Por qué se están formando pandillas de enmascarados para atacar a los migrantes en Suecia
Las manifestaciones antinmigración se producen pocos días después que una joven trabajadora de un centro de asilo fuera asesinada a cuchillazos por un adolescente de 15 en un centro para menores refugiados sin padres cerca de Gotenburgo
Cerca de un centenar de hombres, vestidos de negro y enmascarados, se reunieron este fin de semana en el centro de Estocolmo, repartiendo folletos donde llamaban a atacar a jóvenes inmigrantes.
Pero la concentración, que se realizó en la noche del viernes, no fue sorpresiva.
La policía sueca había incrementado su presencia en el centro de la capital, emplazando unidades antimotines e incluso helicópteros tras conocer que elementos extremistas planeaban agredir a menores extranjeros.
Los enmascarados pedían dar “su merecido” a lo menores del norte de Africa a los que acusan de robos en lugares públicos muy concurridos, como estaciones de trenes y puentes.
Cuatro personas fueron detenidas por causar disturbios y una quinta por portar una manopla, según reportes de prensa.
Aunque la policía dijo que no se llegaron a producir ataques antiimigrantes, el diario Aftonbladet entrevistó a un joven de 16 años de edad, quien dijo que había sido golpeado en la cara cerca de la estación central de Estocolmo.
También se conoció que durante una manifestación contra los inmigrantes ese mismo viernes, terminó en forcejeos con las autoridades y a algunos arrestos.
“Tendencia perturbadora”
El ministro del interior de Suecia, Anders Ygeman, se apresuró a condenar a “los grupos racistas que amenazan y difuminan el odio en los lugares públicos”, y advirtió que “esta es una tendencia perturbadora en la sociedad”.
Las manifestaciones antinmigración se producen pocos días después que una joven trabajadora de un centro de asilo fuera asesinada a cuchillazos por un adolescente de 15 en un centro para menores refugiados sin padres cerca de Gotenburgo.
Suecia, con 10 millones de habitantes, recibió 163,000 refugiados el año pasado, el más alto per cápita de toda Europa.
Más de 35,000 menores no acompañados solicitaron asilo en el país el año pasado, de acuerdo a la información de la Agencia de Migración de Suecia.
Aproximadamente la mitad de ellos son adolescentes entre 16 o 17 años y al menos 23,000 menores provienen de Afganistán.
Nuevas restricciones
En los últimos meses los centros de asilo suecos se han convertido en blanco de ataques.
Al menos dos docenas de centros fueron incendiados intencionalmente el año pasado por personas opuestas a los inmigrantes, informó Aftonbladet.
El Comisario Nacional de la policía pidió más recursos al gobierno a causa de los incidentes.
Las crecientes tensiones obligaron al gobierno del primer ministro Stefan Lofven a anunciar a inicios de enero un nuevo sistema de identificación para pasajeros que lleguen por autobús, trenes y ferry desde la vecina Dinamarca.
Y la semana pasada, en un paso más drástico, el Ministerio del Interior reveló que elabora planes para expulsar del país a hasta 80,000 migrantes que sus aplicaciones de asilo fueron declaradas no aptas para permanecer en Suecia.
Y el país nórdico conoce que eso también puede traer consecuencias: en agosto, un hombre eritreo de 35 años asesinó a cuchilladas a una mujer de 55 años y su hijo de 27 en una tienda Ikea en la localidad de Vasteras.
El hombre, que no ha sido identificado, enfrentaba una deportación inminente tras habérsele negado el asilo.
Tensiones en Alemania
En Alemania se han reportado cientos de ataques contra centros de recepción de inmigrantes, que se incrementaron luego de que un centenar de mujeres reportaran robos y asaltos sexuales en vísperas de año nuevo en la ciudad de Colonia.
La policía alemana ha descubierto explosivos en allanamientos contra grupos neofascistas que planeaban ataques contra los inmigrantes. Uno de esos actos fue frustrado en octubre.
La política de brazos abiertos para los inmigrantes también ha tenido un alto costo para la canciller Angela Merkel.
Una reciente encuesta indica que el 40% de los alemanes considera que su líder, quien hasta ahora había gozado de gran popularidad, debería renunciar a causa de su política migratoria.
Alemania ha recibido 1,1 millones de refugiados, sobre todo sirios.