Rosa María podría regresar con sus padres antes del “Día de Acción de Gracias”

La niña Rosa María Hernández podría reunirse con sus padres en tres semanas

Rosa María Hernández en libertad.

Rosa María Hernández en libertad. Crédito: Cortersía

WASHINGTON – La Administración Trump está agilizando el proceso de escrutinio en el caso de la niña mexicana, Rosa María Hernández,  para que ésta pueda salir del albergue donde está detenida en San Antonio (Texas) y regresar al lado de sus padres antes del “Día de Acción de Gracias”.

Así lo confirmó hoy a este diario, uno de sus abogados, Alex Gálvez, al precisar que el Departamento de Salud y Recursos Humanos (HHS) está agilizando el proceso de revisión del caso para que Hernández salga del albergue y pueda reunirse con sus padres en tres semanas.

“Estoy confirmando que el caso está siendo agilizado, y en vez de los dos o tres meses que toma (el proceso de revisión), anticipamos 21 días”, dijo Gálvez.

Si todo sale como está previsto, Hernández podría salir del albergue en San Antonio antes del “Día de Acción de Gracias”, que se celebrará el próximo 23 de noviembre.

Hernández, una niña de 10 años con parálisis cerebral, fue a parar a un albergue de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) del HHS, porque fue trasladada allí por la Patrulla Fronteriza tras su operación de la vesícula, el miércoles pasado, en un hospital en Corpus Christi.

Los agentes montaron guardia en el hospital y esperaron a que le dieran de alta para trasladarla al albergue.

Aunque iba acompañada al hospital de una prima adulta con ciudadanía estadounidense cuando fueron detenidas en un retén de la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras (CBP), HHS está tratando su caso como una menor no acompañada indocumentada, porque su pariente no tiene su custodia legal.

Gálvez explicó que los padres de Rosa María han solicitado que el HHS les entregue a su hija en calidad de “patrocinadores”, o “sponsors” en inglés, que es el término que usa la agencia para referirse a los padres, guardianes legales, familiares y adultos que reúnan los requisitos para la tutela de un menor de edad.

Si el HHS aprueba la solicitud, el padre de la menor, César Hernández, viajaría de Laredo a San Antonio a recogerla, ya que él cuenta con un “permiso humanitario” que le facilita trasladarse sin temor a ser detenido en un retén de la Patrulla Fronteriza.

De hecho, gracias a ese permiso, el padre de la menor ha podido visitarla en el albergue de San Antonio en al menos tres ocasiones. La menor ha vivido con sus padres en Laredo desde 2010, cuando tenía tres meses de edad.

Consultado por este diario, una fuente de HHS reiteró hoy su política de no hacer comentarios sobre casos particulares.

Sin embargo, explicó que, en términos generales, la agencia tiene un extenso proceso de revisión  de todo adulto que solicite la tutela de un menor, para determinar si pueden velar por el bienestar físico y mental de los niños bajo su custodia.

Documentos del Hospital Driscoll para Niños, donde Hernández fue operada, recomendaron que la menor fuese entregada a un familiar que conociera bien sus necesidades médicas y psicológicas.

Tanto líderes demócratas del Congreso como activistas de la comunidad inmigrante en todo el país han denunciado el caso como un abuso de la Patrulla Fronteriza, porque Hernández es una niña discapacitada y merece recuperarse junto a su familia y no en las cuatro paredes de un albergue lejos de sus padres.

La Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU) presentó ayer una demanda luego que la Administración Trump incumplió el plazo de dejarla en libertad.

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