Los californianos se han relajado demasiado en el ahorro de agua, advierten reguladores
Agosto fue el tercer mes consecutivo durante el que disminuyó el ahorro de agua en la región
Parece que el temor a quedarse sin agua ya no pesa sobre los californianos, pues las cifras de ahorro de agua van de mal en peor.
Fue lo dio a conocer la Junta Estatal de Recursos de Agua el miércoles en su reporte, el cual detalla que el mes de agosto había visto una disminución en el porcentaje de agua ahorrado por los californianos, el tercer mes consecutivo en el que esto ocurre.
Los reguladores temen que abolir las metas de conservación obligatorias haya podido hacer que los ciudadanos reviertan a hábitos de despilfarro. Las restricciones estatales fueron retiradas en junio de este año tras el alivio de las lluvias que trajo El Niño y porque los reguladores consideraron que una medida así no podía mantenerse indefinidamente.
Ese mes el ahorro de agua de los ciudadanos de áreas urbanas bajó hasta el 21.5% y continuó bajando en julio, que registró un ahorro 11 puntos menor del que se consiguió en el mismo mes del año pasado, cuando se alcanzó el máximo ahorro en el punto álgido de la sequía.
En agosto, el ahorro ha quedado solo en el 17.7%. En comparación, en agosto del año pasado los californianos habían reducido su consumo de agua en un 27% con respecto a lo que gastaban en 2013, superando incluso la meta impuesta por el estado de una ahorro del 25%. California del sur, en concreto, ahorró solo un 16.9% de agua frente al 28.2% que había conseguido en 2015.
Muchas agencias continúan conservando bien el agua, pero dos de ellas, Sanger (Fresno) y Los Banos (Merced), no llegaron al objetivo propuesto y los reguladores se preguntan si se habrá dejado de transmitir el mensaje de lo importante que es conservar agua, incluso después de que se aboliera la reducción obligatoria del gasto.
Aún así, los hogares y negocios de California continúan gastando una cantidad significativamente menor de agua de la que usaban antes de que comenzara la sequía, incluso pese a que la población se ha incrementado en un 3% desde 2013.
Pero con la sequía entrando en su sexto año y cuatro quintas partes del estado sufriéndola en condicionas severas o extremas, no es momento de relajarse. Si el invierno no consigue aliviar la falta de agua en la región, los reguladores advierten que es posible que vuelvan a ajustar los requisitos de conservación pasado enero.