Iglesia señala “redes siniestras” del poder en México en el robo de combustible
El delito crece a pasos agigantados y deja pérdidas millonarias
México – La Iglesia católica mexicana afirmó hoy que el robo de combustible en México, que recientemente ha causado graves altercados, exhibe las “redes siniestras” entre el poder y el crimen organizado, así como la impunidad y la corrupción del país.
“Sin embargo, el huachicol -como se conoce al robo de combustible- teje redes más siniestras que, al igual que en otras actividades ilícitas, involucran a autoridades en colusión con el crimen organizado“, señaló la Arquidiócesis de la Ciudad de México.
En un artículo publicado hoy en el semanario católico Desde la fe, la Iglesia recordó que directivos de Petróleos Mexicanos (Pemex) han reconocido que hay trabajadores implicados en la sustracción ilegal de combustible de sus ductos.
A inicios de mayo, cuatro militares y seis civiles perdieron la vida en un enfrentamiento en el poblado Palmito, en el céntrico estado de Puebla, cuando los elementos del Ejército acudieron a investigar una toma clandestina y fueron recibidos a tiros por los ladrones de combustible, conocidos como huachicoleros.
El texto recordó hoy que este delito es una “actividad lucrativa” en un mercado negro “creciente y boyante”, pues en cinco años aumentó más del 400 %.
“Ahora es uno de los principales desafíos al poder del Estado y al sistema de justicia, como actividad ilícita financiera”, aseveró.
La Iglesia consideró preocupante que las tomas clandestinas estén extendidas en buena parte del país, especialmente aquellos con mayor infraestructura petrolera: Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, Puebla, México, Guanajuato, Jalisco y Sinaloa.
“El caso de Puebla resulta preocupante, el despliegue de fuerzas armadas que han entrado en confrontación con los delincuentes revela la escalada del problema, por lo menos en 32 municipios de los 127 que hay en la entidad”, enumeró la Iglesia, que habló de poblados enteros dedicados a la extracción y venta ilegal de gasolina.
En el texto, la Iglesia denunció las enormes pérdidas que supone para Pemex este negocio, y afirmó que, de no solucionarse, “es un hueco que será difícil reponer en el futuro mientras crezca esta actividad ilícita”.
Es una “rama del crimen organizado, de los diversos cárteles de la droga y de nuevos grupos criminales independientes, que han encontrado una fuente de riqueza que parece imparable y de difícil solución”, agregó.
Para la Iglesia, el asunto es también “doloroso” por las víctimas que caen en esta redes.
Gente pobre a quienes los delincuentes pagan para que se pongan al frente de los altercados cuando las fuerzas de seguridad implementan algún operativo, añadió el texto.
“La extracción de combustibles amenaza la seguridad de México y revela lo que no parece dar tregua: corrupción e impunidad. Un problema que nos empobrece y descompone aún más nuestra realidad y tejido social. (…) Los efectos son perversos y destructores”, concluyó la Iglesia.