Trump y su “mano de hierro” para cerrar las puertas a indocumentados

Trump intensifica sus esfuerzos para defender la que fue una de sus principales promesas electorales

Donald Trump.

Donald Trump. Crédito: NICHOLAS KAMM | Getty Images

No hay marcha atrás en la avanzada del presidente Donald Trump por acabar el flujo migratorio de indocumentados a EEUU.

Ante el repunte de la llegada de indocumentados a la frontera con México, la Administración del presidente Donald Trump intensifica sus esfuerzos para defender la que fue una de sus principales apuestas electorales, el combate a la inmigración y el refuerzo de la seguridad fronteriza.

El nuevo embate del gobierno contra la inmigración indocumentada se enfoca, especialmente, contra aquellos extranjeros que están intentando ingresar por la frontera sur.

El drástico aumento de la llegada de indocumentados en la frontera, donde se triplicó la cifra en marzo pasado (50,308) en comparación con el mismo mes de 2017, le habría dado combustible para endurecer su política.

“Si el número aumenta el problema es, entre comillas, más grave y justifica más medidas y la necesidad de mano dura”, advierte Mark Silverman, miembro del Centro de Recursos Legales para los Inmigrantes (ILRC), sobre la estrategia del Gobierno para aumentar la presión en la frontera.

Tras conocer la cifra el presidente, Donald Trump ordenó agilizar el fin del programa “catch and release” (atrapar y liberar), que permite dejar en liberad a los indocumentados detenidos tras cruzar la frontera que no sean considerados un peligro inminente.

El programa se enfoca en centroamericanos, inmigrantes no mexicanos o canadienses, mujeres y niños que no pueden ser expulsados del país de forma expedita.

“Es hora de empoderar a las autoridades federales y proporcionarles los recursos legales que necesitan para hacer cumplir de manera efectiva las leyes de inmigración de nuestra nación. De lo contrario, la afluencia de extranjeros ilegales a los Estados Unidos continuará”, indicó hoy la Casa Blanca.

A Silverman le preocupa que la orden de Trump de eliminar este programa eleve las detenciones prolongadas e intensifique la campaña de miedo que el Gobierno ha emprendido contra los mexicanos.

El asesor de seguridad nacional y contraterrorismo, Thomas Bossert, lo dijo abiertamente este fin de semana en una entrevista a ABC, “Los mexicanos son, por mucho, el problema extranjero número uno”.

Y los inmigrantes que conforman la caravana de más de mil centroamericanos que se desplaza por territorio mexicano, echó más leña al fuego a los ataques de la Administración Trump.

Octavio Pescador, investigador y profesor de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), advierte que el repunte de la llegada de inmigrantes se presenta desde hace década por la época estacional en la que trabajadores, especialmente agrícolas, llegan a EEUU.

No obstante, Bossert cree que el aumento no pertenece a estas circunstancias y que la Administración Trump quiere atacar desde ya el fenómeno y no esperar como lo han hecho administraciones pasadas.

En esa línea, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció el viernes “tolerancia cero” con los inmigrantes que cruzan de manera ilegal la frontera sur.

“Esto solo es un movimiento político para satisfacer a sus bases, porque Trump centró su campaña en estos ataques y le funcionaron, ahora está usando estas armas nuevamente”, explicó Pescador. “Lo mismo está haciendo con el envío de tropas (de la Guardia Nacional) a la frontera”.

En medio la nueva ola de medidas, los gobernadores republicanos no tardaron en respaldar al presidente.

Hoy el gobernador de Arizona, Doug Ducey, envió 225 miembros de la Guardia Nacional del estado a la frontera para apoyar la idea de Trump de militarizar la frontera con unos 4,000 soldados, en un primer despliegue que aumentará este martes, aunque con una cifra sin revelar.

Texas anunció el viernes que enviará 250 miembros de sus tropas a la frontera.

Hoy la Casa Blanca se enfocó en reforzar la idea que el programa de “Catch and Release” solo alienta a más indocumentados a llegar al país.

Parte de la estrategia del Gobierno es presentar un informe de todas las medidas que se están aplicando actualmente para expulsar del país inmigrantes indocumentados y las medidas diplomáticas que se toman contra países que se niegan a recibir a sus connacionales deportados.

A esto se sumaría la idea de extender a nivel nacional el modelo de deportaciones expeditas que fue establecido en 1996 y que permite expulsar a inmigrantes indocumentados que se encuentran dentro de las 100 millas de la frontera aérea y terrestre del país, en una disposición que afecta en gran medida a mexicanos que son arrestados al ingresar al país.

Desde hace un año el gobierno de Trump explora la expansión de este programa como parte de la estrategia general para reforzar la seguridad en la frontera.

“Aún no sabemos cuales de todas estos cambios serán aplicados en su totalidad, lo más importante es que la comunidad entienda que existen derechos y que no deben permitir que se vulneren”, insistió Silverman.

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