Un evento en el día de Martin Luther King Jr. busca hacer Lunada Bay accesible para todos
Activistas convocan a todo el mundo a disfrutar del enclave, tristemente conocido por ser acaparado durante años por una pandilla hostil de surfistas
Un surfista que fue víctima de ataques raciales y acoso por intentar surfear en Lunada Bay se ha propuesto unir a la comunidad en su esfuerzo por hacer el enclave accesible para todos.
El próximo lunes 16 de enero, Día de Martin Luther King Jr., el surfista y actor Christopher Taloa invita a todo el mundo a enfrentarse al racismo y a recuperar una playa pública que durante años ha sido acaparada por un grupo violento y localista conocido como Lunada Bay Boys. La organización sin ánimo de lucro Coastal Protection Rangers ha colaborado en la difusión del evento.
Taloa, de 43 años y nacido en Hawai, intentó surfear en este enclave de Palos Verdes el mismo día hace tres años y fue recibido con insultos racistas, hostigamiento verbal e incluso agresiones físicas, que describe como un comportamiento típico de las pandillas. Pero este residente de Los Ángeles no se ha dejado desanimar y ha declarado su intención de celebrar la integración dejando claro a los abusones que Lunada Bay no les pertenece.
El jefe de la policía de Palos Verdes Estates Jeff Kepley ha declarado que sus agentes permanecerán atentos al evento y que su departamento está comprometido con proporcionar un ambiente seguro a residentes y visitantes al lugar.
El evento tendrá lugar durante todo el día en la línea de costa debajo de Paseo del Mar, y se invita tanto a quienes quieran surfear como a los que simplemente quieran disfrutar del paraje y mostrar su apoyo a este esfuerzo comunitario por enfrentarse a una discriminación que lleva demasiado tiempo impune.
Decenas de personas a lo largo de décadas han denunciado que los Lunada Bay Boys reciben a quienes intentan surfear o incluso pasear por la zona con insultos, agresiones y hostilidad. Los matones lanzan rocas a los visitantes, rajan los neumáticos de sus autos, les agreden verbalmente e incluso les golpean, como denunció Taloa.
Esta situación que se ha dado desde hace unos 40 años solo ha empezado a solucionarse reciente y tímidamente. Las autoridades municipales destruyeron un fuerte ilegalmente construido en la playa hace años y que contribuía al acaparamiento ilegítimo de esta por parte de los Bay Boys, que vandalizaron el equipamiento utilizado en la operación.
También se ha anunciado, aunque no se ha concretado demasiado, un incremento en la presencia policial en la zona y una monitorización por medio de cámaras o incluso drones en un futuro para combatir el localismo violento de este grupo, según reportó el Long Beach Press-Telegram. Supuestamente, en algún momento posterior al 1 de enero guardas del Santa Monica Mountains Conservancy empezarán a patrullar la zona.
Todos estos cambios han sido motivados por la acción legal que varios ciudadanos han emprendido contra los Bay Boys y las autoridades de Palos Verdes que, denuncian, han hecho la vista gorda durante años a la situación. Una demanda estatal y federal fue presentada el año pasado ante los tribunales en un esfuerzo por hacer Lunada Bay efectivamente lo que siempre se supone que ha sido en la teoría: un enclave público, de disfrute libre para cualquier ciudadano.
Los Coastal Protection Rangers, Diana Milena Reed y el agente de la policía de El Segundo Cory Spencer se querellaron contra 10 presuntos miembros de la banda y Palos Verdes Estates, con Taloa aportando su testimonio sobre el incidente del 16 de enero de 2014, además de otros, y la clase de agresiones violentas y racistas que había sufrido.
Los documentos aportados por los querellantes han revelado recientemente, además, un operativo policial fallido contra los Bay Boys que tuvo lugar a comienzos del año pasado. La policía de Palos Verdes planeaba llevar a cabo una acción encubierta en febrero de 2016 que tuvo que ser cancelada en el último momento porque alguien, aún sin identificar, había dado el chivatazo a los matones.
Una audiencia fechada para el 21 de febrero determinará si el caso federal se convierte en una demanda grupal, lo que permitirá que más personas de unan en las denuncias contra los acusados.