Tres rutinas para saltar la cuerda y aprovechar este ejercicio
Parece simple, incluso infantil, pero saltar la cuerda tiene muchos beneficios
No es necesario ser Rocky Balboa para saltar la cuerda. Para el legendario boxeador de las películas el ejercicio formaba parte de una sesión mucho más exigente de entrenamiento, pero para cualquiera de nosotros puede ser la manera ideal de activar nuestro cuerpo.
Un minuto saltando la cuerda al día no sólo te brindará beneficios para la salud, sino que también te hará trabajar la mayoría de los músculos, te ayudará a mejorar tu balance y coordinación y te permitirá aumentar tu resistencia cardiovascular.
Es por eso que te invitamos al reto de saltar la cuerda con una sesión simple que mantendrá a tu cuerpo en movimiento.
El reto en breve | |
---|---|
Propósito | Saltar la cuerda durante un minuto y hacerlo por lo menos hasta cinco minutos. |
Beneficio | Al hacerlo bien trabajas músculos pequeños y grandes, y mejoras tu coordinación. Es puro movimiento, por lo que lo notarás en tu ritmo cardiaco. |
Objetivo | A medida que progresas, trata de exigirte para ver hasta dónde llegas. Durante los primeros diez días, intenta saltar sin interrupción por un minuto. |
¿Futuro? | Aumenta el tiempo según mejora tu estado físico e incorpora diferentes rutinas. También lo puedes hacer con amigos. |
[zoomin]730628[/zoomin]
Rutina diaria
- Paso 1:
- Salta sobre la cuerda con los dos pies juntos a un ritmo moderado.
- Mantén los tobillos y rodillas relajados para absorber el impacto.
- Trata de que sea un movimiento fluido en lugar de dos posiciones diferentes.
- Aumenta la velocidad de la cuerda y el ritmo al que saltas.
Busca completar por lo menos uno minuto durante los diez primeros días. Cuando te sientas cómodo, aumenta progresivamente el tiempo hasta cinco minutos. Cuando lo consigas pasa al siguiente ejercicio.
- Paso 2:
- Una vez que tengas confianza en la cuerda, es momento de aumentar la dificultad técnica que subir el ritmo cardiaco aún más.
- En lugar de saltar con tus dos pies, hazlo de manera alterna entre uno y otro.
- Coordina que la cuerda pase por debajo de cada pie cuando hagas el cambio, como si estuvieras trotando en el mismo lugar.
Trata de llegar hasta un minuto en los primeros días. Cuando te sientas preparado, aumenta progresivamente hasta cinco minutos. Luego pasa al siguiente ejercicio.
- Paso 3:
- Una vez que tengas controlada la coordinación entre tus pies y la cuerda, trata de ir aumentando la elevación de tus talones en cada salto.
- Ve subiendo cada vez más los talones hacia tus glúteos, con lo que estarás exigiendo más a tu cuerpo y sentirás más intensidad en su entrenamiento.
- Aumenta poco a poco el ritmo hasta que te sientas en plenitud física. Luego puedes aumentar el tiempo de la rutina.
No te olvides
Lleva un control de tu avance, ya que si bien la motivación es diferente para cada persona, ayuda mucho notar el progreso que se va logrando.
En caso de que sientas molestias en alguna de tus articulaciones, es mejor que interrumpas la rutina y esperes a que desaparezca el dolor. Si vuelve a aparecer, te recomendamos que consultes con un preparador físico o un doctor.
No está de más asegurarse que se tiene el espacio suficiente para realizar el ejercicio.