“Ataques” con heces y orina entre presos; cuatro oficiales arrestados

Los abusos eran permitidos por oficiales de la cárcel del condado de Alameda, según las autoridades

Desde arriba a a la izq. los ex agentes Erik McDermott, Stephen Sarcos, Justin Linn y Sarah Krause

Desde arriba a a la izq. los ex agentes Erik McDermott, Stephen Sarcos, Justin Linn y Sarah Krause Crédito: Cortesía oficina del Sheriff del condado de Alameda

Cuatro agentes de la cárcel de Santa Rita han sido arrestados por permitir e incluso “facilitar” actos de abuso entre reos, según las autoridades, quienes creen que un preso cargado con una botella de plástico con heces y orina roció en diversas ocasiones su contenido a través de las rendijas de las celdas de otros reclusos durante el verano y el otoño del año pasado.

La oficina del Sheriff dice que los agentes del condado de Alameda Justin Linn, de 23 años; Erik McDermott, de 27; Sarah Krause, de 26 y Stephen Sarcos, de 30 años, sabían de estos actos y los consentían, por lo que los cuatro fueron detenidos este jueves sospechosos de agresión bajo la protección de autoridad.

Todos ya han sido puestos en libertad tras el pago de su fianza. Sarcos renunció y los otros tres continúan fuera de servicio, según el sargento Ray Kelly, desde que en enero comenzara una larga investigación en la que más de cuarenta personas, incluyendo empleados de la oficina del Sheriff, reclusos de la cárcel del condado y de otras prisiones estatales, fueran entrevistadas.

Krause y Sarcos son acusados ​​de participar en uno de los ataques, mientras que las autoridades alegan que Linn y McDermott fueron cómplices en varios. Además, Linn y McDermott también son acusados ​​de haber intimidado a testigos para que no hablasen con los investigadores.

El preso que organizó los ataques no ha sido identificado, tampoco si fueron los agentes quienes los orquestaron o si el recluso que los realizaba lo hacía bajo coacción o por miedo a represalias si no cumplía con el mandato de los oficiales, de acuerdo con Kelly.

El Sheriff Gregory Ahern calificó las acusaciones de “atroces y chocantes” a través de un comunicado. “Las acciones de estos cuatro individuos no reflejan la dedicación y el profesionalismo de los 1,600 empleados que trabajan en la oficina del Sheriff del Condado de Alameda”, dijo.

Este caso de abuso ha llevado a los funcionarios de la agencia a revisar sus políticas internas. Se ha puesto en marcha un plan, de acuerdo con Kelly, para instalar cámaras de vigilancia allí donde puedan ponerlas dentro de la instalación.

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