Medio millón de repatriados y… ¡se quedan en México!
Aunquen enfrentan retos para su reintegración familiar, a su comunidad, al sistema educativo, al mercado laboral y, sobre todo, desafíos en el ámbito personal
MEXICO – Jóvenes, trabajadores, independientes. Todavía con educación básica (en su mayoría) aunque dos de cada diez tienen estudios técnicos, medios y superiores hasta posgrado. Regresan a casas propias, principalmente, y han decidido quedarse en México después de la amarga experiencia del retorno a su país de origen: México, desde Estados Unidos.
Así describe el Anuario Migración y Remesas publicado recientemente por la Fundación BBVA Bancomer y el Consejo Nacional de Población a los mexicanos repatriados entre 2010 y 2015 a los que contabilizó con base en estadísticas oficiales en 495,000 principalmente en regiones del occidente, centro y norte del país donde se han estabilizado sin variaciones en cifras.
“Las malas condiciones para volver a entrar, la persecución y las oportunidades que empezamos a ver en el Sueño Mexicano son factores que hacen que los repatriados cada vez nos sintamos que aquí es nuestra patria, que también hay oportunidades“, advierte Israel Concha, fundador de la organización civil New Comienzos integrada por cientos de jóvenes retornados que han aprendido a abrirse camino por sí mismos.
Las cifras demuestran una tendencia la independencia pues aun cuando el 56.0% de los retornados laboran como empleados u obreros, el 22.2% han decidido emprender como trabajadores por cuenta propia y 8.1% como jornaleros o peones en tierras de su propiedad mientras tres de cada diez volvieron a México para integrarse en el sector informal.
Además, previo a su repatriación, el 61.8% de los retornados tuvieron la precaución de enviar dinero o ver la manera de hacerse de un patrimonio y hoy por hoy viven en casa propia. El 21.2% rentan y 15.0% viven en una casa prestada.
“El foco de atención ahora debe ser ahora apoyos para los retornados que no tienen un patrimonio porque son los más vulnerables al tener que depender de las familias para empezar de cero en este país y, sobre todo, si tienen bajo nivel de estudios“, observó Ana Laura López, del Grupo de Deportados Unidos en la Ciudad de México.
De acuerdo con el Anuario Migración y Remesas la mayoría de los repatriados (el 63.2%) de sólo tenían educación básica, el 18.9% media superior y 14.8% estudios de nivel técnico y superior que han logrado integrarse en los sectores de servicio, en el gobierno, la iniciativa privada, el financiero, la minería y hasta en el petróleo como terrenos extraordinarios a sus tradicionales actividades que son la agricultura y la construcción.
“Cualquiera que sea el motivo del regreso, voluntario o forzado, los migrantes que vuelven a México enfrentan retos para su reintegración familiar, a su comunidad, al sistema educativo, al mercado laboral y, sobre todo, desafíos en el ámbito personal“, advirtió; BBVA en el Anuario.
“Lo más complicado es aceptar el nivel de vida porque baja mucho y luego está el tema cultural porque son ciudadanos binacionales, no repatriados!, advierte Jill Anderson, de la organización Los Otros Dreamers.
Los estados con el mayor número de connacionales en retorno son Jalisco, Michoacán, Estado de México, Baja California, Guanajuato y Veracruz. Del el total de migrantes, 38.6% regresa a localidades con más de 100,000 habitantes y 29% lo hace a comunidades con menos de 2,500 habitantes.
Dos terceras partes de los migrantes que regresan son hombres y una tercera parte mujeres. Cerca de 70.0% tiene pareja (está casados o en unión libre). Las edades de 74.1% oscilan entre 20 y 49 años. Además, según su relación de parentesco, 46.9% son jefes de hogar, 23.8% hijos y 17.3% cónyuges o parejas.
Entre 2005 y 2010, el flujo de personas que volvieron al país superó las 250,000 al año, pero después de este último año la cifra descendió. En 2016 se estimó un flujo de 90,000 hombres y 32,000 mujeres.