Profesora pone el ejemplo e inspira a estudiantes latinos de bajos recursos
Continuar sus estudios hasta obtener un doctorado es lo que una profesora busca inspirar en sus alumnos latinos
Muchos latinos creen que graduarse de la secundaria es el tope de su formación académica, pero una profesora universitaria afirma que a pesar de las dificultades de la vida es posible aspirar a más.
La maestra Rebecca Romo predica con su ejemplo: la hija de un campesino soltero que crió a siete niños con asistencia gubernamental, que pasó hambre siendo pequeña, que fue madre soltera a los 19 años y que estudió lidiando con múltiples empleos de tiempo parcial, logró obtener un doctorado.
“Los latinos somos el futuro y si no nos educamos ni educamos a otros ¿quién más lo hará? Debemos invertir en nosotros y en nuestra comunidad, por eso es importante ir más allá de la secundaria”, dice.
Romo, de 33 años, suele decir estas palabras a sus estudiantes hispanos en el Colegio de Santa Mónica, en el que imparte cátedra desde 2014. Y no se han hecho esperar las reacciones positivas.
Inspira con el ejemplo
La primera clase de Romo, doctora en Sociología, se enfoca en narrar la historia de su vida, tan parecida a la de muchos chicos que la escuchan desde los pupitres. Su plan es inspirarlos desde ese día.
“Quiero que los estudiantes me vean como yo veía a mi mentor [un profesor que fue campesino desde niño y hasta que se graduó de la universidad] y si ellos son pobres como lo era yo, tienen padres migrantes o si ellos mismos lo son, que sepan que pueden ser exitosos”, señala.
Romo creció en Sacramento al lado de sus seis hermanos. Su padre, un inmigrante tapatío que fue indigente antes de ser agricultor, debió pedir asistencia del gobierno para alimentar a sus hijos, aunque al final de cada mes la despensa solía agotarse. “A veces sólo comíamos quesadillas”, contó ella.
Madre soltera
A los 19 años, siendo estudiante novata de la Universidad Estatal de California en Sacramento, se embarazó y se convirtió en madre soltera. Aprovechando el servicio de guardería del plantel, programas de asistencia social y con varios empleos de medio tiempo, Romo logró obtener un título profesional.
Después concluyó una maestría y un doctorado en la Universidad de California en Santa Bárbara.
Ella también ha impartido cátedra en los colegios Occidental y Pasadena City.
Desde su llegada al Colegio de Santa Mónica, los alumnos hispanos de bajos recursos son su prioridad.
“A veces no piensan que pueden y este también es un espacio para nosotros”, dice Romo, tras indicar que sólo el 1% de los estadounidenses tienen un doctorado y de éstos una mínima parte son latinos.
En algunos de sus pupilos, dice la profesora, ha sembrado esa semilla de querer continuar su educación. “Me dicen: después de tomar su clase he pensado que también quiero obtener un doctorado”.