Una latina se convierte en la directora del sindicato más grande de California
Es la primera vez que una mujer latina, cuya pasión es ser la voz de los trabajadores, asume el poderoso cargo sindical en el estado
Hija de padres campesinos, inmigrantes mexicanos, Alma Hernández se convirtió desde hace una semana en la primera latina en ser directora del Sindicato Internacional de los Trabajadores de los Servicios (SEIU), la unión más grande de California con más de 700,000 miembros.
“Es un título muy grande con el que jamás soñé. Pero me siento muy responsable de tomar la dirección en un año de elecciones”, dijo Hernández a La Opinión.
El SEIU representa a conserjes, trabajadores de cuidado en el hogar, trabajadoras sociales, profesoras, empleados escolares, trabajadores en el área de la salud y burócratas de la ciudad, el condado y el estado.
Este sindicato ha sido una voz política muy poderosa para los trabajadores, que no sólo los representa en la mesa de negociaciones con las empresas, sino también ante los gobiernos locales, del condado y el estado. Ayuda a elegir candidatos y aprobar políticas que ayudan a sus miembros.
Nacida en Merced, en el Valle Central de California, Hernández comenzó como voluntaria en la campaña de Bill Clinton para la presidencia en 1992. “Yo no vengo de una familia involucrada en la política, ni conocía este mundo. De niña no sabía qué soñar. Pero mi mamá, aún cuando solo tuvo hasta tercer año de primaria como educación, nos enseñó a trabajar por los demás”, recordó.
Graduada con honores de la Universidad de California en Berkeley, dijo que fue su madre quien la animó a educarse. “Me acuerdo mucho que ella nos decía, que nos preparáramos lo más que pudiéramos, porque a uno le podían quitar todo pero la educación nunca nadie nos la podría robar”, dijo.
Además le inculcó a trabajar más que los demás para que le fuera bien en la vida. Los fines de semana, en los mercados de pulgas, los “swap meets” del Valle Central, su madre le enseñó el arte de la negociación.
Hernández trabajó casi seis años en la legislatura estatal y en campañas electorales. Pero enfadada con los políticos, en 2010 entró al SEIU a trabajar. “Me dieron la oportunidad y encontré en este sindicato mi hogar. Me fascinó el trabajo, empezando porque tuvimos que rehacer el equipo político”, observó.
Para esta latina de 38 años, casada y madre de dos niños de 7 y 9 años, lo mejor de su trabajo es que está en una posición de reclamar a los políticos las promesas que hacen en campaña a los trabajadores. “Yo me levanto todos los días con una gran pasión porque sé que voy a salir a defender los intereses de los trabajadores. Y cuando pienso en ellos, veo a mis papás que como ellos han trabajado muy duro”, confesó.
Antes de ser nombrada directora ejecutiva del SEIU, era la directora política de la organización donde ha ayudado a este sindicato a convertirse en una poderosa voz política de la nueva mayoría de California: latinos, afroamericanos y asiáticos.