Vuelve la universidad gratuita a San Francisco

La Universidad Comunitaria de la ciudad se recupera de una crisis y abre sus puertas a los estudiantes con educación de calidad

City College of San Francisco ofrece ya matrícula gratuita para sus cursos universitarios. (Fernando A. Torres / La Opinión de la Bahía)

City College of San Francisco ofrece ya matrícula gratuita para sus cursos universitarios. (Fernando A. Torres / La Opinión de la Bahía) Crédito: Fernando A. Torres / La Opinión de la Bahía

Con gran apoyo de la comunidad, los políticos y el ayuntamiento, la Universidad Comunitaria de San Francisco (City College of San Francisco) ha comenzado su proceso de inscripción gratuita para los residentes de la ciudad.
De esta forma, la popular casa de estudios universitarios (que ofrece los primeros dos años de la educación superior) comienza a recuperarse de los estragos causados por una crisis de acreditación para convertirse en la primera universidad gratuita del país, un ejemplo que ya se está discutiendo en otros recintos educativos similares.
Pero la gratuidad en la educación superior de California no es novedad. Antes de la devastadora Proposición 13 (que en 1978 se fue en contra de los servicios públicos), esta educación era gratuita en todo el estado.
40 años más tarde, la Universidad Comunitaria intenta revivir esa visión y lograr una comunidad estudiantil con la cantidad de estudiantes que tenía antes de la crisis.
Con la solución del problema de la acreditación “ya hemos dado vuelta la página. La Universidad Comunitaria tiene mucho valor como para perderla. La acreditación nunca ha sido un problema relacionado con la academia, fue un problema de administración. Ahora tenemos siete años más de acreditación. Estamos totalmente acreditados [para enseñar]”, dijo Bridgette Dávila, fideicomisaria integrante del Consejo de Administración de esa institución.
Los fideicomisarios (trustees en inglés) son miembros de la comunidad elegidos por dos años para decidir sobre las políticas a seguir en las universidades y dirigir a su presidente. El primer periodo de Dávila comenzó en 2014.
“Todos nosotros en el consejo estamos absolutamente comprometidos a proveer una universidad gratuita. Asegurarnos de que latinos y otras comunidades marginalizadas tengan acceso a la educación superior. Cualquier persona en California puede ser educada si quiere serlo”, dijo Dávila, quien aseguró que los programas de estudios ofrecidos en su institución son “excelentes, incluidos aquellos para transferirse a una universidad de cuatro años. Programas como los culinarios, nuestro programa de ciencias que acaba de ganar el premio más importante en la construcción de robots para estudiantes de ingeniería”.
La crisis de acreditación comenzó hace más de cinco años después de que la Comisión de Acreditación para Colegios Junior y Comunitarios (Accrediting Commission for Community and Junior Colleges) trató de revocar su permiso de acreditación a la institución de San Francisco aludiendo un serie de problemas burocráticos de manutención, de personal y deficiencias en el manejo del presupuesto.
Aunque el problema fue solucionado en favor de la universidad a comienzos de año, la crisis resultó en una disminución de las matrículas y una pérdida de confianza hacia la institución.
Pero según el profesor Juan Gonzales el nuevo plan estaría dando resultados. “Parece que está funcionando, por lo que me han dicho y visto el número de inscripciones está siendo más alto que el invierno pasado. Creemos que la universidad gratuita es una de las causas del aumento de las matrículas”, dijo Gonzales, profesor de periodismo desde 1985 y fundador, en 1970, del semanario sanfranciscano ‘El Tecolote’.
“’La Universidad Gratis de la Ciudad de San Francisco’, como le dicen ahora, es una buena movida que va en la dirección correcta y que traerá de vuelta las matriculas que perdimos durante la crisis de acreditación. Los estudiantes se asustaron pensando que las clases que estaban tomando no serían tomadas en cuenta en las universidades de cuatro años, que no obtendrían sus diplomas para la transferencia a la educación superior. Esto atrajo la idea de liberar los precios de la matrícula en un plan de un año para ver como resulta”, dijo Gonzales.
Bajo un acuerdo entre la ciudad y el Consejo de Administración de la universidad, el municipio pondrá $5.4 millones al año para financiar la cuota de $46 por crédito pagada por los estudiantes y $250
por semestre a estudiantes de tiempo completo y bajos ingresos para comprar libros, útiles escolares y gastos de salud y transporte. Los estudiantes a tiempo parcial de bajos ingresos recibirán $100 por semestre para los mismos gastos. El dinero vendrá de la Proposición W, una medida que los votantes de San Francisco aprobaron el año pasado y que estanleció un impuesto de transferencia a aquellas propiedades que se venden por al menos $5 millones.
Según Gonzales, los estudiantes también se encuentran creando una ‘Universidad Comunitaria Santuario’. “Los estudiantes tienme que educarse sin el miedo a ICE (Immigration and Customs Enforcement) por ser indocumentados. Hay que entender que este es un lugar seguro, este es un lugar para obtener un diploma, para enriquecer la lengua. Abrazamos y le damos la bienvenida a los estudiantes indocumentados. Ellos tienen que sentirse seguro en el campus y saber que no han de encontrar ningún tipo de acoso por parte de nadie. Es un lugar bastante seguro para estar”, aseveró Gonzales
Un joven latino, trabajador de la construcción, se encontraba en fila junto a una docena de personas en las oficinas de inscripción de la universidad en el Edificio Conlan. El lugar bullía con estudiantes y personas inscribiéndose. “Siempre es bueno estudiar y volver a la escuela. No tengo papeles pero parece que se puede tomar algunas clases. Me dijeron que era seguro”, dijo Francisco, quien no quiso dar su apellido.

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