Cáncer de mama: lo que toda latina debe saber
Una experta de la Sociedad Americana contra el Cáncer responde algunas preguntas comunes y complejas sobre esta enfermedad que afecta de forma desproporcionada a las hispanas
Si bien se trata de uno de los tipos de cáncer más comunes y conocidos, debido a la gran atención y publicidad que ha recibido en los últimos años, especialmente luego de haber afectado a celebridades como Angelina Jolie, el cáncer de mama sigue siendo un gran misterio para muchos.
Para algunas mujeres, incluyendo las latinas, la gran cantidad de información disponible sobre este cáncer en vez de educarlas lo que ha hecho es confundirlas. A esto se le une la avalancha de nuevos estudios científicos, medicinas y tratamientos para enfrentar la enfermedad. Ello sin contar con todos los cambios en las directrices sobre cuándo comenzar las pruebas anuales conocidas como mamogramas.
Por esta razón, para aclarar un poco el panorama –aprovechando que octubre es el Mes del Cáncer del Seno–, consultamos con la doctora Carmen E. Guerra, portavoz de la Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS), quien es profesora asociada en el Perelman School of Medicine del University of Pennsylvania.
¿Qué tan común es el cáncer de seno entre las latinas de EEUU?
El cáncer de seno es el cáncer que se diagnostica más comúnmente entre las mujeres hispanas. Aproximadamente 19,800 hispanas fueron diagnosticadas con cáncer de seno en EEUU en 2015 (una de cada 10).
El cáncer de seno es la causa principal de los fallecimientos por cáncer entre las hispanas de EEUU. Este mismo año se espera que ocurran aproximadamente 2,800 muertes por este cáncer entre las hispanas de todo el país.
En EEUU las hispanas tienen menos probabilidades de recibir un diagnóstico de cáncer de seno en una etapa temprana, comparadas a las mujeres que no son hispanas.
¿Son las latinas más propensas a desarrollar este tipo de cáncer que mujeres de otras razas?
Las hispanas son más propensas a desarrollar cáncer del seno que las mujeres asiáticas, pero menos propensas que las mujeres blancas y afroamericanas que no son hispanas.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo para las latinas?
Los principales factores de riesgo para el desarrollo de cáncer del seno entre las latinas son ser mujer; el envejecimiento; ciertos genes hereditarios como BRCA1 y BRCA2; antecedentes familiares y personales de cáncer de seno; la raza y origen étnico.
También tener tejido mamario denso y ciertas afecciones benignas de los senos como “atipia”, por ejemplo “Hiperplasia ductal atípica” (atypical ductal hyperplasia, ADH) e “Hiperplasia lobulillar atípica” (atypical lobular hyperplasia, ALH).
Otros factores son el comienzo de la menstruación (períodos) antes de los 12 años, tener la menopausia después de los 55 años y haber estado expuesta a tratamiento con radiación en el pecho y dietilestilbestrol o DED (una forma sintética de la hormona femenina estrógeno).
También hay factores de riesgo relacionados con el estilo de vida como el consumo de bebidas alcohólicas, fumar, tener sobrepeso u obesidad; falta de actividad física, tener hijos después de los 30 años y haber tomado anticonceptivos orales para el control de la natalidad.
¿Son las mutaciones genéticas BRCA1 y BRCA2 comunes entre las hispanas?
Según el reporte del National Cancer Institute “Genetics of breast and gynecologic cancers-for health professionals”, entre las mujeres con cáncer del seno las hispanas tienen una prevalencia de la mutación genética BRCA1 del 4%, pero no hay datos sobre la BRCA2.
¿Si una mujer da positivo a estas mutaciones debe realizarse una doble mastectomía preventiva aunque no haya desarrollado cáncer aún, como el caso de Angelina Jolie?
Algunas mujeres con mutaciones del BRCA padecerán cáncer de seno siendo jóvenes y tendrán un riesgo muy alto de sufrir un segundo cáncer de seno. Una mastectomía profiláctica antes de que el cáncer aparezca podría añadir muchos años a sus vidas. No obstante, mientras la mayoría de las mujeres con mutaciones del BRCA padecen cáncer de seno, hay algunas que no. Estas mujeres no se beneficiarían de la cirugía, pero sí tendrían que lidiar con sus efectos secundarios. Se recomienda enfáticamente obtener segundas opiniones antes de que cualquier mujer decida someterse a esta cirugía.
¿Cuáles son los consejos generales para prevenir la aparición de esta enfermedad?
No existe una manera segura de prevenir el cáncer de seno, pero hay algunas medidas que todas las mujeres pueden tomar para ayudar a reducir el riesgo, o en caso de que el cáncer aparezca, favorecer las probabilidades de detectar la enfermedad en sus etapas iniciales cuando es más tratable.
Una dieta que sea rica en verduras, frutas, aves, pescado y productos lácteos bajos en grasa se ha relacionado con una reducción del riesgo para el cáncer de seno en algunos estudios.
Hay que realizar actividad física de forma constante. Para ayudar a reducir el riesgo, la ACS recomienda que los adultos hagan al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa (o una combinación de ambas), preferiblemente repartidos a través de la semana.
Reducir el sobrepeso corporal en la edad adulta, especialmente después de la menopausia, limitando las calorías y ejercitándose habitualmente.
También, limitar o eliminar el consumo de bebidas que contengan alcohol. La ACS recomienda que las mujeres no beban más de un trago por día.
Las que optan por amamantar a sus bebés al menos varios meses también pueden obtener un beneficio adicional y reducir el riesgo de cáncer.
Además, puede evitar el aumento en el riesgo si no usa terapia hormonal después de la menopausia.
