Análisis: De la Hoya está por anunciar su regreso al cuadrilátero
El ‘Golden Boy’ evalúa el regreso para enfrentar a Mayweather y eventualmente a Golovkin
Óscar de la Hoya está a un paso de anunciar su regreso al boxeo, si nos atenemos a la suma de circunstancias que rodean esa decisión y luego, más rotundo, a las declaraciones que le dio a ESPN.
Óscar, que tiene 42 años y no pelea desde 2008 cuando Manny Pacquiao le dio una paliza y lo envió al retiro, estaba tranquilo en Los Ángeles, mientras batallaba por superar sus adicciones, hasta que Floyd Mayweather Jr., urgido de un rival taquillero para cumplir sus acuerdos con Showtime, deslizó el nombre de De la Hoya como posible rival.
Se apuró tanto De la Hoya a responder que no… que no le interesaba, que por eso no se lo creyó nadie.
Había, y hay, más de una razón para que De la Hoya tomara interés en volver a los cuadriláteros.
El hecho de ganar 30 millones o más en una noche no parece ser la principal motivación, pues a pesar de que la partida de Richard Schaefer, su socio de muchos años, ha dañado a Golden Boy Promotions, la realidad es que la empresa sigue muy sólida y no tiene problemas de dinero.
Los problemas son en otro frente. El que creó precisamente Schaefer junto al enigmático Al Haymon y que durante la promoción de Pacquiao vs. Mayweather miró de cerca el exolímpico del Este de Los Ángeles: postergación y ninguneo.
Pocos en el mundo del box creen que De la Hoya quiera volver a calzarse los guantes porque le haga falta la adrenalina del gimnasio.
Vuelve porque necesita estar en la foto principal y tomar la revancha contra Floyd Maywewather Jr. es regresar de nuevo al primer plano y sentarse a la mesa de juego y recibir cartas para jugar.
Contactamos a Golden Boy Promotions en busca de información, pero no hubo respuesta afirmativa a una petición de entrevista.
De la Hoya se alista para volver a pelear ante Mayweather Jr. y Gennady Golovkin, y no porque necesite dinero, ni porque la pasión lo llame, sino porque es una manera de volver a estar en la mesa grande de la que lo dejaron fuera por un año la peligrosa yunta Haymon-Schaefer.
Aparecer junto a Mayweather aunque sea para perder en un mal combate es una manera de salvarse.
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