Escuelas chárter se proliferan sin necesidad, acusa un reporte
En Los Ángeles, la cantidad de niños en edad escolar ha disminuido, mientras que el número de escuelas chárter se ha multiplicado
Según un informe publicado por un grupo de defensa el lunes, las escuelas chárter se proliferan donde no hacen falta, mientras que el estado financea escuelas que contravienen la ley.
La investigación del grupo In the Public Interest (Por el Bien del Público), con sede en Oakland, evaluó dónde ha incrementado la cantidad de escuelas chárter y dónde es que hacen falta más, de acuerdo a las inscripciones. Estas líneas de tendencia no coinciden, dicen los investigadores, especialmente en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD, por sus siglas en inglés), donde la cantidad de niños en edad escolar ha disminuido, mientras que el número de escuelas chárter se ha multiplicado.
Las escuelas chárter son escuelas públicas, ya que son financiadas por el estado. Sin embargo, estas se manejan de manera privada y están exentas de algunas normas que gobiernan a los planteles tradicionales.
El reporte señala que a los distritos escolares tradicionales no se les permite construir más planteles cuando las inscripciones reales o previstas no justifican una expansión. Pero esta norma no se le aplica a las escuelas chárter, que pueden abrir en cualquier zona y calificar para dinero del erario público para construir o arrendar sus instalaciones. Según el reporte, fondos públicos se han utilizado para abrir y mantener a 450 escuelas chárter en áreas con bastante espacio en las aulas tradicionales, lo cual es un desperdicio de dinero que a lo largo menoscaba la viabilidad de todas las escuelas públicas.
Dicho argumento ha sido repetido varias veces por funcionarios del LAUSD, quienes dicen que la expansión veloz y extensa de las escuelas chárter es uno de los factores que amenazan la solvencia del sistema escolar.
El investigador principal del informe, Gordon Lafer, profesor en la Universidad de Oregón, atribuye el problema a una política estatal que carece de transparencia y visión.
Por otra parte, defensores de las escuelas chárter insisten que esas escuelas hacen falta no por una escasez de espacio en las aulas tradicionales, sino porque hay una falta de escuelas proporcionando educación de alta calidad.
Los partidarios de las escuelas chárter también argumentan que los padres de familia deben tener más opciones, especialmente en zonas de bajos recursos, donde el rendimiento estudiantil y el índice de graduación en las escuelas públicas llevan décadas dejando mucho qué desear. Muchos defensores de las escuelas chárter creen que el mercado debe determinar cuáles escuelas se mantienen abiertas, siempre y cuando todos los planteles cumplan con los estándares del estado.
Jason Mandell, portavoz de la Asociación de las Escuelas Chárter de California, señaló que la Universidad de Oregón tiene vínculos con el sindicato de maestros del estado, argumentando que el reporte es una estrategia “no solo para prevenir que se expandan las escuelas chárter, sino también para clausurar hasta las de mayor rendimiento”.
El informe también examinó el tipo de apoyo que reciben las escuelas chárter para sus instalaciones, y concluyó que grandes sumas de recursos públicos están ayudando a las escuelas chárter a comprar propiedades que podrían terminar en el sector privado si estas deciden vender los planteles o se declaran en quiebra.
In the Public Interest también criticó al estado de California por seguir financiando a las escuelas chárter que contravienen la ley, citando otro reporte publicado por American Civil Liberties Union, en el cual se concluye que al menos 253 escuelas chárter tenían políticas de matriculación que excluyen a algunos alumnos, incluyendo a los que tengan bajas calificaciones, un inglés limitado o una discapacidad.
Algunas de las escuelas nombradas en el reporte han negado las acusaciones, mientras otras insistieron que ya habían cambiado sus normas para conformarse a la ley.