Editorial: #NuncaTrump

Sí, Trump será el candidato republicano a la presidencia. Eso ya no se puede evitar. Pero se puede prevenir su elección.

Las críticas hacia Donald Trump dominaron el mensaje de las manifestaciones que recorrieron el centro de Los Ángeles. /Foto: AURELIA VENTURA/ LA OPINION

Las críticas hacia Donald Trump dominaron las manifestaciones en el centro de Los Ángeles. Crédito: Aurelia Ventura | La Opinión

#NuncaTrump

Menos de diez meses después de postularse ante un mundo entre incrédulo y divertido, Donald Trump se convirtió esta semana en figura histórica.

Aunque falte todavía la confirmación oficial la convención nacional republicana, Trump ya es su candidato para la presidencia de Estados Unidos en las elecciones nacionales de noviembre.

Las retiradas de otro candidato inverosímil – el ultraconservador Senador Ted Cruz – y del gobernador de Ohio John Kasich, en pos de sus derrotas en las primarias de Indiana este martes, propiciaron una realidad que hasta hace poco parecía imposible.

Un populista sin preparación ni conocimientos, sin experiencia en el gobierno, sin ideas concretas ni equipo capaz de producirlas, sin respeto para rivales dentro de su propio partido ni para líderes internacionales, está a una votación de ser el gobernante más poderoso del planeta.

Pero para sus ardientes seguidores, esas características son solamente otras tantas ventajas. No es posible convencerlos de lo contrario.

Como líderes populistas del pasado, Trump embelesa a la clase trabajadora blanca y una mayoría de hombres – prometiendo lo inalcanzable. Elige un blanco de resentimiento, como los mexicanos, México, los musulmanes, las mujeres, acusándolos de todos los males.

Con base en agresividad, ataques personales, total falta de capacidad, resentimiento y astucia, embauca a la población en un sueño inalcanzable.

La historia está llena de quienes así lo han hecho para llegar al poder. Y cuando no cumplen, como está predestinado, acusan del fracaso a otros e inician un ciclo peligrosísimo de agresión y venganza imaginaria.

Sí, Trump será el candidato republicano a la presidencia. Eso ya no se puede evitar. Pero se puede prevenir su elección.

Pero para ello, es absolutamente necesario que los republicanos conscientes, sean conservadores o centristas, lo denuncien.

Que prometan nunca, jamás votar por él.

Que, si pueden, inicien movimientos republicanos en su contra.

Que enarbolen la consigna #NeverTrump.

#NuncaTrump.

Estamos en un momento de peligro para los principios democráticos de la república. Un hombre sin escrúpulos podría llegar a ser su caudillo. Eso es más posible de lo que nos imaginamos. Republicanos de principios, deben evitar apoyarlo y unirse bajo el lema #NuncaTrump, para así defender sus propios principios, a la gente que aquí vive y al futuro del país.

Todavía es posible.

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