Presos podrán solicitar becas para la Universidad
Gobierno de Obama levanta prohibición impuesta por el Congreso hace 20 años para darles una "segunda oportunidad
El Gobierno del presidente Barack Obama abrió este viernes la puerta a que algunos presos soliciten unas becas federales para ir a la Universidad prohibidas por el Congreso hace más de 20 años y que el mandatario quiere restaurar para dar una segunda oportunidad a los reclusos.
“Vamos a comenzar un programa piloto (…) El objetivo es dar a estos jóvenes, hombres y mujeres, la oportunidad de volver a la escuela, obtener un título en la Universidad y transformar sus comunidades”, anunció el secretario de Educación, Arne Duncan, desde el correccional de la localidad de Jessup (Maryland).
Duncan y la fiscal general, Loretta Lynch, anunciaron una “iniciativa experimental” para que un número limitado de reos puedan asistir entre rejas a diferentes clases universitarias y, una vez que estén fuera, puedan convalidarlas y obtener un título universitario que les abra las puertas del trabajo y la reinserción.
La iniciativa, bautizada como “Second Chance Pell Pilot program”, busca ampliar el programa de becas Pell, destinado a estudiantes de bajos recursos y que las personas recluidas en prisión no pueden recibir desde que, en 1994, el Congreso federal aprobara una ley anticrimen para impedir que los reos de prisiones federales o estatales perciban ayudas gubernamentales.
Esta prohibición no afecta a aquellos recluidos en prisiones locales, municipales o dependientes de los condados.
Sin embargo, gracias al nuevo programa, a partir de otoño de 2016 algunos de los presos que vayan a ser puestos en libertad en los próximos cinco años podrán recibir formación de diferentes universidades, según explicaron los secretarios.
“La educación secundaria proporciona a todos los individuos de todos los orígenes y circunstancias la oportunidad de mejorarse a sí mismos y a sus comunidades”, destacó Lynch en una de las salas de la cárcel, repleta de periodistas, guardas de seguridad y miembros de organizaciones sociales o educativas.
Frente a los miembros del Gobierno se encontraban tres presos, todos ellos hombres afroamericanos y que después de haber ingresado en prisión pudieron asistir a clases gracias a un programa especial de la Universidad Goucher, una institución privada del estado de Maryland que servirá de modelo al Ejecutivo.
“En mi vida he hecho muy malas elecciones. Tengo tres hijos y no quiero que vayan por mi mismo camino. Quiero servirles de ejemplo y que se sientan orgullosos de mí”, subrayó uno de los internos, Terrell Johnson, que este semestre se ha matriculado de Álgebra, Historia Afroamericana, Sociología e Inglés.
Durante la visita a la cárcel, algunos miembros del Congreso como Elijah Cummings (Maryland) o Bobby Scott (Virginia) reclamaron cambios en el sistema penal del país, que tiene la mayor tasa de encarcelamiento del mundo, con más 1.5 millones de personas entre rejas.
“Este es exactamente el tipo de reforma de justicia penal de sentido común que necesitamos. Insto a mis colegas del Congreso a seguir construyendo este camino”, pidió Cummings, firme defensor de una propuesta de ley bipartidista, llamada “SAFE Justice Act”, en trámite en el Congreso para cambiar el sistema penal.
Precisamente, el Legislativo es el único que puede cambiar el sistema penal del país y revertir la prohibición sobre las ayudas federales para presos, aunque el Ejecutivo tiene la autoridad de esquivar esta restricción mediante la implementación de programas piloto, como el anunciado este viernes.
El anuncio de Duncan y Lynch en la cárcel de Maryland sigue a la primera visita de un presidente a una prisión federal, en la que Obama pidió un nuevo sistema de justicia penal más justo con los negros y los latinos, encarcelados en mayor proporción que los blancos.