La sociedad estadounidense está enferma

No es una exageración cuando Hillary Clinton comentó que la mitad de la población que apoya a Trump tiene inclinaciones racistas.

Marcela Catalán, originaria de Indiana muestra su pancarta contra el odio y racismo.

Marcela Catalán, originaria de Indiana muestra su pancarta contra el odio y racismo.  Crédito: Belhu Sanabria | La Raza

¿Cómo es posible que un individuo con características sexistas, egocentristas y racistas sea uno de los dos líderes políticos más importantes del país? ¿Qué es lo que ha pasado con la sociedad estadounidense?

Nuestra sociedad está enferma. Tiene unos males similares a aquellos que se presentaban en la sociedad alemana de la República de Weimar de la década de 1920. Después de la capitulación de la Primera Guerra Mundial, Alemania fue obligada a firmar el Tratado de Versalles, el cual imponía serias represalias por haber iniciado la primera catástrofe mundial.

Durante toda la década de 1920, Adolfo Hitler utilizó una retórica altamente beligerante, revanchista y racista, así como también la impopularidad del Tratado de Versalles, para persuadir a sus compatriotas alemanes por la senda del fascismo.

Hitler, como todos los políticos racistas de su periodo en Europa, propagó la filosofía reaccionaria del filósofo inglés Hebert Spencer, quien encontró en la teoría evolucionista de Charles Darwin la fuente y cuna de sus estudios socio-económicos.

De acuerdo a la perspectiva de Spencer, el hecho de que Europa se convirtiera en el centro de la modernización y en el núcleo de grandes descubrimientos revolucionarios en los campos de la tecnología, economía, artes, política, física, entre otros, no fue una obra de la casualidad o del destino, sino que fue producto de un esquema natural de los seres (blancos) más fuertes e inteligentes de la tierra.

De no haber sido por su gente blanca, Europa no hubiera crecido en la manera como se desarrolló a lo largo de su historia.

En tal forma, Spencer creó lo que en las ciencias sociales se conoce como la teoría Social Darwinista o el estudio y entendimiento de los fenómenos sociales a través de la evolución humana o, en términos prácticos, el racismo en su más alta expresión.

Los hallazgos de Spencer tuvieron aceptación alrededor del mundo, principalmente en aquellas regiones donde los grupos minoritarios nacionales y étnicos empezaron a tener afluencia en sociedades dominantes por la cultura Occidental. En Europa, particularmente, en Alemania, los estudios racistas de Spencer fueron uno de los tantos elementos que motivaron al régimen de Adolfo Hitler a un proceso de linchamiento que desembocó en el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.

Algo similar sucede en la sociedad norteamericana. No es una exageración cuando Hillary Clinton comentó que la mitad de la población que apoya a Trump tiene inclinaciones racistas. Esta gente muestra los dientes de solo pensar que el empresario de copete rojizo va a llegar a la Casa Blanca.
La sociedad estadounidense está impregnada de una enfermedad social que potencialmente le conducirá a una dictadura inédita.

Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: hcletters@yahoo.com

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