Muchos indocumentados sufren de depresión, ansiedad y pánico, pero muy pocos usan drogas
Estudio destruye estereotipo de indocumentados drogadictos, pero revela alta proporción de trastornos mentales ligados a estrés.
El estereotipo que grupos anti inmigrantes difunden sobre los indocumentados en Estados Unidos, particularmente los que viven cerca de la frontera, es que tienden a ser drogadictos y narcotraficantes.
Sin embargo los inmigrantes sin autorización para vivir en este país no son más propensos a la drogadicción que la población en general pero sí están sufriendo cuatro veces más de desórdenes mentales como depresión, ansiedad y ataques de pánico, según reveló un estudio que será publicado pronto en una revista científica.
Portavoces de Rice University compartieron con La Opinión el estudio, realizado por profesores y estudiantes post doctorales de su Escuela de Sicología.
La nueva investigación, que aparecerá en la próxima edición de una publicación sobre sicología revela la verdad: sólo un 4% de los indocumentados tiene un desorden de adicción de drogas, en igual proporción a la población en general.
“Este descubrimiento contradice los estereotipos existentes que contribuyen a crear un estigma y a discriminar contra los inmigrantes que viven indocumentados, de quienes se alega que son drogadictos”, dijo Luz Garcini, una de las investigadoras de Rice.
El estudio, sin embargo, encontró algo preocupante: uno de cada cuatro indocumentados sufre de un trastorno mental relacionado a ansiedad, una cantidad cuatro veces más grande de lo que ocurre en el resto de la población.
La cifra proviene de cientos de entrevistas clínicas a indocumentados cerca de la frontera, en su mayoría personas que tienen más de 10 años viviendo en este país sin papeles. La edad promedio es de 38 años y el 69% son mujeres.
Llamó la atención de los científicos la altísima proporción de trastornos mentales relacionados al estrés, que ellos relacionaron de inmediato con el estatus legal de los participantes y con el “contexto socio político” del momento, en el que hay una actitud negativa hacia los inmigrantes de parte de los líderes del país.
La conclusión del análisis fue que esta población está sufriendo estragos en su salud mental, no sólo por la situación existente, incluyendo el temor a la deportación y separación familiar, sino por la falta de acceso a atención médica y tratamientos de salud mental.
“Desafortunadamente, son muchos los obstáculos que tienen estos inmigrantes para obtener tratamiento”, djio Garcini.
Uno de cada cuatro indocumentados muestra síntomas de trastorno mental. De estos, el más común -14%-es el desorden depresivo, el 8% presentó síntomas de desorden de pánico y el 7% de ansiedad generalizada.
En comparación, la población en general presenta solamente un 7% de depresión, y 3% de pánico o ansiedad.