Antes de Pablo Escobar existió la “reina de la cocaína”: Griselda Blanco
Entre críticas la actriz Catherine Zeta Jones defiende su papel en la serie que le dará vida a "La Madrina de la Cocaína"
Antes de un rey, hubo una “reina de la cocaína” y su nombre era Griselda Blanco. La colombiana fue la pionera en el multimillonario negocio del tráfico ilegal de cocaína de Colombia a Estados Unidos a través de la ciudad de Miami en los años 70 y 80.
Trazó algunas de las rutas que luego usaría el poderoso cartel de Pablo Escobar Gaviria, aunque su historia es menos conocida que la del llamado “Patrón del Mal“. Su vida ahora llega a la pequeña pantalla en la película para televisión titulada Cocaine Godmother (La Madrina de la Cocaína), la cual se estrenó el fin de semana en el canal estadounidense Lifetime.
La actriz británica Catherine Zeta-Jones es la encargada de encarnar a Blanco. Esta elección le ha valido algunas críticas a la serie, pues algunos consideran que los productores podrían haber elegido a una actriz latina en lugar de Zeta-Jones, originaria de Gales. La actriz se ha defendido ante estas críticas, asegurando que su postulación para este papel no fue casualidad.
No es la típica galesa
En una entrevista con Entertainment Weekly, la actriz dijo que desde 2006 conoce la historia de Griselda Blanco tras ver el documental Cocaine Cowboys sobre el tráfico de drogas en Miami. Y es que durante su reinado de finales de los 70 y principios de los 80, Blanco popularizó ese nombre, “jinetes de la cocaína”, en el frente de batalla contra narcotráfico que eran las calles de Miami.
La actriz aseguró que estuvo buscando llevar a la pantalla esta historia hasta que se dio la oportunidad a través de Lifetime, y señaló que encarnar este personaje ha sido una de sus “experiencias más increíbles” como actriz. “Soy una actriz galesa que no se parece a lo que creen que sería alguien de Gales“, dijo a Entertainment Weekly.
“Este es el tercer papel hispano que he interpretado. Tuve uno protagónico en “El Zorro“, para el que hice audición con seis mujeres hispanas y obtuve el papel. No sé qué decir. Y era completamente desconocida en ese punto”, se defendió.
¿Quién era Griselda Blanco?
Antes de que Pablo Escobar construyera su imperio enviando cocaína a Estados Unidos en los años 80, Blanco ya lo hacía desde mediados de la década de 1970. Se inició en el mundo criminal cuando era una adolescente.
Fue quien ideó las rutas iniciales del narcotráfico a través de Miami, Florida, las cuales con el tiempo se convirtieron en las vías más usadas por los grandes carteles de Colombia. Su primer marido fue un pequeño delincuente que se dedicaba al tráfico de inmigrantes, entre otras cosas, y que antes de morir la dejó en contacto con el submundo del crimen de Nueva York.
Con su segundo marido vio crecer el negocio y engendró a su cuarto hijo, a quien llamó Michael Corleone, un guiño a la obra de Mario Puzo, El padrino, de la que era fanática. Fue entonces cuando estableció su reputación de mujer implacable, dispuesta a ordenar el asesinato de decenas de rivales para poder llegar a la cima del negocio. Y lo consiguió.
Se estima que eventualmente dirigió un imperio que enviaba a Estados Unidos más de una tonelada y media de cocaína al mes, por mar y aire, algo que la llevó a estar entre las mujeres más ricas de su tiempo. Y a su tercer marido tuvo que matarlo ella misma, después de que no le cuadraran las cuentas. Es por ello que también se le conocía como “la viuda negra”.
Su caída
El estilo violento de su organización atrajo la atención de las autoridades, y en 1985 Griselda Blanco fue detenida en Irvine, California. Pasó casi 20 años en la cárcel por delitos de narcotráfico, pese a que se sospecha que es la responsable de ordenar decenas de asesinatos.
En 2004 fue deportada a Colombia, donde mantuvo un perfil bajo hasta que en 2012 un hombre le disparó cuando salía de una carnicería en el barrio Belén, en la ciudad de Medellín.
“Nos sorprende que no la hubieran matado antes porque hizo muchos enemigos”, le dijo Nelson Andreu, antiguo detective de homicidios de Miami, al diario Miami Herald en 2012. “Cuando matas y dañas a tanta gente, como ella hizo, sólo es cuestión de tiempo que alguien te encuentre y trate de arreglar cuentas pendientes”, añadió.