¿Un motor para registrar y movilizar votantes latinos

Las figuras antiinmigrantes no escasean en el Partido Republicano, pero Trump le puso la cereza al pastel.

trump hotel

Crédito: EFE

WASHINGTON, DC – ¿Será Donald Trump una de las mejores armas de los grupos cívicos para registrar y movilizar votantes latinos de cara a la elección presidencial de 2016?

A juzgar por los desarrollos, podría serlo.

Trump, para bien de los demócratas y para mal del Partido Republicano, se ha convertido en el rostro de ese partido ante la comunidad hispana. Faltan 15 meses para la elección general y Trump domina las encuestas en el favor de los votantes republicanos, y en un universo de 17 precandidatos republicanos, es la figura que quizá más identifiquen los latinos.

Ya lo era por los insultos proferidos contra los inmigrantes, contra México, por proponer ideas retrógradas como levantar un muro por toda la frontera sur y negar la ciudadanía por nacimiento. Y ahora lo es más por el enfrentamiento que tuvo la semana pasada con el periodista y presentador de Univisión, Jorge Ramos, a quien expulsó de una rueda de prensa por preguntarle sobre sus extremas propuestas migratorias. Le dijo “Regrésate a Univisión”, un código para el “Regrésate a México” que luego un aparente seguidor de Trump le lanzó a Ramos fuera del salón de donde había sido removido.

Trump empeora el profundo problema que el Partido Republicano ya tenía con los votantes latinos por, entre otras cosas, bloquear una reforma migratoria por la vía legislativa, los alivios temporales por la vía ejecutiva, y por seguir permitiendo que sus voces más extremistas dominen su estrategia y su discurso político.

Las figuras antiinmigrantes no escasean en el Partido Republicano, pero Trump le puso la cereza al pastel.

Y, como todo ser humano, cuando uno está bajo ataque hace lo que sea para defenderse. En 1994 California aprobó la Proposición 187 impulsada por el entonces gobernador republicano Pete Wilson, que proponía negar servicios médicos, educativos y sociales a los indocumentados. Fue detenida en tribunales, pero sus efectos fueron claros. Generó una movilización de los votantes latinos de California y hundió al Partido Republicano entre ese sector de electores.

Ahora surge otro Wilson en la palestra nacional.

No pretendo afirmar que en este universo heterogéneo que somos los hispanos en Estados Unidos no habrá algunos que apoyen a Trump. En el programa Al Punto de este domingo, hubo uno, Julio Girón, director y fundador de Fuerza Latina Legal. El guatemalteco dijo que lleva 32 años en Estados Unidos y “me hice ciudadano cuando Ronald Reagan era presidente, en 1987”. Ahora apoya las propuestas de Trump.

Pero las cifras no mienten. Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), casi uno de cada cuatro jóvenes menores de 18 años en Estados Unidos, 24%, es latino, y de esos, 97% han nacido en Estados Unidos. Cada mes 67,000 jóvenes latinos cumplen 18 años de edad y son elegibles para registrarse y votar. Se trata de 800,000 jóvenes por año.

Entre 2004 y 2014 la cifra de electores hispanos que votaron aumentó en 47%, de 7,587,000 a 11,118,800.

Esto supone, como en cada ciclo electoral, un reto para los dos partidos políticos. Los demócratas, a pesar del efecto Trump, no deben dormirse en sus laureles porque un votante desafecto puede optar por quedarse en casa. Los republicanos la tienen bastante complicada. La esperanza de muchas figuras del establishment es que Jeb Bush, como lo hizo su hermano, el ex presidente George W. Bush, dé la pelea por el voto latino ante los demócratas, si resulta nominado.

Por ahora reina una figura divisiva, Trump, que está alejando al voto latino que los republicanos requieren para competir efectivamente por la presidencia. Y aunque Trump finalmente no gane la nominación, tiene el potencial de infligir mucho daño.

Un joven estadounidense de origen hispano y su mamá vivieron un incidente que se investigaría como posible delito de odio en el área metropolitana de Washington en el estacionamiento de un 7-Eleven. La señora afirmó que un hombre le dijo, entre otras cosas, que se regresara a su país. La mujer agregó que todo esto “son consecuencias de lo que Donald Trump está hablando”.

La mejor respuesta vino de su hijo, y es representativa de lo que puede ser el sentir de muchos votantes latinos, sobre todo de los hijos ciudadanos de padres indocumentados: “Ahora que veo que (Trump) está buscando la presidencia, me asusta, pero a la misma vez no porque ya voy a cumplir 18 años. Ya voy a poder votar”.

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