Seis prestigiosas universidades quieren a inmigrante salvadoreño

A la edad de cinco años huyó de la violencia y pobreza de su natal El Salvador; ahora tiene la oportunidad de ir a las universidades más prestigiosas de EEUU

César Arévalo, estudiante de la secundaria Baldwin Park, ha sido aceptado en 12 universidades importantes, entre estas cinco escuelas Ivy League, por sus altas calificaciones en seis materias avanzadas. (Foto: Aurelia Ventura/La Opinion)

César Arévalo, estudiante de la secundaria Baldwin Park, ha sido aceptado en 12 universidades importantes, entre estas cinco escuelas Ivy League, por sus altas calificaciones en seis materias avanzadas. (Foto: Aurelia Ventura/La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

Seis de las ocho universidades más prestigiosas del país están interesadas en matricular a un estudiante de Baldwin Park que a la edad de cinco años huyó de la violencia y pobreza de su natal El Salvador.

Harvard, Princeton, Yale, Columbia, Dartmouth y Brown aceptaron la solicitud de admisión de César Arévalo, alumno de la secundaria Baldwin Park y quien desde temprana edad entendió que el estudio es un camino para progresar en el país de las oportunidades, al que llegó en 2003.

Arévalo, de 18 años, se sorprende por sus logros académicos. “Me tardé seis meses en aprender inglés”, dice el hijo de dos maestros de preescolar que le mostraron el sendero del éxito: recién llegados de Centroamérica trabajaron como obreros, pero luego tomaron clases en colegios comunitarios.

“Los ejemplos de mi familia sentaron las bases de mi amor por el aprendizaje y me motivaron a seguir una educación superior”, comentó Arévalo, quien en su búsqueda por una vida mejor descubrió su pasión por las matemáticas y las ciencias, dos campos en los que incursionan pocos hispanos.

Harvard, Brown y otras escuelas prestigiosas han aceptado la solicitud de Arévalo, quien ahora tiene que decider a cuál ir. (Foto: Aurelia Ventura/La Opinion)
Harvard, Brown y otras escuelas prestigiosas han aceptado la solicitud de Arévalo, quien ahora tiene que decider a cuál ir. (Foto: Aurelia Ventura/La Opinion)

Cuando cursaba el kínder y aún era un aprendiz de inglés despertó su amor por el estudio. Entonces participó en un concurso de ortografía y sorpresivamente ganó el tercer lugar. “Después de eso pensé en ser mejor en la escuela, estar arriba”, comentó el estudiante.

En todos los planteles a los que ha asistido -en Boyle Heights y Baldwin Park- siempre ha destacado. En el octavo grado fue considerado “El Estudiante del Año” y sus altas calificaciones le han llevado a cursos de verano en tres universidades. En 2015 participó en un programa de introducción a la ingeniería en la universidad Stanford, que también aceptó su pedido de inscripción.

Su huella también ha quedado plasmada en su actual escuela: ahí refundó un club de periodismo cuya notable presencia convenció a la administración del plantel para impartir una clase de esa materia y comprar un sitio en Internet que ahora es ocupado por The Vanguard News, donde él es editor.

César Arévalo empezó su camino hacia el éxito académico desde temprana edad. (Foto: Aurelia Ventura/La Opinion)
César Arévalo empezó su camino hacia el éxito académico desde temprana edad. (Foto: Aurelia Ventura/La Opinion)

Las clases avanzadas que tomó desde el noveno grado y las excelentes calificaciones obtenidas en éstas contribuyeron, asimismo, a que distintas escuelas superiores pusieran la mirilla en Arévalo desde el año pasado.

Otros institutos que han mostrado interés en él son la Universidad del Sur de California (USC), la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), UC Berkeley, UC San Diego y UC Santa Bárbara.

“Me siento sobrecogido, parece que no es real”, dice este joven al que le gustaría estudiar ingeniería mecánica o eléctrica, y que quiere saber más sobre los planteles de educación superior que le han abierto las puertas antes de decidir en cuál de éstos se inscribirá.

César Arévalo con su maestro Gary Eastvedt. (Foto: Aurelia Ventura/La Opinion)
César Arévalo con su maestro Gary Eastvedt. (Foto: Aurelia Ventura/La Opinion)

Para este adolescente amante de los retos que enfrenta en las matemáticas y de la curiosidad que le despiertan las ciencias, depende de las escuelas el que los hispanos se interesen en estos ramos.

“Los latinos pueden estar más representados en esas carreras pero necesitamos darles los recursos para que puedan pensar que eso es posible, que con capaces de hacerlo”, dice este joven que habla con la madurez de alguien que sabe hacia dónde va su futuro.

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