declaren si los camarones son silvestres o cultivados, además del país de origen. Pero en un estudio de Oceana de 2014 se descubrió que incluso esas clasificaciones comunes pueden ser inexactas. Oceana compró 143 muestras de camarones de 111 proveedores de todo el país y les realizó análisis de DNA para saber qué tipo o especie habían comprado exactamente. Resultó ser que el 30% de las etiquetas eran, de alguna manera, engañosas.

Por ejemplo, en algunos casos los camarones cultivados de patas blancas (el camarón que con más frecuencia se cultiva a escala mundial) se vendían como camarones silvestres. “Se trata de una estafa en materia de mariscos, en especial si se considera que el precio de los camarones silvestres es mucho más alto”, afirma la autora del estudio y científica senior, la doctora Kimberly Warner. Oceana encontró incluso un pequeño camarón de coral, que no se come, mezclado en una bolsa de camarones de tamaño para ensalada.

¿Cómo puede el consumidor llevar a cabo elecciones inteligentes con estos dudosos vendedores de camarones? Marianne Cufone, una abogada ambientalista y directora ejecutiva de Recirculating Farms Coalition, dice que hay algunas pistas que te pueden ayudar a diferenciar los camarones silvestres de los cultivados. “Con frecuencia el tamaño, la forma y el color de los camarones silvestres varían porque no todos tienen una genética idéntica”, dice. “Los lotes de camarones cultivados a menudo maduran al mismo tiempo, comen la misma comida y viven en el mismo ambiente, de modo que es más probable que se vean iguales”. El segundo consejo de Cufone: “Identifica excremento, o lo que se denomina vena, por cortesía”. Con frecuencia, los criadores de camarones dejan de alimentar a los camarones antes de recolectarlos para que la vena se vacíe. Si ves una línea oscura, hay más probabilidades de que sean realmente camarones silvestres.

¿Cuáles son mejores: los ‘frescos’ o los congelados?

Otra elección confusa para los consumidores es la de comprar camarones congelados o comprar camarones “frescos” en el mostrador de la pescadería. En general, no importa demasiado. Si compras en una tienda de mariscos gourmet o en un mercado cerca de la costa, es posible que consigas camarones verdaderamente frescos. Pero la mayoría de los camarones son congelados apenas se les pesca.

Steven Wilson, subdirector de la Oficina de Asuntos Internacionales e Inspección de Pescados y Mariscos del Servicio de Pesca de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional (NOAA, pos sus siglas en inglés), dice que existen probabilidades de que la reluciente bandeja de camarones del mostrador de la pescadería de tu tienda haya sido congelada previamente y luego descongelada. De hecho, es posible que se trate de los mismos camarones que se encuentran en el congelador, solo que descongelados.

¿Crudos o cocidos?

De acuerdo con una encuesta del Centro de Investigación Nacional de Consumer Reports de 2015 donde participaron 1015 estadounidenses adultos, más de un cuarto de los compradores prefieren que sus camarones sean precocidos. Si bien puede resultar cómodo comprar camarones cocidos, no es una garantía de seguridad. En nuestros análisis, detectamos bacterias preocupantes, incluidos vibrión y Staphylococcus aureus, en algunas de nuestras muestras cocidas. Si quieres ser extremadamente cuidadoso, puedes comprar los camarones crudos, manipularlos de manera adecuada y cocinarlos tú para matar cualquier bacteria.

Cómo elegir

Silvestres. Al comprar camarones silvestres, busca aquellos que estén certificados por el Marine Stewardship Council. También recomendamos los camarones silvestres descritos como “Best Choices” (Mejores opciones) o “Good Alternatives” (Buenas alternativas) en seafoodwatch.org/seafood-recommendations. Evita los camarones pescados en Louisiana, el único estado que no exige el cumplimiento de la ley federal que requiere que los camaroneros utilicen un dispositivo que les permita a las tortugas marinas escapar de las redes para pescar camarones.
Cultivados. Al comprar camarones cultivados, busca aquellos que cuenten con estas certificaciones: Naturland, Aquaculture Stewardship Council, o Whole Foods Responsibly Farmed.

Seis camarones populares

Camarón blanco (Litopenaeus Setiferus)

Descripción: Los camarones blancos son preciados por su dulce y tierna carne, con caparazones fáciles de pelar. La pesca comercial de estas criaturas de aguas cálidas comenzó en 1709.

De dónde provienen: Se les recolecta desde North Carolina hasta Texas, y la mayoría se obtiene del Golfo de México y del delta del río Mississippi en Louisiana.

Camarón de pata blanca (Litopenaeus Vannamei)

Descripción: Los camarones de pata blanca, también llamados camarones blancos del Pacífico, tienen un cuerpo translúcido que con frecuencia tiene  un matiz verde azulado.

De dónde provienen: Son originarios del este del Océano Pacífico, pero se crían en EEUU y el extranjero.

