Niegan moratorio contra construcciones lujosas en La Misión
Aunque la mayoría de los supervisores de San Francisco apoyó la propuesta, no se lograron los nueve votos de 11 para aprobar el plan que daría un tiempo para preparar un plan contra los desplazamientos y a favor de la vivienda asequible
Indignación y frustración ha causado la reciente votación del Consejo de Supervisores de San Francisco que rechazó establecer un moratorio a la construcción de viviendas de lujo en el barrio de La Misión.
La falta de voluntad política de algunos supervisores para resolver el devastador desplazamiento social, dicen los críticos, solo acelerará el destierro de numerosas familias latinas del popular distrito.
El martes 2 de junio, en una sesión de más nueve horas de testimonios, declaraciones y protestas, el voto final fue siete a favor y cuatro en contra. Pero la ordenanza provisional y de emergencia propuesta por el supervisor David Campos necesitaba una súper mayoría de 9 votos para ser aprobada.
Junto a Campos, los supervisores Norman Yee, John Ávalos, Malia Cohen, London Breed, Eric Mar y Jane Kim apoyaron el moratorio mientras que Katy Tang, Scott Wiener, Mark Farrell y Julie Christensen lo rechazaron.
Cientos de personas, la mayoría residentes del barrio, abarrotaron las salas y pasillos de la municipalidad para dar a conocer su indignación por la desbocada construcción de viviendas de lujo y los altos precios de los arriendos que están haciendo desaparecer la característica diversidad cultural y económica del distrito y la ciudad. Por ejemplo, en la popular Calle Valencia los arriendos llegan a alcanzar los $9,800 mensuales. Por un departamento de dos dormitorios en Mission y la calle 22 se pide hasta $6 mil mensuales y un departamento similar en la Avenida South Van Ness se arrienda por $5 mil dólares.
En las escaleras de entrada al pomposo edificio municipal, Oscar Grande, organizador de PODER (Pueblo Organizándose para Demandar Derechos Medio-Ambientales) y de la Coalición Plaza 16, repartía panfletos informativos. “Queremos el moratorio porque tenemos que planear, tenemos que desarrollar diferentes mecanismos… Identificar espacios específicos donde la ciudad pueda dedicar recursos para desarrollar viviendas asequibles. Ya estamos hartos de puro habladeros, tenemos que empezar a actuar ahora”, dijo Grande. El 93% de las viviendas nuevas en La Misión son de lujo, dice el panfleto: “está claro que las políticas de la ciudad son un fracaso”.
La supervisora Christensen, quien se encontraba indecisa, dijo que esperaba un plan “que realmente cambie las cosas para todos nosotros, pero hoy no he visto ese plan”. Christensen hizo reaccionar fuertemente al público cuando dijo que al principio iba a votar en favor del moratorio porque “esa gente así lo pide”. “Esa gente” (“these people” en inglés) fue considerada una expresión un tanto racista y excluyente.
“No va a haber un plan si no apretamos el botón de pausa e instituimos el moratorio para realmente estudiar el problema… Creo que no vamos a crear un plan en 45 días (estipulados en el moratorio), vamos a necesitar por lo menos un año para crear ese plan… el moratorio es importante porque no podemos hacer un estudio sin el moratorio, porque a La Misión solo le quedan 13 sitios donde se puede construir. Es también para proteger los empleos de una comunidad que ni siquiera puede pagar los altos costos de los arriendos”, replicó la supervisora Kim.
El supervisor Ávalos dijo que en el Consejo de Supervisores no existe la voluntad política para “hacer que algo importante suceda. No hemos trabajado lo suficientemente duro como para crear las herramientas para construir casas asequibles”. Avalos agregó que los precios de mercado están basados en el mercado mundial no en el local. “¡Escuchen a la comunidad de La Misión que está buscando el tipo de construcción que pueda hacer la diferencia!”, le dijo a su colegas.
“Estoy aquí representando a los siete mil educadores que trabajan educando a los niños”, manifestó el profesor Kent Tray, quien lleva 35 años como profesor en La Misión. Son “cientos de profesores que luchan por conservar sus viviendas en San Francisco y otros cientos que han sido empujados fuera de la ciudad. El moratorio debe permitir al público de San Francisco combatir el desplazamiento y los desalojos a estudiantes y sus familias”, dijo el maestro.
Después de esperar varias hora en la fila para entregar testimonios, la artista residente de La Misión Sharon Stoyer preguntó por qué el supervisor Wiener “no estaba escuchando los comentarios de los residentes”, pues por largos momentos el sillón de Wiener estuvo vacío. Stoyer dijo estar “profundamente preocupada porque la ciudad está en crisis… sin los artistas como parte de esta comunidad nos vamos a convertir en otro Wall Street”, dijo.
—
Una nueva opción
Pero aún no está todo dicho tras el rechazo al moratorio. Los manifestantes anunciaron una nueva propuesta: esta vez será una consulta popular a través del voto ciudadano. Roberto Hernández, de la organización Our Mission: No Eviction, dijo que ya está tramitada la propuesta de un plebiscito similar al moratorio para ser incluida en las elecciones de noviembre.
Vivienda, lujo para muy pocos
“Nadie, excepto unas pocas organizaciones construye viviendas de ese tipo (asequibles). Es un problema gravísimo… (Sólo) el 7% de los residentes tienen suficientes ingresos parta poder comprar o arrendar las nuevas viviendas”, dijo Fernando Martí, del Council of Community Housing Organizations.