Crónicas mexicanas: Enfermarse aquí es morirse o volverse pobre

¿Por qué una paciente como Dulce, víctima de una enfermedad crónica, tiene que esperar más de un año para que un médico del IMSS la revise?

El doctor Mark Sklansky del hospital de niños  UCLA Mattel examina a un bebé.

El doctor Mark Sklansky del hospital de niños UCLA Mattel examina a un bebé.  Crédito: Aurelia Ventura | La Opinión

Desde niña, Dulce ha luchado contra la insuficiencia renal. Le sentenciaron a muerte, pero calló las bocas de los médicos que le cruzaron el diagnóstico y hizo su vida como una persona regular. Fue a la escuela y se casó. Un buen día quiso ser madre, pero esos mismos doctores se rasgaron las vestiduras. “¡Nunca!”, clamaron, pero hoy su hijo está por cumplir los once años de edad.

Hace unos días, su mamá, Tere, me contactó vendiéndome unos boletos para el sorteo de un viaje a la playa. Está juntando dinero para pagarle a Dulce las medicinas, tratamientos y otras curaciones que necesita. Porque ya no sólo es la insuficiencia renal. La enfermedad le ha dañado ya los huesos y otros órganos; y los costos para apenas calmarle el dolor se cuentan por arriba de los 400 dólares, cada ocasión.

Dulce está afiliada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la institución del Estado para brindar atención médica sin costo a la población. A pesar de esto, hace más de un año que no ve a un médico de la institución.

¿Por qué una paciente como Dulce, víctima de una enfermedad crónica, tiene que esperar más de un año para que un médico del IMSS la revise?

La respuesta es grotesca. En México se sufre un proceso gradual de desmantelamiento de las instituciones públicas de salud, además del IMSS, el Instituto de Salud y Seguridad Social de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). El Gobierno le llama “Reforma Integral del Sistema Nacional de Salud.” Nosotros le conocemos como la reforma de Enrique Peña Nieto para desaparecer al IMSS y el ISSSTE; es decir, la intención del Estado mexicano por privatizar la salud púbica.

Esta reforma pretende que los hospitales del IMSS y el ISSSTE dejen de atender enfermedades graves como insuficiencia renal, del corazón, diabetes, cáncer, hepatitis, VIH/Sida y tantas más. Ahora, la población deberá comprar un seguro médico privado para eso.

La versión oficial es que el IMSS y el ISSSTE pasarán a formar parte de un Sistema Universal de Salud en el cual, no hace falta estar afiliado para ser atendido. Lo que no dicen, es que sólo atenderán enfermedades menores, abandonando a las y los pacientes graves.

Por eso Dulce lleva más de un año que no ve a un médico del IMSS. Por eso debe sacar dinero hasta de las piedras, para seguir luchando por su vida. Bien dicen -se lamenta Tere-, que aquí en México, esta enfermedad al rico lo vuelve pobre y al pobre lo mata.

(Para ayudar a Dulce, sigue esta página https://www.facebook.com/albertobuitreblog/posts/1135534366469326)

Escríbeme: albertobuitre@hotmail.com

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