Los 33 mineros chilenos también “oran” por los 44 submarinistas desaparecidos
"Estoy tan triste como ustedes", aseguró el exminero.
Mario Sepúlveda, uno de los 33 mineros supervivientes que quedaron atrapados bajo tierra en una excavación en Chile en 2010, transmitió en nombre de sus compañeros sus “oraciones” por los tripulantes del submarino argentino ARA San Juan, desaparecido desde hace nueve días.
“Que sepan que lo vivimos de cerca; la ansiedad, los miedos y la culpa que rondarán la mente de cada uno de los familiares, pero lo importante es mantenerse unidos”, apuntó en declaraciones a la emisora argentina Radio La Red.
Detectan siete llamadas de auxilio del submarino argentino desaparecido
Submarino argentino: explosión en las baterías, la hipótesis más temida
La Armada Argentina anunció ayer la detección de una “explosión” cercana a la zona del océano Atlántico en la que el submarino se comunicó con la base naval de Mar del Plata (400 kilómetros al sur de Buenos Aires) por última vez, el 15 de noviembre, aunque no confirmó que procediera del propio sumergible.
Ante esta circunstancia, Sepúlveda trasladó su apoyo a los familiares de los submarinistas e instó a los mismos a “mantenerse unidos” y tener “esperanza” y “fe” en que serán rescatados y podrán “seguir apostando por sus sueños y proyectos”.
“Estoy tan triste como ustedes”, aseguró el exminero.
El portavoz de la Armada, Enrique Balbi, informó hoy que un buque de la Armada de Brasil y una aeronave de exploración, el Antonov, de la Marina de Rusia se sumaron a la búsqueda del submarino, ya que advirtió que “la zona es muy amplia, el medio es hostil y es muy difícil la búsqueda”.
El 15 de noviembre, el ARA San Juan, que viajaba desde el puerto de la ciudad austral de Ushuaia de vuelta a su base, comunicó que había detectado una avería eléctrica en sus baterías, a pesar de que este inconveniente no tendría por qué haber afectado a su funcionamiento.
Sepúlveda y 32 compañeros mineros más quedaron atrapados en 2010 a 700 metros de profundidad en la mina de San José, en la región de Atacama (Chile), durante 70 días, un suceso que generó una gran conmoción en el mundo y cuyo proceso de rescate fue seguido por todo el panorama mediático y social internacional.