La gran pregunta: ¿Podrá este Messi encendido rescatar a Argentina contra Brasil?
Cuando faltan 20 días para afrontar el clásico por las eliminatorias, Leo desarticuló con un hat-trick al Manchester City de Guardiola; fue su primer partido de titular tras el desgarro
El traicionero dolor en el pubis no lo condiciona y el desgarro ya está cicatrizado. El último sábado, después de los 25 días dedicados a poner a punto el aductor derecho, necesitó los primeros tres minutos de los 35 que disputó para hacer un gol. Este miércoles, ya titular, convirtió un hat-trick, le hicieron un penal que tuvo la generosidad de cedérselo a Neymar, a quien unos minutos después volvió a hacerlo beneficiario de una asistencia para que el brasileño marcara el gol que no pudo con el penal que le había atajado Wilfredo Caballero.
En cuatro días, Lionel Messi robusteció a Barcelona, lo subió de la dimensión de muy buen equipo a la de irresistible, tan habitual. ¿Podrá dentro de 20 días rescatar a la Argentina de su peor momento en las eliminatorias en la riesgosa excursión a Brasil y la no menos exigente visita que Colombia hará en San Juan?
Por lo pronto, el alivio para Edgardo Bauza y el seleccionado pasa por ver a un Messi entero y decisivo. Es cierto que no cabe aplicar un carácter transitivo entre Barcelona y el seleccionado. El equipo catalán rara vez abandona un registro ganador, va sobrado de confianza y tiene un sistema que favorece al rosarino. En Argentina, Leo se encontrará con un momento en el que se debe combatir el pesimismo y, de acuerdo con lo que fue adelantando Bauza, le espera un cambio de esquema, un 4-4-2 para ser más compactos, lo cual le restaría compañía en ataque.
De Messi siempre se espera lo lógico y lo imposible. Si Pep Guardiola, el técnico que más lo ayudó a evolucionar entre 2008 y 2012, por segunda vez no encontró antídoto para frenarlo, ¿cómo no ilusionarse con que ayude a poner de pie a este renqueante seleccionado? Messi puede con casi todo, y una de las tareas más arduas que le recaerá es la de despejar el camino a Rusia 2018. Ese destino que sólo por unos días se quitó de la cabeza tras la frustración de la Copa América, y que vuelve a ser el gran objetivo para coronar su brillante carrera.
No le faltaba razón a Guardiola cuando el día previo dijo que este tipo de partido le llegaba demasiado rápido al proyecto que lleva tres meses en Manchester City. Messi se encargó de castigar cada uno de los descuidos, de las pérdidas de pelota que los sky blue tuvieron en campo propio. Pep les pide a sus futbolistas tener la pelota y ser valientes. Una propuesta aún no afinada como para achicar riesgos frente a la exuberancia ofensiva de Leo y compañía.
También estuvo en lo correcto Gerard Piqué cuando 24 horas antes había sentenciado que “a Messi hay que temerle aunque esté al 10 por ciento, porque es el mejor“. En realidad, al rosarino se lo vio en un porcentaje mayor. Estuvo rápido, lúcido y certero. Le puso su rúbrica a un partido sometido a varias circunstancias imprevistas, que muchas tuercen un rumbo que Messi enderezó puntualmente. Una defensa que tenía la novedad de Javier Mascherano como lateral derecho se quedó rápido sin el defensor izquierdo por la lesión de Alba. Lo reemplazó el francés Digne, uno de los refuerzos del último mercado de pases. Antes de los 40 minutos, otra baja, la de Piqué, lesionado tras un foul de Silva. Aquel Barcelona de las últimas temporadas tan reconocible en la última línea con Dani Alves, Piqué, Mascherano y Alba, de repente anoche se encontró con Mascherano, Umtiti, Mathieu y Digne.
El carácter provisional de esa defensa pudo ser para Manchester City una oportunidad propicia que Messi se la negó. El primer gol surgió con una pelota recuperada por presión de Mascherano en campo rival; Messi combinó con Iniesta y en el área se encontró con un espacio despejado por un resbalón de Fernandinho. A Guardiola le habrá venido a la mente el 0-3 en el Camp Nou de hace dos temporadas, cuando Boateng pareció desmayarse al ver venir a Messi. Ahora era Fernandinho al que se lo tragaba la tierra sin poder evitar el eslalon con que Leo dejaba desparramado a Bravo.
Once contra diez por la expulsión de Bravo, Messi liquidó el pleito con un remate desde fuera del área y un toque a una asistencia de Suárez. Tiene el récord de hat-trick en Liga de Campeones: siete, dos más que Cristiano Ronaldo. Suma 465 goles oficiales Barcelona, más del doble de los 232 de César, el goleador histórico de Barcelona al que superó en 2012. Mientras la historia lo glorifica, el seleccionado argentino le hace reverencias para que le alegre el futuro.