“El regidor me golpeó hasta que tronó mi cuello”

"Raquel" lucha para que su acosador, el regidor Julio César García de Guanajuato, enfrente justicia

Julio César García acompañado de su hermana al llegar al juzgado.

Julio César García acompañado de su hermana al llegar al juzgado. Crédito: Gardenia Mendoza | Impremedia

GUANAJUATO.- En medio de un primoroso pasillo adornado con piedras, palmeras y techos de vidrios que representan la modernidad del nuevo sistema de justicia oral en el estado de Guanajuato, se abre paso una mujer esbelta de cabello rizado que viene a plantarle cara a un político por violencia doméstica: el regidor Julio César García.

No es placentero ir al Ministerio Publico y menos cuando se tienen pocas posibilidades de ganar porque el regidor apuesta al fuero, es decir: se escudará en la garantía constitucional que le da su cargo para no enfrentar el proceso. De todos modos, ella va a la audiencia.

Tercera entrega de la serie especial – Acoso sexual: cuando ellas contraatacan

Quiere ganar algo, justicia de alguna forma, una sentencia que si bien no termina con la cárcel sí podría tener un sanción con trabajo comunitario y, sobre todo, una sanción moral.

– Quiero que toda la gente sepa que fue él- dice.

Vestido de traje gris, el funcionario ya se encuentra en la sala flanqueado por dos abogados y otros hombres de frente a la jueza, Liliana Martínez, una mujer de voz suave que analiza si es de su competencia o no esta demanda penal en uno de los estados más conservadores del país.

La acusadora se reserva su nombre, solicita que se le invente uno para los asuntos de prensa, ¿Raquel? Cualquiera, es igual, mientras no se le tomen fotos porque no quiere ser el blanco. “El blanco es él”, enfatiza.

Verónica Cruz, de la organización feminista local Las Libres, quien se encuentra en el juzgado lo explica así: “A veces, cuando se hace público el nombre de la mujer, el blanco se va contra ella, se le empieza a cuestionar, por qué escogió a ese hombre como novio, o qué habrá hecho para que la traten así cuando el tema en cuestión es la violencia de género”.

Ahora mismo Raquel está pálida y tensa junto a las abogadas que la secundan en el litigio tan marcado por los géneros que de lado derecho del estrado sólo hay chicas y de lado izquierdo sólo varones.

Acusado y acusadora con sus respectivos abogados.
Acusado y acusadora con sus respectivos abogados.

Imaginar un escenario semejante antes de 2013 era inconcebible, cuando los juicios se ganaban con montones de papelería y en la opacidad, pero una vez que saltaron a la oralidad a nadie le extrañó los primeros casos que llegaran fueran sobre ataques contra mujeres en la entidad.

Entre ellos, el caso del presidente municipal de Silao, Benjamín Solís, quien fue condenado por haber enviado al secretario de Seguridad Pública local y otros subordinados para golpear a la periodista Karla Silva.

Del encanto a los golpes

En el clímax de una discusión en enero pasado, Raquel cuenta que el caballero atento y galante que la conquisto ocho meses atrás se transformó de pronto en un patán malhablado. “Yo puedo cogerme a cuanta vieja quiera”, recuerda que dijo cuando ella le pidió definir su relación de noviazgo llevaba varios meses en el limbo.

“El se enojó y me empujó. Me pegó con la mano, jaló mis brazos y golpeó mi rodilla. Yo me iba a caer y me sostuve de su camisa y entonces él me mordió hasta que en un mal movimiento tronó el cuello. Tuve mucho miedo. Lo solté. Después tuve que andar varias semanas con el collarín”.

Hacía tiempo que algo olía mal en la relación, dice la mujer. Desde que el regidor supuestamente le pedía a que dejara de seguir a ciertas personas en Facebook que consideraba sus rivales políticos y ella lo desobedecía.

García prefiere no hablar de los detalles y en el juzgado va al grano con su estrategia de escudarse en el fuero para evitar el proceso. A través de su abogado Edgar Alejandro Aguilar, dice que, aunque él solicitó una licencia y en su lugar nombraron a otra persona (un transexual de apodo Rubí), él sigue “teniendo el carácter de regidor”.

– Yo considero que ya no tiene cargo público y solicito que proceda la audiencia- responde Raquel.

La jueza escucha, toma notas, repite artículos, declaraciones textuales y finalmente determina que no tiene competencia, que el caso debe ir a otras instancias judiciales.

Raquel, la mujer que acusa al regidor de golpear a su novia.

El regidor toma sus portafolio y sale con su séquito del recinto dando largas zancadas que se pierden en el estacionamiento del Centro Federal de Readaptación, donde se encuentra el juzgado oral.

Lejos de su enemigo Raquel se relaja y hasta sonríe a su padre y hermano, dos hombres altos y corpulentos que están con ella en la dura batalla del litigio. “Hasta dónde tengamos que ir”, susurra el mayor de ellos poco después de la audiencia, antes de ir a comer un plato de pasta y continuar su vida.

La violencia en el noviazgo

  • 46% de las mujeres de 15 años o más en México han sido víctimas de alguna agresión física, emocional, sicológica, sexual, económica o familiar.
  • En el Distrito Federal las cifras se disparan hasta el 52%.
  • 17% de las mujeres cree que debe obedecer en todo a la pareja.
  • 27% ha sido víctima de maltratos físicos como golpes, empujones, jalones de cabello o intento de ahorcamiento o asfixia.

Presupuesto con pocos frutos

2,000 millones de dólares es el presupuesto anual para enfrentar la violencia contra las mujeres en México.

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