Voces de California: Donald Trump tiene que aprender una lección
Él aprenderá rápidamente que ser el centro de atención no es todo glorioso; las palabras tienen consecuencias
Por: Gil Cedillo, concejal de Los Ángeles
Donald Trump ha hecho un espectáculo en los medios y no es debido a su exitosa carrera como un magnate del sector privado, sino a causa de sus comentarios despectivos sobre los inmigrantes mexicanos. Poniendo la política a un lado, Donald Trump tiene una carrera muy lucrativa construyendo imperios. Sin embargo, no tiene la habilidad política para convertirse en el candidato republicano para la presidencia de los Estados Unidos.
En un esfuerzo por ganar reconocimiento y monopolizar los titulares de prensa, Donald Trump ha ofendido a muchas comunidades, no sólo a los latinos.
Decir que una comunidad tiene la culpa de todos los males de nuestra sociedad es inapropiado y también el usar al latino como un chivo expiatorio.
Una y otra vez nuestra comunidad ha sido culpada por cuestiones fuera de nuestro control. Se nos ha acusado de robar puestos de trabajo, de ser responsable de la desaceleración de la economía y ahora los anuncios de televisión de ‘Los Californianos Para la Estabilización de la Población’ dicen que los inmigrantes han contribuido a la escasez de agua que enfrenta el estado. ¿En qué momento decimos ya es suficiente?
La histeria inmigrante no es nada nuevo en California. Hemos visto lo que es posible cuando permitimos que la intolerancia y la discriminación controle una agenda. La Proposición 187 fue una bofetada en la cara de los latinos. No sólo nos dejó saber que no éramos bienvenidos sino que además dijo que teníamos que regresarnos. ¿Pero regresar a dónde?
California es la octava economía más grande del mundo y es debido al inmigrante que trabaja en la granja de los campos, que trabaja horas irregulares y de doble turno, que se les paga menos del salario mínimo—si es que se les paga en absoluto, porque regularmente son víctimas del robo de salarios.
Los sacrificios de nuestra gente no sólo han sido para ganarse la vida, sino también para proporcionar una vida mejor para sus familias, que al mismo tiempo ha impulsado este estado a su posición económica.
Nuestra gente trabaja en los sectores que otros grupos no se atreven. Aunque el sol cae a plomo sobre las espaldas de nuestra gente, nos encontramos con la frente en alto y con orgullo. Trabajamos duro todos los días sin una sola queja.
En todos mis años como legislador estatal, aprendí muchas lecciones. Me negué a dar marcha atrás a una ley que muchos decían que no llegaría a ningún lugar pero ahora vemos los frutos de nuestro trabajo, ya que más de la mitad de nuevas licencias de conducir se han dado a los inmigrantes en California.
El estar en el ojo público viene con ciertas responsabilidades. Debemos usar nuestra influencia para unir a la gente, no crear discordias entre las comunidades como Donald Trump lo ha hecho.
Él aprenderá rápidamente que ser el centro de atención no es todo glorioso. Él ya ha dividido a la gente en su propio partido por criticar la historia militar del Senador McCain. Donald Trump debe aprender una valiosa lección: las palabras tienen consecuencias.