Una oportunidad de $1.38 billones perdida por las barreras a latinos

Los latinos crean más empresas que la media nacional pero les cuesta ganar tamaño y responder a su potencial

Envisagenics es una empresa que aplica inteligencia artificial a la secuencia genética de pacientes para descubrir nuevas terapias con las que tratar enfermedades como el cáncer.

Hace unos días anunció que han conseguido captar $2.35 millones de un grupo de inversores, liderados por mujeres, que ayudará a la empresa a ganar tamaño y capacidad además de acelerar el descubrimiento de fármacos.

Esta empresa de ciencias de la vida, con sede en Nueva York, está fundada por dos latinos, la colombiana María Luisa Pineda y el argentino Martin Akerman, es una de las startup latina que cuenta con apoyo de inversionistas.

Es una gran noticia que lamentablemente no es frecuente oír entre empresas y startups latinas.

El hecho de que muchos latinos no tengan este acceso al capital supone una oportunidad perdida no solo para el potencial de esta comunidad en EE UU sino también para la economía del país.

Esa es la conclusión a la que llegó el foro de financieros del Programa Latinos y Sociedad de The Aspen Institute, uno de los centros de debate e investigación más importantes del país. Algunos de los miembros de este foro, Monika Mantilla, Tanya Menendez, Marcos González y Sean Salas, llevan años trabajando para abrir camino a empresas de minorías, entre ellas las de su comunidad.

Este foro indica que los latinos están abriendo negocios a un ritmo tres veces mayor que el resto de la población en general  en los últimos años pero tienen muchas barreras a la hora de ganar tamaño y con ello más ingresos.

“Las ventas que las firmas latinas generan frente a lo que podrían generar si estuviera a la par que la media de las empresas no latinas presentan un oportunidad no realizada de $1.38 billones ($1.38 trillion en inglés) para la economía del país en 2012”, se calcula en el informe.

Este potencial que no se desarrolla tiene un efecto dominó porque no pueden crear el empleo que podrían, ni generar los ingresos en distintas familias que podría haber ni son fuente de recaudación tributaria local o federal. “La economía del país pierde la posibilidad de tener 9.5 millones de empleos al no invertir en el emprendedurismo y crecimiento de grupos infrarrepresentados”, se concluye desde este foro.

El problema es que además se quiebran muchas aventuras empresariales porque cuando no se crece, las empresas suelen fracasar o, en el mejor de los casos, estancarse en un tamaño reducido.

Una de las barreras para escalar o ganar tamaño es la falta de inversión y una gestión muy precisa en un momento muy delicado. Los latinos no tienen acceso a un capital adecuado, sea en forma de deuda o inversión de capital. De acuerdo con Camino Financial, de los hermanos Salas, las empresas latinas tienen un 22% menos de posibilidades de cualificar para un préstamo que las no latinas.

El problema es en muchas ocasiones la falta de un historial crediticio tradicional pero también el hecho “de prácticas de sesgo” que juegan en contra de estas empresas a la hora de obtener créditos.

Cuando se invierte capital, como hacen las empresas de venture capital o inversores ángeles, la red de estos es mayoritariamente blanca y formada por hombres que tienden a invertir en negocios que conocen mejor, de emprendedores hombres y blancos.

Otro de los problemas es que no siempre tienen la capacidad o la posibilidad de unirse a una cadena de contratación estable (ya sea del gobierno o privada a través de contratos para minorías) que le proporcione crecimiento. Muchas empresas privadas no tienen los incentivos para confiar parte de su trabajo a empresas nuevas minoritarias o no hay suficiente transparencia y acceso a los contratos que ofrecen.

También se ha detectado la falta de acceso a la educación y entrenamiento de negocios.

Por último, hay problemas culturales como el hecho de que no hay un poder latino fuerte e influencia en varios sectores, el hecho de que se consoliden narrativas de estereotipos negativos como la falta de preparación, sofisticación y capacidad.

El foro reunido en el Aspen Institute cree que es necesario que crezca el poder latino y su influencia además de dar a conocer los proyectos en los que están embarcados los empresarios para dar una imagen fidedigna y no estereotípica del emprendedor latino.

Para el crucial aspecto de captar dinero se propone una mayor amplitud de miras a la hora de evaluar la capacidad crediticia, redirigir la acción de los grandes inversionistas a grupos minoritarios y un impulso a las Instituciones Financieras de Desarrollo Comunitario (CDFI).

El trabajo por hacer está por delante y en muchos frentes. No hacerlo, cuesta mucho dinero al país.

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