Camarón marrón (Farfantepenaeus Aztecus)

Descripción: Los camarones marrones o cafés tienen caparazones de color café rojizo con apéndices de cola de abanico de color verde oscuro y rojo. Junto con los camarones blancos, son los camarones silvestres pescados en EEUU que se venden con más frecuencia.

De dónde provienen: Provienen principalmente del Golfo de México y también se les puede llamar camarones dorados, de verano o de cola roja.

Camarón de roca (Sicyonia Brevirostris)

Descripción: A los camarones de roca se los llama con frecuencia el “pequeño camarón con gran sabor a langosta”. Su nombre deriva de su caparazón duro como piedra, se les consideraba una pesca desechable hasta que a fines de la década de 1960 se desarrolló una máquina para partir sus duros caparazones y destriparlos.

De dónde provienen: La mayor parte de la pesca de EEUU proviene de la costa este de Florida, cerca del Cabo Cañaveral.

Camarón o langostino manchado (Pandalus Platyceros)

Descripción: Los langostinos manchados son los camarones de agua fría más grandes que se venden y tienden a ser costosos.

De dónde provienen: Los pescan en estado salvaje cerca de las costas de Alaska, California, Washington y British Columbia.

Camarón tigre (Penaeus Monod)

Descripción: Se les conoce también como langostinos tigre gigantes y camarones o langostinos tigre negro. Constituyen el producto pesquero cultivado más importante de Asia, en cuanto a su valor económico. EEUU es uno de los principales mercados de exportación de Asia.

De dónde provienen: Estos camarones relativamente grandes viven cerca de las costas de Australia, del sudeste de Asia, del sur de Asia y del este de África.

Verdades, mentiras y crustáceos

Queríamos saber qué saben realmente los pescaderos acerca de los camarones que venden, de modo que nuestros compradores misteriosos fueron a comprar camarones cerca de nuestra oficina central de Yonkers, New York. A continuación, incluimos algunos comentarios jugosos de lo que nos contaron los vendedores de pescado:

Preguntamos: “¿Estos camarones son orgánicos?” La respuesta del vendedor: “Sí, son orgánicos”. La verdad: No hay normas sobre la naturaleza orgánica de los camarones, ni de ningún pescado o marisco, en EEUU.

Preguntamos: “¿Por qué son más caros los camarones silvestres?” La respuesta del vendedor: “Los camarones silvestres son más caros porque son mejores para usted”. La verdad: De acuerdo con nuestros dietistas, los camarones cultivados y silvestres tienen el mismo perfil nutritivo básico. Pero desde el punto de vista de la seguridad y la sustentabilidad, este pescadero tiene razón; nuestros expertos afirman que los camarones silvestres pescados de manera sustentable en EEUU son la mejor opción para ti.

Preguntamos: “¿Por qué se utilizan los antibióticos en la cría de camarones?” La respuesta del vendedor: “Los antibióticos se utilizan para que los camarones tengan un mejor sabor”. La verdad: Los antibióticos se usan para combatir o prevenir enfermedades, pero no deberían utilizarse.

Preguntamos: “¿Debo lavarme las manos luego de manipular camarones crudos?” La respuesta del vendedor: “No, no necesitas lavarte las manos después de manipular camarones”. La verdad: Siempre debes lavarte las manos luego de tocar camarones crudos. Pueden albergar bacterias que te podrían contagiar enfermedades.

Una preparación segura de camarones

Incluso cuando se trate de los mejores camarones posibles, es importante un manejo adecuado en la cocina. De la tienda a la hornilla de la estufa, al horno o a la parrilla o asador, aquí te diremos cómo manipularlos y prepararlos de una manera segura:
Consérvalos fríos. Las bacterias se multiplican a temperaturas superiores a los 40 °F, por lo tanto no debes permitir que los camarones se entibien antes de cocinarlos. Asegúrate de que sean uno de los últimos artículos que colocas en tu carrito de compras en el super. Y si compras camarones en el mostrador de la pescadería, pide una bolsa de hielo para mantenerlos fríos. Piensa en tener una nevera portátil en el auto para el camino a casa. Luego, coloca los camarones en hielo o en el congelador hasta que estén listo para cocinarlos.
Si los compras congelados, descongelarlos y congelarlos nuevamente bajará su calidad, pero no debería representar un riesgo para la salud en la medida en que los camarones se mantengan por debajo de los 40 °F.

Trabaja con rapidez: Al quitarles el caparazón o la vena para que los camarones pasen menos tiempo en tus manos tibias. En la medida en que sea posible, mantenlos con hielo o en un recipiente con agua helada.

Desecha adecuadamente las venas y los caparazones no cocidos para contener las bacterias que puedan tener.

Lávate las manos de inmediato: Así como cualquier utensilio de cocina que haya estado en contacto con los camarones crudos. Esto reduce el riesgo de propagar las bacterias de los camarones a cualquier otro alimento que estés sirviendo.

