Maestros y profesionales de salud de Puerto Rico exigen al Congreso más ayuda para la isla

Exigen que el Legislativo apruebe más fondos para la recuperación de la isla

Orgullo boricua.

Orgullo boricua. Crédito: Joe Raedle | Getty Images

WASHINGTON— Once semanas después de que el huracán María azotara Puerto Rico, los puertorriqueños siguen haciendo cola para obtener agua y alimentos, y la isla afronta no solo apagones y acumulación de escombros sino también un “huracán económico”, denunciaron este jueves activistas  y líderes demócratas del Congreso que solicitaron más ayuda para la reconstrucción.

Durante un evento en el Capitolio, maestros, profesionales de la salud y activistas comunitarios de Puerto Rico se sumaron hoy a líderes demócratas del Congreso para exigir que el Legislativo apruebe más fondos para la recuperación de la isla.

Los activistas se congregaron en el Capitolio mientras el Congreso estudia un paquete de ayuda suplementario para Puerto Rico, que sería sometido a votación a finales de mes, aunque aún no tiene fecha de votación precisa.

Al describir el “estado de devastación” en Puerto Rico, la congresista demócrata por Nueva York, Nydia Velázquez, dijo en rueda de prensa que el pasado fin de semana visitó su natal pueblo de Yabucoa, en el oriente de la isla, que parece como si el ciclón apenas tocó tierra ayer.

“La gente sigue en cola para agua y comida, el gobierno federal le ha fallado a 3,5 millones de ciudadanos estadounidenses con su respuesta. Durante décadas, Puerto Rico ha sido un fallido experimento de laboratorio económico, y las políticas que se implementan en este cuerpo legislativo han puesto a la isla de rodillas”, dijo Velázquez.

Mientras, otro congresista demócrata de Nueva York, José Serrano, se hizo eco de la exigencia de Velázquez para que el Congreso “actúe con rapidez para ayudar a Puerto Rico a recuperarse del (huracán) María”.

“Necesitamos una recuperación integral ahora, con rapidez, y que atienda a todos los sectores de la isla, la educación, la salud, la vivienda, y el tendido eléctrico, entre otros… las necesidades son grandes y queremos que el (paquete de ayuda) suplementario debe ser usado para atenderlas”,  dijo Serrano, miembro del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes.

Lisette Jiménez Fossé, una maestra de primaria de la Escuela Angeles Pastor, en San Juan, describió con lágrimas y la voz quebrantada cómo nunca en su vida había visto semejante devastación

“Tuve la experiencia de usar mi cuerpo para detener una puerta durante seis horas, para que el agua no entrara y destruyera mi propiedad personal. Fue el día más largo y espantoso de mi vida entera… mi casa sigue a oscuras cuando se pone el sol“, dijo Jiménez Fossé, quien lleva 27 años de maestra de inglés en la isla.

Ada M. Quiñones, una técnica de farmacia durante 21 años en el Centro Médico de Puerto Rico,  dijo que incluso antes de la llegada de las huracanes Irma y María, el hospital ya carecía de personal necesario y estaba sobrepoblado.

Los huracanes y la fuga de profesionales de la salud hacia EEUU han agravado la situación del hospital, agregó.

El Congreso no ha actuado respecto a la solicitud que hizo el mes pasado el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, por $94,400 millones para reconstruir la  infraestructura en la isla.

La Administración Trump ha dicho que una vez que complete una evaluación de daños presentará al Congreso otra solicitud de ayuda para la isla.

Los activistas también pidieron que el plan de recortes de impuestos que evalúa el Congreso en su versión final incluya a Puerto Rico.

Federico de Jesús, un estratega demócrata y co-fundador del grupo “BoricuActívate”,  dijo que su natal Puerto Rico está afrontando una “tormenta perfecta” no solo por la crisis fiscal y económica sino también porque la tormenta que está creando el Congreso, al no incluir a la isla en la reforma fiscal, “podría ser mucho peor”.

De Jesús explicó que están en juego 250,000 empleos en Puerto Rico si el Congreso pone finalmente en marcha su reforma fiscal, que se encuentra ahora mismo en un proceso de armonización bicameral.

“Al cambiar los reglamentos y no responder a la situación única que es Puerto Rico, el Congreso nuevamente ocasionaría un daño severo a la economía de la isla. Lo triste es que ya hemos estado en esta situación antes”, señaló de Jesús, al referirse a la eliminación de créditos tributarios para Puerto Rico durante la década de 1990.

“Si el Congreso aprueba este proyecto de ley tributario sin responder al daño irreparable que le haría a Puerto Rico, estaría poniendo el último clavo en el ataúd de lo que queda de la economía puertorriqueña”, advirtió de Jesús, al sugerir que los votantes puertorriqueños en EEUU no lo olvidarán en las urnas.

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