Indican que José Fernández era dueño de la embarcación y que murió a causa del golpe
El fallecido pitcher cubano apuntaba para ser un hombre de 200 millones de dólares en 2018
La muerte de José Fernández la madrugada del domingo sumió al béisbol en enorme tristeza, especialmente a la comunidad cubana y cubana-americana en Estados Unidos.
Su juventud (24 años), alegría y gran talento como beisbolista agregaron al expandido pesar público tras el accidente náutico en el que José pereció junto a dos amigos.
Pero sigue en el aire la pregunta de lo que realmente sucedió con la lancha en la que supuestamente viajaban a gran velocidad, tal vez hasta 60 millas por hora, antes de chocar contra una barrera de roca diseñada como rompeolas a la entrada de un área de embarcaciones en Miami Beach. También se desconoce la hora exacta de la tragedia, aunque se presume que era muy tarde.
Se especula que con la oscuridad, quien estuviera manejando el bote no se dio cuenta de las rocas. Los cuerpos de dos de los tripulantes, incluyendo el de Fernández, fueron hallados debajo de la nave, misma que terminó volteada sobre las rocas.
Gente cercana al personal de vigilancia indicó que Fernández no murió ahogado, sino a consecuencia del impacto. Pero todo eso se sabrá cuando la autoridad forense decida hacer pública la información de la autopsia, la cual se realizó el domingo.
En un comunicado divulgado el lunes por la Comisión de Pesca y Vida Salvaje de Florida, se informó que el bote del accidente sí le pertenecía a Fernández, contrario a lo que se dijo en un principio. También se confirmó que los otros dos tripulantes eran Emilio Jesús Macías, de 27 años, y Eduardo Rivero, de 25.
El accidente ensombreció los días finales de la temporada de Grandes Ligas, devastó a unos Marlins de Miami que la noche del lunes vuelven al terreno de juego para enfrentar a los Mets, y privó al béisbol de un pitcher que apuntaba para convertirse en 2018 en un agente libre capaz de lograr un contrato multianual de hasta 200 millones de dólares.