Sergio Goyri: Las razones por las que dejó Televisa y se fue a Telemundo

Después de 40 años de ser artista exclusivo de Televisa, Sergio Goyri no se acobardó frente a un futuro incierto, levantó su teléfono y tal como los personajes que interpreta, con la frente en alto, ofreció sus servicios a Epigmenio Ibarra, dueño de Argos, compañías productora socia de Telemundo en México, y se convirtió en la nueva gran adquisición de la cadena hermana de NBC.

En exclusiva hablamos con el querido actor de su personaje, Chucho Cáseres, en ‘Señora Acero 3, La Coyote’ – que comienza el 19 de julio a las 10/9 Pm Centro-, el villano que es capaz de asesinar al amor de su vida (Laura Flores) por sentirse traicionado, intentar violar a Vicenta Acero (Carolina Miranda) y tocar los niveles más bajos de corrupción en nombre del amor.

Pregunta: ¿Cómo te sientes trabajando este villano con más permisos que los del pasado?

Sergio Goyri: Es básicamente como un patrón, aunque ahora miento madres y digo cosas, es un personaje que ya lo tengo muy hecho porque las maldades son las mismas, yo trato de ser un villano que no es malo porque sí, siempre los trato de justificar.

P: ¿Y por qué ‘Chucho Cáseres’ podría justificar el asesinato de la mujer que tanto amó y el intento de violación a la hija de ella?

SG: Él estuvo muy enamorado de ella, pero tiene un hijo de otro hombre, y se descorazona tanto que cuando le pide ayuda se la da pero cobrándosela. Ciertamente la niña te puede gustar y tener cables torcidos pero ella es una mujer hecha y derecha. Ahí es donde empiezo agarrar mis armas para poder maquinar todo. Ya después vendrán otras cosas como la muerte de la hija, y es cuando mis villanos se vuelven diferentes. Yo he llegado en telenovelas muy importantes como ‘La Dueña’, ‘Te sigo Amando’, siendo el antagonista y el público pidiendo que me quede con la protagonista. Don Emilio Azcárraga en vida, me dijo: ‘Me tienes en problemas, es la primera vez en la historia de la telenovela que el público quiere que la protagonista se quede con la antagonista’.

P: ¿Por qué crees que te ha pasado eso?

SG: Es que yo amo a mis protagonistas, ahora en este caso no se da esa coyuntura, pero sí ama profundamente a sus hijos y le va a doler que se mueran, ama profundamente a esta mujer y odia que lo haya traicionado, es un macho alfa a la mujer la tiene como su propiedad. Él quisiera que su hijo fuera con él.

P: Ahora estás frente a una nueva propuesta, una forma diferente de hacer telenovelas o series, ¿te gusta?

SG: Sí, y creo que sería bueno que también estuviera incorporada la parte política, sería muy interesante de tratar porque todo esto existe, el narcotráfico, el tráfico de persona, los derechos humanos pisoteados, por los malos políticos, creo que es muy importante atacar la cúpula de todos estos males. Sería buen momento de no nada más hacer una telenovela de acción, de muertos, de mentadas de madre, de ver muchachas más desnudas, sino también de tocar el tema bien y que sea más de denuncia. Porque esto no es un problema de México, en Estados Unidos son más corruptos porque toda esa droga quién la vende, quién la trafica, quién la compra. Sería muy bueno mostrar a todos esos corruptos de la política, de la policía de ‘plata o plomo’. Son niveles que hay que tener en cuenta para meterse tanto en la política como en la policía.

P: Tu estuviste 40 años en Televisa y de repente nos sorprendes con tu pase a Telemundo, ¿por qué?

SG: Cuando no llego a un arreglo con la empresa para la que trabajé 40 años, ellos pensaban que yo iba a renegociar mi contrato más abajo, entonces cuando yo le dije que estaba bien, fue un vaso de miedos porque yo fui de los primero exclusivos de la empresa, yo tenía un confort tremendo con un sueldo por mes sin hacer nada. Entonces cuando pasa eso pienso: ‘tengo que seguir trabajando’… Saliendo de Televisa lo primero que hice fue conseguir el teléfono de Epigmenio Ibarra (productor asociado de Telemundo), y en un restaurante que está al lado que solemos comer los actores, le hablé, me dijo que se iba a un viaje y cuando llegaba nos veíamos. Él pensaba que yo le iba a reclamar algo, y le dije que ya no era exclusivo y que la primera persona con la que quería trabajar era con él. Me habló de ‘Señora Acero’, que ya había arrancado que cómo no le había dicho antes porque había un personaje perfecto para mí. Yo le pedí que lo que fuera que me ofreciera en el futuro, que el personaje fuera importante, en la noche me habló y me dijo ‘¿puedes comenzar a trabajar ya?’. Al otro día fui y comenzamos. Las cosas se dan así.

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