Partido Republicano afronta “hora de la verdad” con posible candidatura de Trump
Se acerca cada vez más el momento en que el Partido Republicano tendrá que aceptar a Trump como su candidato a la Presidencia
WASHINGTON.- A sabiendas del daño que podría causarles el magnate empresarial, Donald Trump, en las urnas en noviembre próximo, líderes del Partido Republicano comienzan a aceptar, a regañadientes, que éste se alzará con la candidatura presidencial republicana.
En lo que resta del proceso de primarias en las próximas seis semanas, Trump es el que más se acerca a la meta final de lograr un total de 1,237 delegados para conseguir la nominación presidencial de su partido.
Tras la racha de victorias en cinco estados el martes pasado, Trump ha acumulado 996 delegados, frente a los 568 de su más próximo rival, el senador por Texas, Ted Cruz, y 153 del gobernador de Ohio, John Kasich.
En las primarias en 14 estados y territorios que restan en el calendario, incluyendo Indiana el próximo martes y California, el próximo 7 de junio, estarán en juego 571 delegados.
En tono triunfalista, Trump dijo la noche del martes pasado en Nueva York que, de hecho, “esto se acabó”, al referirse a su ventaja numérica.
Mientras, la alianza forjada entre Cruz y Kasich para frenar el avance de Trump, lejos de dar resultados, ahora parece contraproducente, y cada vez son más los republicanos los que reconocen la “inevitable” nominación del empresario de Manhattan.
“La gente se está dando cuenta de que (Trump) es el posible candidato. La histeria ha desaparecido, y los sentimientos van desde la resignación hasta el entusiasmo”, dijo al diario The Washington Post Tim Paulenty, exgobernador de Minnesota y antiguo partidario de la campaña del senador Marco Rubio.
El Comité Nacional Republicano (RNC) en Washington no quiso comentar hoy sobre la fase de “resignación” en la que parecen estar cayendo los líderes republicanos, aún cuando muchos habían expresado públicamente su temor sobre la candidatura de Trump.
“Tendremos un nominado una vez que un candidato logre 1,237 delegados comprometidos”, dijo a este diario Ruth Guerra, portavoz del RNC.
Esos delegados comprometidos tendrán que votar por el candidato en cuestión cuando el Partido Republicano realice su convención nacional en Cleveland (Ohio) en julio próximo.
Sólo los “súper delegados” votan por cuenta propia y sin importar los resultados del voto popular en las primarias.
La campaña de Trump, que muchos republicanos se tomaron como algo pintoresco o incluso humorístico, pronto empezó a causar nerviosismo entre el “establishment” político, sobre todo por el rechazo de muchos votantes, y el temor de que nuevamente perdería la oportunidad de recuperar la Casa Blanca.
Igual de grave para los republicanos, la candidatura de Trump también podría hacerles perder una o las dos cámaras del Congreso en los comicios del próximo 8 de noviembre, según observadores.
COBERTURA ESPECIAL DE LAS ELECCIONES
Trump, impredecible
No es secreto que algunos de sus rivales, como Jeb Bush y Marco Rubio, cuestionaron abiertamente la falta de experiencia política de Trump, su personalidad impredecible y hasta su conservadurismo. Ambos abandonaron la contienda.
Al mantenerse en la cima de las encuestas, los votos y delegados, Trump ha mostrado a la “élite” de su partido el error de haberlo subestimado.
En días recientes, Trump se quejó de que la alianza de Cruz y Kasich es prueba de la “colusión” del partido para frenar su avance, y calificó como una “pérdida de tiempo” que Cruz, sin ser el nominado, haya seleccionado ya a la empresaria Carly Fiorina como compañera de fórmula.
Asesores de su campaña, en todo caso, mantienen reuniones privadas con líderes republicanos del Congreso para convencerlos a que respalden a Trump.
Hasta ahora, pocos congresistas han expresado apoyo en público, y no está claro que la estrategia de Trump de parecer más “presidenciable” esté surtiendo efecto.
Lo cierto es que, como ha reconocido el propio presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, lo menos que necesita ahora el Partido Republicano es llegar fragmentado a la convención de Cleveland. “No sabemos cómo va a quedar esto, pero creo que estará bien. No hay que preocuparse”, ha dicho el senador republicano por Texas, John Cornyn.
Además, la meta del Partido es ganar la presidencia, y para eso necesitará movilizar al mayor número de votantes posibles, incluyendo los seguidores de Trump.
“Jamás Hillary”
Con pocas opciones, porque muchos no aceptan a Cruz y Kasich tampoco tiene la aritmética a su favor, el Partido Republicano se asoma a la realidad de tener que aceptar a Trump.
“Para muchos líderes republicanos, en realidad es una cuestión de optar por aceptar la realidad de que es más que probable que Trump será el nominado del partido. Después de todo, son miembros del Partido Republicano y tendrán que apoyar a su candidato, sin importar sus preocupaciones personales”, dijo a este diario Geoffrey Skelley, analista político de la Universidad de Virginia.
“¿Cuál es la alternativa? ¿Echarse y dejar que (la demócrata) Hillary Clinton gane la presidencia, y quizá empujando a la victoria a otros demócratas en otras contiendas? Es más probable que muchos republicanos digan ‘jamás Hillary’ que ‘jamás Trump’”, puntualizó Skelley.