Lo que necesitas saber de las etiquetas de los camarones

Aquí te decimos lo que debes mirar en las etiquetas. Creemos que tu mejor opción son los camarones silvestres pescados de manera responsable en EEUU, incluidos aquellos que recomienda seafoodwatch.org.

  • Marine Stewardship Council indica que los camarones silvestres se pescaron utilizando prácticas de pesca sostenibles. Esto puede incluir equipar las redes para pescar con dispositivos que permiten que otros animales escapen.
  • Aquaculture Stewardship Council indica que los camarones se criaron sin antibióticos y de conformidad con las pautas de protección del medioambiente. Esta etiqueta garantiza también que los criaderos de camarones no emplean trabajos forzados. Sin embargo, las pautas permiten el uso de ciertos productos químicos, incluidos algunos pesticidas, y no restringen la cantidad de camarones que puede haber en un estanque.
  • Naturland indica que los camarones se criaron de conformidad con las pautas que prohíben el abarrotamiento de los estanques de camarones y el uso de productos químicos, incluidos antibióticos, pesticidas y desinfectantes. Que los camarones reciben alimentos producidos con comida para pescado capturada de manera sostenible y que los criaderos no emplean trabajo forzado.
  • Whole Foods Market Responsibly Farmed certifica que los camarones se criaron en condiciones de protección del medioambiente, sin antibióticos y con un uso limitado de productos químicos. Pero no hay un límite para la densidad de camarones dentro de un estanque. Esta etiqueta solo puede encontrarse en las tiendas de Whole Foods Market.

No confíes

Tortugas seguras. Esta afirmación no está respaldada por un set de normas consistentes.

Natural. Este término no tiene una definición oficial en relación con los camarones. Ignóralo.

Orgánico. No existe una norma aprobada para los pescados y camarones orgánicos en EEUU.

Sustentable. No existe una definición regulada de “sustentable o sostenible”. Cualquier vendedor puede afirmar esto.

Con conciencia medioambiental. Es fácil afirmar esto, pero esta declaración no está respaldada por un conjunto coherente de normas a fin de garantizar que los camarones se pescaron o criaron de manera sustentable.

Sin hormonas. No existe una definición gubernamental u oficial de este término en relación con los camarones.

Sin antibióticos. En relación con la carne de res y las aves de corral, la frase tiene el significado de lo que afirma, pero con respecto a los camarones, la FDA no ha definido este término.

Nuestro lugar con respecto a los camarones

  • Alrededor del 94% de los camarones de los Estados Unidos son importados, pero en 2014 la Administración de Alimentos y Medicamentos examinó solo un 3.7% de los cargamentos extranjeros de camarones. Los análisis propios de Consumer Reports detectaron indicios de elementos contaminantes poco saludables en camarones comprados en tiendas, incluidos E. coli y vibrión (bacterias que pueden, potencialmente, provocarte una enfermedad) y rastros de antibióticos que están prohibidos en los camarones importados.Y si bien no encontramos todos los antibióticos no autorizados en nuestros análisis, existe la preocupación de que los criadores de camarones extranjeros pueden usarlos ocasionalmente, incluidos cloranfenicol y verde de malaquita. Estas prácticas de cría son perjudiciales para el medioambiente y tienen consecuencias a largo plazo para la salud de los consumidores.A fin de mantener la seguridad de los consumidores, Consumer Reports considera que la FDA debería hacer lo siguiente:
  • Incrementar significativamente las inspecciones en los puertos de EE.UU. y en los criaderos de camarones y las plantas de procesamiento que suministran camarones que se encuentren en el extranjero.
  • Aumentar los análisis de laboratorio de los camarones importados con el objeto de detectar antibióticos, que no están permitidos en ningún caso. El uso excesivo de antibióticos representa un problema porque debilita la efectividad de los medicamentos que pueden salvar vidas, como las tetraciclinas. La FDA debería asegurarse de poder detectar los niveles más bajos de antibióticos que permita la tecnología moderna.
  • Agregar el vibrión a la lista de bacterias que la FDA busca al analizar los camarones. También exigirles a los productores que controlen la contaminación por vibrión, tanto en los criaderos de camarones como en las plantas procesadoras que pelan, destripan y envasan camarones. Se cree que el congelamiento mata los vibriones, pero el 28% de la muestras de camarones congelados no cocidos que se analizaron contenían esta bacteria.
  • Rechazar todas las importaciones de camarones que tengan resultados positivos en los análisis para detectar MRSA, una bacteria que puede causar infecciones difíciles de tratar.

Encuentra más información acerca de los resultados de nuestros análisis en GreenerChoices.org/shrimp.

Nota: Los fondos para este proyecto provinieron de la fundación benéfica The Pew Charitable Trusts. Las opiniones expresadas corresponden a Consumer Reports y a su grupo de defensa de los derechos, Consumers Union, y no necesariamente reflejan las opiniones de The Pew Charitable Trusts.

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