La muerte en el intento por huir
Comienza el destierro de cadáveres en las 139 tumbas encontradas en Malasia
Bangkok
Los equipos forenses de Malasia iniciaron ayer la exhumación de los restos humanos que podrían pertenecer a decenas de víctimas del tráfico de personas que yacen en las 139 tumbas encontradas en 28 campamentos clandestinos en el norte del país.
Un cadáver en avanzado estado de descomposición y otros restos encontrados indicaría, según la autoridades, que los responsables de al menos dos de los campos abandonaron el lugar hace unas semanas de manera precipitada.
“No podemos asegurar el género de la víctima, pero creemos que la persona pudo morir hace tres o cuatro semanas”, dijo el director del departamento de Seguridad Interna y Orden Público, Muhamad Fuad Abu Zarim.
Este periodo de tiempo coincide con el descubrimiento a principios de mayo de varias tumbas poco profundas en el sur de Tailandia, hecho por el cual se generó una campaña para cerrar rutas de inmigración y reducir el tráfico de personas.
Sin embargo, esto provocó un caos entre las redes del crimen ya que tras la medida varios traficantes comenzaron a utilizar rutas marítimas pero al ver que Tailandia también cerró la entrada a sus costas, éstos decidieron dejar a los inmigrantes varados en altamar.
Los cuerpos de los campamentos clandestinos se encontraron a lo largo de seis millas en las densas junglas montañosas que ejercen de frontera natural entre Tailandia y Malasia. El jefe de la Policía Nacional malasia, Jalid Abu Bakar, señaló la víspera que uno de los campamentos encontrados tenía capacidad para unas 300 personas aunque la mayoría estaban preparados albergar a una veintena.
Cercados con alambre de espino, las autoridades se encontraron pequeños barracones techados con lonas negras, prisiones de madera, cocinas con utensilios, y restos de alimentos y atalayas de vigilancia.
Las autoridades creen que la mayoría de cuerpos son de inmigrantes indocumentados bangladesíes y de la minoría musulmana rohinyá, perseguida en Birmania (Myanmar), que quedan en manos de las redes de tráfico en su intento por alcanzar Malasia, el destino de la mayoría de ellos.
Hasta los huesos
Según le dijo Jeffrey Labovitz, jefe de la misión de la OIM en Tailandia, a la cadena BBC se llevó a cabo análisis a personas rescatadas de los centros de detención o refugios en Tailandia y encontraron algunos contagiados con beriberi, una enfermedad causada por deficiencia de vitamina B1.
“Son personas que están esqueléticas, que no tienen grasa en el cuerpo, sólo huesos. Y ya no son capaces de soportar su propio peso”, le dijo el funcionario a la BBC. “Ya no son una mercancía para los traficantes”.
Los colaboradores
El ministro malasio de Interior, Ahmad Zahid Hamidi, expuso la certeza de que algunos miembros de las autoridades locales han colaborado con las mafias de tráfico de personas.
“Nuestras investigaciones muestran que han estado colaborando, no solo con las mafias locales sino también con las redes internacionales incluyendo a tailandeses, bangladesíes y birmanos”, aseguró Ahmad.
Las sospechas se centran en los agentes del Departamento de Bosques debido a que los campamentos se encontraron en terrenos accidentados y son las fuerzas encargadas de custodiar la frontera porosa.
Cerca de 25,000 personas
zarparon en barcos desde Bangladesh y Birmania durante el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo del año pasado, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).