Richard Alarcón: ‘Espero que la gente me juzgue por mi trabajo’

Cuando parecía que la carrera política del exconcejal Angelino Richard Alarcón estaba terminada tras ser condenado en 2014 por vivir fuera del distrito que representaba en el Valle de San Fernando, éste sorprendió a todos al postularse como candidato para el Congreso. Lo hizo amparado en el fallo de una corte estatal que a principios del año desechó las sentencias en su contra por considerar que no tuvo un juicio justo.

“Estoy presentando mi candidatura basado en el trabajo que hecho. Espero que la gente me juzgue por eso y no sobre los asuntos legales que tuve que vencer”, dijo Alarcón en entrevista con La Opinión.

Este mes, el veterano politico se registró como candidato para representante federal y tratará de desbancar al titular del cargo, el congresista Tony Cárdenas, que representa el Valle de San Fernando por el distrito 29. Alarcón tendrá su prueba de fuego en las elecciones primarias de junio.

Tanto Alarcon, como su esposa Flora Montes de Oca, fueron encontrados en 2014 culpables de mentir sobre su domicilio cuando él hacía campaña para el concejo angelino. La pareja alegó que vivían en una casa en reparación en Panorama City cuando habitaban en otra residencia en Sun Valley fuera del distrito 7. Pero en enero, un panel de jueces de la corte de apelaciones eliminó las condenas de perjurio y fraude a los votantes contra la pareja Alarcón.

El político de 62 años reconoció que las sentencias pueden ser usadas en su contra durante la campaña.

“La realidad es que la política puede ser dura y a mi me arrastraron al lodo, y ahora que los casos están por terminar puedo moverme a otras posiciones”, indica.

Pero el exasambleísta estatal aún no sabe si la procuradora del condado de Los Ángeles, Jackie Lacey, trate de nuevo de llevarlo a juicio, una opción que tiene en los siguientes 36 días. “Si eso pasa, vamos a luchar y venceremos de nuevo”, asegura confiado.

Alarcón, quien también ha sido senador y asambleísta estatal, dice que se animó a participar porque no cree que los candidatos que hay proporcionen una buen opción para los votantes.

Cárdenas ganó la reelección sin problemas en 2014, sólo que ahora enfrenta asuntos legales que Alarcón considera que no le pueden ayudar para reelegirse.

“Considerando todos los factores, soy una buena opción para el Congreso”, resalta.

El año pasado, la directora de distrito de Cárdenas, Gabriela Márquez fue citada por la corte federal del Distrito Central de California para testificar ante un Gran Jurado.

Pero la pregunta obvia es si después de seis años y medio de luchar en los tribunales, cómo es que todavía tiene ganas de seguir en la política.

“Me apasiona mucho el servicio comunitario y el activismo político. Lo he hecho desde los 15 años cuando participé en el movimiento antiguerra de Vietnam”, dice.

Contrario a lo que se pudiera pensar, su esposa Flora Montes de Oca fue quien más lo animo.

“Ella nunca me va a detener de hacer lo que me apasiona y quiero. Cuando has estado tanto tiempo en la política, sabes que eventualmente alguien va a venir detrás de ti y vas a ser desafiado. Si no tienes la piel dura, no perteneces a la política. Sí hubo tiempos cuando nos sentimos desafiados, pero nunca pensé en abandonarla”, anota.

Durante el juicio en su contra, Alarcón nunca dio una entrevista. Por eso le preguntamos si alguna vez se sintió sin esperanza.

“Alguna vez alguien dijo que me vió con lágrimas, pero cuando realmente lloré fue cuando el juez nos encontró inocentes de los 15 cargos”, dice.

¿Cómo fueron esos meses de arresto domiciliario?

“Fue un buen momento para enfocarme en mi negocio de consultor y reflexionar en la experiencia. Necesitaba prepararme para la apelación. Creo que fue dificil para mi esposa porque tuvo que hacer muchas cosas que normalmente yo hacía”, relata.

La parte más incómoda sin duda, admite es haber traído en su tobillo un grillete electrónico de monitoreo durante 51 días.

“Es grande, mal hecho y un recordatario constante de que estás encarcelado”, admite.

Alarcón dice que su vida y la de su esposa ha estado llena de desafíos, y el que enfrentaron en los tribunales ha sido uno más.

“Mi esposa vino de México a los cinco años, creció en la pobreza. Mi hijo murió a los tres años asesinado por un conductor suicida. Así que estábamos preparados para dar la pelea, ser criticados y escrutados por el sistema de justicia”, indica.

¿Se arrepiente de haberse mudado de casa?

“Siento que hicimos la mejor decisión. Estábamos preocupados por traer a nuestra bebé en un lugar adecuado, más después de que perdí un hijo a los tres años. Hice la mejor decisión que pude. No podía conseguir un departamento en un día. Tomó mas tiempo arreglar mi casa porque estaba ocupada.Pero no hicimos nada illegal”, recalca.

¿Por qué quiere al Congreso?

“Necesitamos una voz fuerte por el distrito para conseguir los recursos que necesitamos en cada problema que le afecte. Ya he demostrado que puedo traerlos. Esa es la clase de defensa que se necesita en el Congreso. Francamente, no creo que el actual congresista haya sido esa clase de defensor”, explica.

¿Y será un defensor de los inmigrantes?

“Mi esposa me deportaría si no soy una voz para los inmigrantes. Ella es una ciudadana naturalizada, nació en Colima, México. Es una proponente fuerte de una reforma. Particularmente, necesitamos esas voces ahora que (Donald) Trump ha cambiado la dinámica en América y traído a la luz el racismo. Sería una vergüenza elegir a Trump y que Francia nos pida que le regresemos la estatua de la libertad porque ya no damos más las bienvenida a los inmigrantes”, responde.

Y ¿vive dentro del distrito 29?

“Vivo en Mission Hills. Siempre he vivido en el Norte del Valle de San Fernando, pero de manera interesante vivir en el distrito no es requerido para el Congreso. Aunque no sería representante si no viviera en el distrito”, dice.