¡Auxilio! Ya no quiero estar en más chats….

Recuerdo con nostalgia los mensajes en el teléfono convencional

WhatsApp

Whatsapp permite usar stickers en el chat. Crédito: Shutterstock

A veces extraño esa única manera que había antes de buscarlo a uno: por teléfono.

Recuerdo con nostalgia aquella contestadora negrita en lo que yo misma pedía tímidamente que dejaran un mensaje después del tono. Y ni que hablar de la alegría curiosa con la que llegaba a casa a oír los mensajes…

Ya eso no pasa…. Ahora lo buscan a uno por Facebook, Instagram, Twitter, Email, textos por teléfono, y el bendito Whatsapp.

En este momento yo pertenezco a 5 chats de Whatsapp. Uno es de trabajo. Otro lo comparto con compañeras de un retiro espiritual que haremos en octubre. El otro es de mujeres inspiradoras, y el otro es el grupo de apoyo a una amiga que acaban de operar de cancer.

El otro no les cuento de quién era…. porque me salí ayer.

Cada uno de ellos me hizo muy feliz hasta que todos sus miembros comenzaron a escribir. Les juro que hay momentos en que he llegado a contar 15 oraciones (que por temor de Dios siempre leo antes de borrar), 25 fotos, 14 memes, 23 frases inspiradoras y 5 meditaciones del día.

De las cadenas que obligan a mandar el mensaje a 25 amigos más ni voy a hablar.

Ya me hice a la idea que no voy a “recibir una sorpresa maravillosa en las próximas 24 horas”.

“Y eso que no tienes una suegra que manda mensajes de 152 líneas”, me dijo una compañera de trabajo mostrándome la prueba del delito cuando le conté mi navegada diaria por el convulsionado mar de chats.

“Yo veo que en el Whatsapp de mi suegra dice typing como a las 10 am y al medio día me llegan tremendas cartas”, me explica mi amiga con una resignación que yo no encuentro.
Al principio yo le contestaba a todos inmediatamente. Agradecía oraciones con la manitos unidas, ponía caritas felices celebrando los chistes, aplaudía las cadenas de bondad y comentaba las noticias.

Ya no. Ya decidí que responderé sin culpabilidad cuando me quede tiempo.

Y si el chiste no me hace reír pues no contesto ni pongo carita llorando de risa.

Ninguna de mis compañeros de Chat se enterarán de esto leyendo esta columna.

Total…Deben estar muy ocupados escribiendo en el Chat.

Sobre la autora

Luz María Doria es inmigrante colombiana, periodista, productora ejecutiva de Despierta América y autora del libro “La Mujer de mis Sueños”. Podrán encontrar su columna cada lunes en nuestro diario impreso y en este sitio web.

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