Gobierno y FARC firman acuerdo de reparación de víctimas

Habrá amnistía para delitos políticos pero no quedarán impunes los crímenes de lesa humanidad de guerrilleros o militares

El jefe de la delegación de paz del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle (c-i), y el segundo jefe de las FARC y líder de los delegados de esta guerrilla, Luciano Marín (c-d), alias "Iván Márquez”, se saludan .

El jefe de la delegación de paz del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle (c-i), y el segundo jefe de las FARC y líder de los delegados de esta guerrilla, Luciano Marín (c-d), alias "Iván Márquez”, se saludan . Crédito: EFE

La Habana

El Gobierno de Colombia y las FARC firmaron ayer en La Habana un trascendental acuerdo para la reparación de más de seis millones de víctimas, con el que se buscar cerrar las heridas abiertas por medio siglo de conflicto armado y aproxima el horizonte de la paz para el país.

Los jefes de las dos delegaciones consideraron el acuerdo como uno de los más importantes logrados en más de tres años de diálogos de paz en La Habana, ya que las víctimas son el “centro de gravedad” del proceso, a las que ahora se garantiza un “sistema integral” de verdad, justicia, reparación y no repetición.

El jefe negociador del Gobierno resaltó que este acuerdo garantiza “en la mayor medida posible” los derechos de todas las víctimas y cierra la puerta a nuevas víctimas: “las víctimas del futuro, las que no vendrán”.

“No se pondrá en marcha un esquema de persecución y venganza. No habrá cacería de brujas. Pero tampoco habrá espacio para la impunidad”, subrayó De la Calle; quien destacó el logro de la jurisdicción especial para la paz, basada en el reconocimiento de la responsabilidad, el aporte de la verdad plena y el compromiso de la reparación.

Aunque habrá una amnistía “lo más amplia posible” para delitos políticos, no quedarán impunes los crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos tanto por guerrilleros como por agentes del Estado; quienes si cumplen los requisitos de reconocimiento y verdad serán sancionados a una “restricción efectiva de libertades y derechos”, pero no penas de cárcel.

De la Calle no especificó de qué manera se cumplirá con esa restricción de la libertad, aunque aclaró que habrá un “mecanismo de monitoreo idóneo según las particularidades de cada caso”.

“No nos interesa aplaudir la entrada en la cárcel de nuestro adversario en esta prologada guerra. (…) Preferimos trabajar con ellos a partir de acuerdos de convivencia, reconstruyendo la sociedad y la patria en territorios especiales de paz, en los que el compromiso sea con la Colombia del futuro”, indicó sobre este asunto el jefe negociador y “número dos” de las FARC, Iván Márquez.

Márquez, alias de Luciano Marín Arango, insistió en que la “justicia restaurativa será la mejor fórmula para alcanzar la recuperación de la moral social, de depurar las costumbres políticas y sembrar la posibilidad de un bienestar general” en el país.

Ambos pronunciaron sendos discursos en el acto formal, presidido por el canciller cubano Bruno Rodríguez, y que contó con la presencia de una representación de diez víctimas del conflicto armado, quienes en un comunicado conjunto reiteraron que serán “veedores atentos del estricto cumplimiento” de ese nuevo acuerdo.

“Celebramos que se haya encontrado el camino para reconocernos después de tantas décadas de impunidad”, leyó la periodista Jineth Bedoya en nombre del grupo, que viajó ayer a la capital cubana para participar en la rúbrica de este convenio.

Por su parte, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, afirmó que el acuerdo firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) era “tal vez el más importante” en la agenda de diálogos de paz.

“Hoy se anunció un acuerdo sobre todo el punto, incluyendo el de justicia que era el más difícil en cualquier proceso de paz, donde trazar una línea siempre ha sido el tema más complejo”, agregó.

La ceremonia se inició con un minuto de silencio en memoria de las víctimas del conflicto colombiano y posteriormente el violinista cubano José Luis Rubio, interpretó el “Ave María” de Franz Schubert.

El Gobierno y la guerrilla discutían desde hace un año y medio sobre el punto referido a las víctimas, tiempo en el que recibieron a 60 representantes de estas víctimas para ofrecer a la mesa de negociaciones fiel testimonio del drama humano que se esconde tras décadas de guerra.

Con la firma de este acuerdo, las partes cierran un importante capítulo del proceso de paz y, después de un receso navideño, volverán al trabajo en enero con el reto empezar a articular el fin del conflicto, negociaciones que conllevan complejos asuntos como el cese el fuego bilateral y definitivo y la entrega de las armas.

Estos temas son debatidos desde hace varios meses por una subcomisión técnica, integrada por altos mandos militares de los dos bandos; con el objetivo de llevar a la mesa propuestas concretas para llegar al fin del conflicto.

Con el acuerdo de víctimas rubricado hoy las partes entran en la recta final de ese proceso que busca una paz estable y duradera y la reconciliación de una Colombia que ha sufrido por más de medio siglo los envites de la violencia de diversos grupos armados.

Conflicto en cifras

Los cincuenta años de confrontación armada en Colombia han dejado 6,5 millones de víctimas, entre ellas 5,7 millones de desplazados, 220.000 muertos, 25.000 desaparecidos y 27.000 secuestrados, según datos del Centro de Memoria Histórica de Colombia.

¿Ahora el ELN?

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó ayer que su país está “a las órdenes de Colombia” de cara a la posible apertura de un proceso de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

“Estamos a las órdenes de Colombia y del presidente (Juan Manuel) Santos”, afirmó Correa en una rueda de prensa en la ciudad colombiana de Cali (suroeste) tras el cuarto Gabinete Binacional en la que fue preguntado por la participación de Ecuador en los diálogos con el ELN.

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