La mejor defensa es encontrar el cáncer de seno en sus etapas iniciales cuando es pequeño, no se ha propagado y es más fácil de tratar. Esta detección temprana con la mamografía es la clave para sobrevivir.
Hay mucha confusión en cuanto a las directrices sobre la edad en que una mujer debe hacerse su primera mamografía. ¿Cuándo se recomienda este examen y cada cuánto debe repetirse?
La ACS recomienda que las mujeres de 40 a 44 años deben tener la opción de iniciar los exámenes de detección de cáncer del seno cada año con mamogramas si así lo desean. Las mujeres de 45 a 54 años deben someterse a una mamografía cada año. Las de 55 años y mayores deberán cambiar a un mamograma cada dos años o pueden optar por continuar con su examen de detección anualmente. Estos exámenes deben continuar mientras tanto la mujer se encuentre en buena salud y se espera que viva al menos 10 años más.
¿Qué diferencia hay entre una mamografía, un sonograma y un MRI para detectar este cáncer?
Las dos pruebas principales utilizadas para diagnosticar las afecciones del seno son el mamograma y la ecografía (ultrasonido). Las imágenes por resonancia magnética (MRI) se usan en algunos casos, por lo general junto con una de las otras dos pruebas.
La mamografia es el único examen recomendado a las mujeres que tienen un riesgo promedio de cáncer del seno. Para las mujeres con riesgo alto de desarrollarlo, por ejemplo mujeres con BRCA1 o BRCA2, un MRI es indicado.
Diferencia entre pruebas
Mamogramas (mamografías) son imágenes radiológicas del tejido del seno. Si una mujer se ha notado cambios o síntomas en el seno o si un mamograma de rutina para la detección ha encontrado un área que luce sospechosa, puede que necesite un mamograma diagnóstico. Durante ese examen se realizan radiografías (fotografías) adicionales del seno que se enfocan en el área que causa preocupación. Sin embargo, los mamogramas no son perfectos y por sí solos no pueden demostrar que alguna anormalidad se trate de cáncer. Se requiere extraer una muestra de tejido y observarla con un microscopio. Esto se conoce como biopsia. No es posible hacer un diagnóstico de cáncer de seno sin una biopsia.
Ecografía (ultrasonido) del seno usa ondas sonoras de alta frecuencia para crear una fotografía computarizada de la parte interna de la mama. Este estudio a veces se usa para analizar un área en específico que haya sido causa de inquietud tras el resultado de un examen físico o mamograma. La ecografía es útil para observar algunos cambios del seno, como aquellos que se pueden palpar pero que no se pueden ver en un mamograma. También es útil para identificar la diferencia entre quistes llenos de fluido y masas sólidas. Si alguna protuberancia resulta ser realmente un quiste, ésta es benigna (no es cáncer). Si éste es el caso, puede que su médico no tenga que colocar una aguja en la masa para extraer el líquido. La radiación no se usa para realizar este estudio.
Imágenes por resonancia magnética (MRI) a veces se utilizan para la detección de cáncer de seno en mujeres que se sabe pertenecen a un grupo de alto riesgo. Puede que también se usen para una observación más detallada del cáncer de seno una vez detectado y que no se vio en un mamograma. Un MRI puede mostrar si sus ganglios linfáticos –tejido del sistema inmunológico que están conectados por pequeños vasos o conductos– están agrandados, lo que puede ser un signo de que contienen cáncer. En ocasiones, el MRI se utiliza para ayudar a guiar la aguja de la biopsia en tumores que no se pueden ver en los mamogramas.
¿Están todas estas pruebas cubiertas por los seguros médicos?
La mamografía está cubierta por la mayoría los seguros. Para mujeres sin cobertura, hay un programa nacional que ofrece la mamografía gratis en cada estado de los EEUU llamado: “National Breast and Cervical Cancer Early Detection Program.” Este programa esta ofrecido por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (www.cdc.gov/cancer/nbccedp/).
La cobertura del resto de los exámenes del seno depende del riesgo y los síntomas. Se aconseja que cada mujer hable con su doctor.
¿Si las mamografías u otra prueba dan resultados “inconclusos”, o los llamados “falsos positivos”, debe la mujer someterse a biopsias u otros procedimientos médicos invasivos y dolorosos?
La respuesta a esta pregunta es que cada caso es muy específico y no sería responsable que nosotros demos consejos médicos generales.
¿Cuándo se recomienda una cirugía, quimioterapia o radiación?
La respuesta es bien complicada y a veces las mujeres con cáncer del seno necesitan dos tipos o tres tipos de tratamiento. El tratamiento es específico para cada mujer y depende de varios factores incluyendo la edad, si tienen otros problemas médicos, el tipo de cáncer del seno, la etapa del cáncer y las preferencias de la mujer.
El paso más importante e inmediato que una mujer debe tomar al ser diagnosticada con cáncer del seno es ver a un especialista en oncología quien tiene bastante experiencia en el tratamiento de este tipo de cáncer.
Más información
La ACS ofrece un Centro Nacional de Información sobre el Cáncer dedicado a responder a las preguntas sobre esta enfermedad. Este centro está a la disposición de cualquier persona que llame al número 800-227-2345. Allí especialistas capacitados con información acertada y actualizada sobre el cáncer pueden responder a sus preguntas las 24 horas del día, cada día del año para ayudarle a tomar decisiones bien informadas sobre su salud. Este centro conecta a pacientes, cuidadores de salud y familiares con servicios y recursos valiosos.
Para más información en español puede visitar la página de la ACS: www.cancer.org/espanol/.