Trump juega con fuego y arriesga nueva derrota política
El presidente se la vuelve a jugar en el Congreso con la derogación del Obamacare
La tercera es la vencida o por lo menos así lo cree el presidente Donald Trump al jugársela nuevamente por el intento de su partido de derogar el Obamacare en el Congreso.
El presidente, Donald Trump, consideró hoy que el último intento republicano para derogar y sustituir la actual ley sanitaria tiene “muy buenas opciones” de prosperar en el Senado, porque su partido está “avergonzado” de no haber conseguido aún un reemplazo a la legislación de 2010.
“Tiene muy buenas opciones”, dijo Trump a los periodistas al ser preguntado por el tema al comienzo de su reunión en Nueva York con el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi.
El mandatario se refería al proyecto promovido por los senadores republicanos Bill Cassidy y Lindsay Graham, que derogaría partes clave de la reforma sanitaria de 2010, conocida como Obamacare.
Esa derogación incluye el mandato individual por el que los ciudadanos son multados si no obtienen seguro; los subsidios a las aseguradoras y los fondos para la expansión de Medicaid -acceso sanitario para las personas con bajos recursos-, con subvenciones en bloque que serían entregadas a los estados.
Tras un estrepitoso fracaso este verano en el Capitolio, cuando Trump insistió a sus colegas para aprobar cualquier tipo de derogación y así poder cumplir su promesa electoral de reforma sanitaria, los republicanos quieren votar la próxima semana la opción de Graham y Cassidy.
Pero incluso si consiguen votar el proyecto de ley por mayoría simple, los republicanos no pueden permitirse que ni siquiera tres senadores conservadores se opongan al plan, como ocurrió en la última votación organizada por el partido sobre el tema sanitario.
Pese a ese panorama, Trump opinó que los republicanos acabarán respaldando la reforma propuesta por Graham y Cassidy, que “hará las cosas de la forma correcta” y corregirá la “catastrófica situación” creada, a su juicio, por Obamacare.
Recordó que lleva “siete años” escuchando decir a los republicanos que iban a “derogar y reemplazar” Obamacare.
“Para ser honesto, yo creía que cuando ganara (las elecciones presidenciales de 2016), iría al Despacho Oval, me sentaría en mi mesa, y habría una ley de salud sobre ella. Creo que muchos republicanos están avergonzados por eso, y creo que van a hacer un gran trabajo”, señaló.
“En algún momento, el Senado va a verse forzado a llegar a un acuerdo, y ahora mismo están prácticamente en ese punto. Espero que se apruebe” el proyecto, agregó.
La propuesta de ley plantea la posibilidad de dejar el destino de los seguros médicos y sus subsidios en manos de los estados, algo que apela a la libertad de gobierno defendida por el conservadurismo estadounidense.
Sin embargo, los demócratas han advertido de las consecuencias del texto legislativo y han pedido a la Oficina no partidista del Congreso (CBO, en inglés) a que evalúe su posible impacto.
Las propuestas anteriores que plantearon los conservadores hubieran supuesto entre 22 y 32 millones de personas sin seguro médico en los próximos diez años, según la CBO.