Extracción de petróleo habría provocado sismo más mortífero en California
Dos científicas del USGS creen poder demostrar esta teoría
Científicos de la Encuesta Geológica Nacional (USGS) han realizado hallazgos que sugieren que varios terremotos en el área de Los Ángeles podrían haber sido causados por la extracción de petróleo, incluyendo el de 1933 en Long Beach que mató a unas 120 personas.
Si se demuestra, sería la primera vez que se consigue relacionar la explotación petrolera con un sismo mortífero en los Estados Unidos.
El estudio fue publicado el martes pasado en el Bulletin of the Seismological Society of America. Dos científicas han identificado varios sismos que tuvieron lugar en los años 20 y 30, los cuales pudieron haber sido causados potencialmente por actividades industriales.
Las sismólogas Sue Hough y Morgan Page recopilaron una serie de terremotos que tuvieron lugar entre 1915 y 1930, revisaron permisos para la explotación petrolera y la actividad de extracción durante ese período de tiempo, encontrando hasta 13 casos en los que parecía haber una relación causa-consecuencia clara.
Hough explicó la tendencia de asumir que los temblores provocados no son significativos, pero el sismo de Long Beach fue de magnitud 6.4 y se produjo poco después de que se empezara a perforar en la zona.
Sin embargo, las técnicas de perforación para la extracción de petróleo han cambiado a lo largo de los años, por lo que el estudio no comprueba necesariamente que la explotación petrolera pueda provocar sismos de gran magnitud a día de hoy. De hecho, otro estudio del año pasado realizado por científicos del USGS y el California Institute of Technology no encontró pruebas de que la acción humana hubiera causado sismos en el área de Los Ángeles después de 1935.
La capacidad que ciertas acciones industriales humanas tienen de causar terremotos está siendo cada vez más criticada, después de que varios estudios relacionaran prácticas como la fracturación hidráulica o “fracking” con un aumento en la actividad sísmica de la zona, aunque aún no han causado muertes.