Alternativas para financiar la educación superior

Los latinos huyen de los préstamos estudiantiles pero ahorran poco, las cuentas 529 y los seguros son una vía para mejorar esto

“Para los latinos, deuda no es una buena palabra”, así lo explica David Hufnagel, director de mercado de la aseguradora MassMutual.

Lo dice después de que la firma para la que trabaja haya hecho una serie de encuestas entre cinco grupos étnicos para saber cómo se preparan financieramente para la Universidad. La conclusión a la que se llega tras entrevistas y cuestionarios a personas con hijos entre 5 y 15 años es que entre la comunidad latina, no suenan nada bien los créditos estudiantiles y la acumulación de deuda y prefieren que los estudiantes busquen becas, ayuda federal, cuenten con los ahorros de los padres o planifiquen sus estudios de una manera menos costosa (empezar por una alternativa de estudio de dos años y no cuatro).

Entre otras alternativas, antes se prefiere un préstamo sobre una cuenta de jubilación, planes 529 o programas de trabajo-estudio entre otros.

A la vista de las noticias sobre cómo se multiplica la deuda estudiantil es casi comprensible este recelo. Ahora bien, a pesar de favorecer el ahorro para sufragar los costos, los latinos no ahorran más que lo mínimo en comparación con otros grupos étnicos.

Hufnagel sugiere a las familias tres cosas. La pimera es que se trace un plan de acción a partir de su actual situación financiera. En segundo lugar hay que contar con el tiempo. Para ahorrar hay que empezar cuanto antes. Desde el momento que nace el niño en el plan que mejor cuadre sus posibilidades e intereses. El ahorro se puede hacer con deducciones automáticas del salario y así duele algo menos.

Este experto de MassMutual recomienda, además, considerar todas las opciones. “Las becas son las alternativas favoritas pero lamentablemente no hay para todo el mundo”, explica antes de apuntar a programas de estudio trabajo (que permiten sufragar gastos con trabajo), las cuentas 529 y ciertos seguros de vida.

La idea de los seguros de vida es mucho más compleja y completa que el seguro a término que permite que ante un deceso, los familiares del fallecido no se queden monetariamente descubiertos. Hay unos seguros que se conocen como de vida completa (whole life e universal) que dan la oportunidad de tomar fondos de los ahorros para hacer pagos como los de la Universidad.

A diferencia de las cuentas 529, que solo se pueden usar en educación superior en instituciones reconocidas en EEUU y a cambio se tienen beneficios fiscales, “estos seguros de vida entera  no solo se limita a los beneficios por fallecimiento sino a los que se pueden tener en vida. Se puede usar el dinero para lo que quiera el estudiante, para estudiar, para dar un pago inicial de una casa y su uso está libre de impuestos”, explica Hufnagel. No se obtienen beneficios fiscales pero tampoco se arriesgan en caso de que el hijo decida un un futuro que no pase por la Universidad.

“Es como una cuenta de ahorros, es un vehículo para destinar dinero todos los meses y el dinero está disponible”, dice.

Además hay que considerar los riesgos. Los planes 529 apuestan al mercado y fluctuan con ellos. En los seguros normalmente se proveen unos retornos sobre las inversiones relativamente estables. Quizá no estelares pero no a merced de subidas y bajadas como el resto de las cuentas de ahorro a largo plazo en los mercados.

Apostar por un seguro de vida entera no reduce las posibilidades de recibir otras ayudas financieras para conseguir un grado superior.

En cualquier caso, hay que recordar que cada familia es un mundo y que no hay soluciones mejores que otras en teoría sino que hay distintas y cada uno se adapta mejor a las necesidades de cada uno. A la hora de mirar su propio bolsillo y trazar su plan financiero, lo mejor que se puede hacer es consultar sus opciones con sus cuentas con un profesional.

Un puente, una ayuda

MassMutual provee un seguro de vida a término de 10 años, gratis, para padres y guardianes de menores que cumplan determinados requisitos. En caso de fallecimiento del padre o guardián en esos años, en los que la aseguradora paga la póliza de un seguro que se llama LifeBridge, se pagaría un beneficio de $50,000 a un trust que mantiene el pago para la educación del hijo o hijos sobrevivientes. El dinero puede usarse para pagar la matrícula o libros o lo que sea relacionado con la educación.

Los hijos tienen hasta 10 años tras el fallecimiento del padre o guardian para usar el beneficio o como muy tarde cuando cumplen 35 años.

El seguro está a disposición de personas de 19 a 42 con hijos menores de 18 que sean residentes legales en el país. No han de cobrar más de $40,000 al año, no tengan pueden tener determinadas enfermedades, abusar del alcohol, las drogas o estar en libertad vigilada.

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