Donald Trump quiere acabar con este tipo de “Green Cards”
Sería el cambio migratorio más drástico de la historia reciente de EEUU
Donald Trump lo dejó claro ante el país y el mundo entero en la noche del martes. Su lucha migratoria ya no solo va por construir su controvertido muro y amasar la fuerza de deportación más grande de la historia sino también acabar con la inmigración familiar.
En su primer discurso del Estado de la Unión Donald Trump expuso su nueva estrategia migratoria, acabar con las “green cards” o tarjetas de residencias permanentes de hermanos, padres y tíos de inmigrantes nacionalizados.
La inmigración basada en la familia ha sido responsable de 60 a 70% ciento de todas las “green cards” emitidas en la última década, según el Instituto de Políticas de Migración, un grupo de investigación con sede en Washington.
La inmigración familiar ha sido por décadas el corazón del sistema migratorio de EEUU donde la reunificación familiar ha sido el pilar principal. Esto permite que los nuevos inmigrantes se adapten mejor y más rápido al país, puedan crear comunidad y así ser productivos para toda la comunidad.
Sin embargo Trump dijo en su discurso de ayer que solo se permitirá que obtengan green cards los esposos/as o hijos menores de inmigrantes nacionalizados, dejando por fuera al resto de la familia. Trump justificó su propuesta diciendo que está acción es vital en la lucha contra el terrorismo así como asegurando que con la “familia nuclear” es suficiente, lo que activistas y grupo pro inmigrantes respondieron airadamente.
El problema dicen los analistas es que esta propuesta será parte del paquete que el presidente pedirá a cambio para salvar a los cerca de 700,000 soñadores que se encuentran indocumentados en EEUU.
El senador demócrata Dick Durbin de Illinois, el negociador principal sobre inmigración del partido demócratas, dijo a principios de esta semana que acabar con este tipo de “green cards” con la fuerte limitación a la migración familiar que quiere Trump representaría “un cambio dramático”.
“Limitar la reagrupación familiar y dividir literalmente familias de sus hijos es incompatible con los valores de este país”, añadió el senador.
Por ahora habrá que esperar las negociaciones de la próxima semana sobre el futuro de DACA donde la inmigración familiar tendrá un puesto prioritario en difícil agenda.